Gastamos dinerales en cosmética para el rostro. Buscamos paralizar las arrugas, que se borren las manchas, que la gravedad no haga efecto en nuestra piel… Preguntamos, nos asesoramos, comparamos y, si hay que dejarse medio sueldo, nos lo dejamos. Sin embargo, cuando llega el momento de dedicarle un mimo al cuerpo, nos conformamos con el body milk del supermercado, incluso cometemos el fatídico error de no ponernos nada. De la ducha, a la calle. Total, ocho meses al año vivimos en la gloria, con toda la piel bajo la ropa, ¿no? Pues no.

Toca cambiar de rumbo, invertir la tendencia. De nada servirá lamentarse cuando el espejo del probador nos devuelva un brazo colgandero o los hombros llenos de manchas. Todo está listo para evolucionar. El mercado ya se ha puesto la pila y te propone una estupenda colección de sueros, cremas y aceites que te ayudan a frenar el paso del tiempo en la totalidad de tu anatomía. Algunos, incluso, ayudan a revertir los daños ya causados. Ponte manos a la obra y descubre por qué este año será el que te harás adicta a la cosmética corporal antiedad.

Parar el efecto del tiempo e incluso revertir los daños son los beneficios que prometen los nuevos productos destinados al cuerpo. © Putelli Federica
Parar el efecto del tiempo e incluso revertir los daños son los beneficios que prometen los nuevos productos destinados al cuerpo. © Putelli Federica

¿Sólo se arruga la cara?

No. El cuerpo también envejece, lo que pasa es que no prestamos atención. “Para mirarnos la cara nos acercamos a pocos centímetros del espejo y estudiamos cada detalle. En cambio, cuando miramos nuestro cuerpo nos alejamos del espejo buscando enfocarnos de cuerpo entero (a medio metro mínimo). Obviamente, con esa diferencia, nuestros parámetros de identificación de defectos cambian. Mientras que en el rostro buscamos poros, arrugas o manchitas, en el cuerpo miramos lo único que nos preocupa: que no haya michelín y que nada cuelgue», argumenta Paola Gugliotta, creadora de la firma Sepai.

¿Cuáles son los signos de la edad en el cuerpo más preocupantes para la mujer? ¿Son los mismos que en el rostro: manchas, deshidratación, arrugas, flacidez, falta de luz? Son patologías diferentes que se suelen presentar como una modificación de la textura de los tejidos subcutáneos superficiales causado por problemas circulatorios, personas con obesidad, grasa localizada, etc. Y además, está el factor psicológico: “Sin duda, el signo corporal de la edad que más preocupa a la mujer es la flacidez, algo que está presente también en algunas mujeres jóvenes ya que no siempre es causada por la edad, sino por cambios bruscos de peso, por ejemplo”, responde Juan Ramón Muñoz Montaño, Licenciado en farmacia y doctor en bioquímica y biología molecular, General Manager de PBSerum.

Pero entonces, ¿por qué nadie habla de las arrugas del cuerpo? Porque la cosa es más sutil y, quizá, más lenta. «El cuerpo está menos expuesto al sol, lo que ayuda a retrasar su envejecimiento respecto al rostro. Las zonas del cuerpo que reflejan antes el paso del tiempo son los glúteos, el pecho, el escote y las manos (expuestas al sol y a productos químicos)”, explica el Dr. Gabriel Serrano, dermatólogo y presidente de Sesderma. Otros dicen que lo que más mayor te hace es perder la firmeza del brazo. «El mayor problema del paso del tiempo en el cuerpo es la flacidez, haciendo hincapié en la zona posterior de los brazos. Es una zona que te condiciona mucho la forma de vestir», apunta María Unceta, creadora de la marca María D’Uol.

 

"Para mirarnos la cara nos acercamos a pocos centímetros del espejo y estudiamos cada detalle. En cambio, cuando miramos nuestro cuerpo nos alejamos del espejo buscando enfocarnos de cuerpo entero". © Marco Vittur
«Para mirarnos la cara nos acercamos a pocos centímetros del espejo y estudiamos cada detalle. En cambio, cuando miramos nuestro cuerpo nos alejamos del espejo buscando enfocarnos de cuerpo entero». © Marco Vittur

Sin demanda no hay oferta

Teniendo todo esto claro, se nos presenta la gran duda. Mientras el mercado anti-edad facial no deja de crecer, pocos son los laboratorios que se atreven a formular contra el paso del tiempo en el cuerpo, ¿a qué se debe este reparo?

“Al precio principalmente, si quieres que tu producto funcione tienes que meter una elevada cantidad de principio activo. Ello hace que el coste del tratamiento sea elevado. En la cara la clienta está dispuesta a gastárselo, pero cuando mira el cuerpo, se enfoca a la celulitis y a la reafirmante, muy condicionado por la estacionalidad», responde María Unceta. Esto quiere decir que, generalmente, solo nos preocupamos del cuidado corporal cuando llega el buen tiempo. «Falta un hábito del cuidado continuo del cuerpo, como sí lo hay del rostro. Esto repercute en la demanda, que es mucho menor que los productos faciales. Los laboratorios, por tanto, elaboran menos productos corporales”, advierte el Dr. Serrano.

Y esto, ¿cambiará en algún momento? «No parece sencillo», opina Paola Gugliotta. Y añade: «Culturalmente damos menos importancia al aspecto de una parte de nuestra piel que al de otra, y esto se traduce en que estaremos dispuestos a sacrificar menos (en este caso pagar menos) por esta sección de nuestra piel. En consecuencia, si el público está dispuesto a pagar solo 10 euros por un producto corporal, el mercado desarrollará productos corporales de 10 euros. Existe la tecnología para desarrollar productos corporales muy sofisticados, pero si hay poco público dispuesto a pagar por ellos, habrá también muy poca oferta”, sentencia.

Además del precio, está el factor flash, siempre presente en las ilusiones que vende el mercado de la belleza. “El resultado que ofrece un producto corporal tarda más en ser visible. Por eso el mercado de cosmética facial es más atractivo», añade Juan Ramón Muñoz Montaño.

Para la cara hacemos zoom, pero el cuerpo nos lo analizamos por lo menos a medio metro. © Getty Images
Para la cara hacemos zoom, pero el cuerpo nos lo analizamos por lo menos a medio metro. © Getty Images

Lo importante y lo urgente

Dicho todo esto, si de momento no tienes pensado hacer el desembolso que supone una buena crema antiedad corporal, atiende al menos este consejo: «Las manos, el cuello y el escote son las partes más susceptibles a desvelar la verdadera edad de una persona. La razón es muy sencilla: a lo largo de la vida llevan la misma carga de radiación solar y de exposición medioambiental que el rostro pero, por lo general, no nos ocupamos de estas áreas con la misma dedicación. Si nos aplicásemos productos de cuidado intensivo en el cuello y escote desde jóvenes evitaríamos la flacidez y si utilizásemos la misma crema facial (con SPF) en las manos, evitaríamos los típicos signos de la edad como son las manchas, el refinamiento de la piel y la falta de firmeza”, recomienda Paola Gugliotta.

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