A veces gastas dinero, tiempo e ilusión aplicando productos que no terminan de funcionar. Tranquila, si te sirve de consuelo, no eres tú, es la crema. No porque no sea buena, sino porque no es la adecuada. Cuando se trata de una hidratante, con fijarte en si es para pieles secas, grasas, mixtas o sensibles es suficiente. Una mascarilla siempre será una mascarilla: sea reafirmante, purificante o hidratante hay poco margen de error.

El problema viene con los sueros, con los tratamientos intensivos, con la cosmética cañera, conocida como «cosmecéutica». Ácidos, vitaminas, factores de crecimiento y demás activos súper activos, activísimos, no pueden usarse al tuntún. Primero, porque puedes no obtener ninguna rentabilidad de una gran inversión. Segundo, porque tu piel puede rechazarlo y buscarte un problema. Y eso no.

Ingredientes activos
Los cosmecéuticos son productos con concentraciones próximas al medicamento y, aunque se venden sin receta, es bueno que los prescriba un experto. «Para evitar caer en el círculo vicioso de ir probando un producto u otro, sin que los resultados sean los esperados, es básico conocer al detalle la composición de los mismos. No existen marcas, ni productos, lo que actúan son los principios activos o ingredientes», aclara la experta en dermocosmética, nutrición y medicina antiaging, Inmaculada Canterla.

«La clasificación más conocida es: piel grasa, piel mixta, piel seca y piel normal. Sin embargo, el estado de la piel puede verse afectado hasta en un 75% por el clima, estilo de vida, estrés, edad, factores constitucionales, diferentes patologías, sol, tabaco, alcohol, alimentación, embarazos, etc.”

Y como lo normal es que no tengamos ni idea de qué usar para que nuestra piel esté bien cuidada, bonita y estable, nos dejamos aconsejar por ella. Esto es lo que nos recomienda:

© Getty Images
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PIEL MIXTA
Alterna características de piel seca y de piel grasa. En este caso, hay que ser muy precisos con los activos y dosis que aplicamos, ya que cuando los extremos se polarizan tenemos zonas de piel más seca, tirante y con poros cerrados, como las mejillas, y zonas con la piel más grasa, como la zona T.

Los activos recomendados son:

Ácido salicílico: ideal para la piel grasa con poros dilatados en la zona T porque ayuda a eliminar las células muertas, a la vez que estimula el recambio celular y la formación de colágeno. Así se refina la apariencia de los poros y no se obstruyen ni se dilatan.

Vitamina B5: En las zonas donde la piel está seca, este activo aumenta la síntesis de lípidos, con lo que mejora la barrera cutánea. Se puede utilizar como humectante; además, mejora la rugosidad, descamación y elasticidad.

© Mondadori Photo
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PIEL SECA
Presenta aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas e hiperqueratosis. Este tipo de piel se desarrolla como consecuencia de una disminución del contenido de agua del estrato córneo, dificultando su función de barrera dérmica. Hay dos tipos: las alipídicas (de aspecto mate y marchito, fácil descamación, con tendencia a presentar arrugas y no tolerar los jabones) y las deshidratadas (tacto áspero, gran tendencia a las arrugas y a que se infecten los poros, muy sensible, que se irrita con facilidad, con sensación de tirantez).

Los activos recomendados son:

Ceramidas: son lípidos naturales responsables de la unión intercelular que mantiene la hidratación. Las ceramidas ayudan a hidratar la piel y evitar que ésta se deshidrate y se seque, además de inhibir a las enzimas elastasas que destruyen la fibras de elastina de la piel. Gracias a este activo, la piel estará más hidratada, elástica y confortable, lo que se traducirá en menos arrugas.

Betaglucanos: al aplicarlos tópicamente, forman un film en la piel, una fina capa que sella la hidratación y ayuda a estimular el propio colágeno. Además, tienen una acción antiinflamatoria y activan el sistema inmunitario de las células.

Ácido hialurónico: es uno de los activos con más poder hidratante al ser una molécula altamente hidrofílica (que le gusta el agua y se pega a ella, vaya).

© Cordon Press
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PIEL SENSIBLE
Un 50% de la población europea tiene la piel hiperreactiva pero en cada caso depende de un factor u otro. Al tener un umbral de tolerancia inferior, reacciona frente a estímulos a los que una piel normal no reacciona, sufriendo sensaciones de incomodidad (calor, tirantez, enrojecimiento o prurito). Es frágil, suele ser clara y estar sujeta a rojeces difusas.

Una de las principales patologías que puede desarrollar este tipo de piel es la rosácea. La rosácea se caracteriza por: inflamación crónica, colágeno debilitado, poros obstruidos, dilatación de los capilares (lo que provoca el enrojecimiento de la piel), erupción, vasos sanguíneos visibles (telangiectasias).

En este tipo de piel hay que evitar el uso de tónicos astringentes, mentol, alcanfor y productos que contengan lauril sulfato.

Los activos recomendados son:

Vitamina B3 (Niacinamida): Usada a diario, reduce la irritación y las manchas rojas faciales. También reduce la coloración amarillenta o cetrina de la piel y mejora la textura cutánea. Al ser una vitamina estable, de bajo peso molecular, penetra muy bien en la piel.

Teprenona: Estabiliza los telómeros y facilita la acción de la telomerasa. Así se alarga la vida de las células de la piel. Mejora el proceso de reparación celular en pieles sensibles, siendo excelente para la prevención y reducción de la hipersensibilidad.

© Mondadori Photo
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PIEL GRASA
En ella, las glándulas sebáceas son hiperactivas. Según el tipo de secreción de las glándulas sebáceas, existen a su vez diferentes tipos de piel grasa: piel grasa seborréica, piel grasa deshidratada (aparece cuando la secreción sebácea modifica su composición cualitativa, evaporándose el agua retenida) y piel grasa asfíctica (por la utilización errónea de productos cosméticos que pueden por ejemplo originar quistes sebáceos o quistes de millium).

Los activos recomendados son:

Retinoides: este activo tiene una acción anti-queratinizante, inhibe la producción de sebo, es anti-inflamatorio e inmuno-modulador, aumenta el colágeno y disminuye la elastina anormal. También aumenta las fibras de anclaje y aumenta la vascularización dérmica.

Bardana: este ingrediente es ideal para las pieles grasas por su actividad antimicrobiana y seboreguladora.

PIEL NORMAL
Se caracteriza por sus secreciones equilibradas y la ausencia de alteraciones. Está bien hidratada, tiene aspecto luminoso, brillo moderado, color uniforme y poros imperceptibles. Al tacto es suave, elástica, aterciopelada y flexible. El tratamiento que necesitan está basado en preservar su estado natural, protegerla de la deshidratación, de la acción del sol y los agentes atmosféricos.

© Vittur
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Los activos recomendados:

Vitamina A y Vitamina C: La Vitamina C no debe faltar en un buen régimen antiaging. Sus funciones son imprescindibles para todas la pieles, lo único que hay que adaptar es su forma y derivado, según cada persona y su tipo de piel. Sus funciones básicas son: poder antioxidante, inhibidor de la melanina, inactivador de la tirosinasa, acción antiinflamatoria, estimula la producción de colágeno, inhibe las MMP’s (metaproteinasas de matriz, que degradan el colágeno, la elastina y el hialurónico).

La vitamina C trabaja muy bien en sinergia con la Vitamina A. Juntas son anti-queratinizantes, inhiben la producción de sebo, tienen poder anti-inflamatorio e inmuno-modulador, aumentan del colágeno, disminuyen la elastina anormal, aumentan de la mucina dérmica y epidérmica, aumentan las fibras de anclaje y aumentan la vascularización dérmica.

EGF, Factor de Crecimiento: Este «epifactor» es un péptido compuesto por 53 aminoácidos que promueve el crecimiento, la proliferación, la diferenciación y la supervivencia celulares a través del ligando con su receptor EGFR presente en la superficie celular. Los efectos estimulantes de EFG sobre los fibroblastos conducen a una mayor producción de colágeno aumentando el grosor de la piel.

A continuación, encontrarás un shopping de de cosmecéuticos:

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