¿Odias tu cuerpo tanto como para mostrárselo al mundo entero? ¿O es que estás hasta la peineta de probar todo tipo de dietas que piensas “de perdidos, al río”? El enésimo método para perder peso viene Facebook bajo el brazo.

“Estás gorda/o. Lo sabes y todo el mundo también va a saberlo. Ahora mismo vamos a colgar una foto tuya en ropa interior para que el mundo vea tus lorzas. Y, semana a semana, ellos y tú comprobaréis cómo esos michelines van desapareciendo. Yes, you can!”.

La actriz Rebel Wilson, en una escena de la película 'Dando la nota'.
La actriz Rebel Wilson, en una escena de la película ‘Dando la nota’.

La frase es inventada, pero resume la filosofía de trabajo de Frank Personal Training: dieta, gimnasio y exposición pública de los kilos de más en un grupo cerrado de Facebook para Spartans y Frankettes (los hombres y mujeres de Frank Gorman, el padre de la idea). Sin trampa ni cartón, o, lo que es lo mismo en los tiempos que corren, sin Photoshop.

El contrato especifica que hay que subir foto de frente, de espaldas, de perfil y detalles de las zonas de conflicto (léase, cartucheras, tripa, culo, muslos…). Se hace siempre el mismo día: los sábados, conocidos como los Naked Saturdays (los sábados desnudos).

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La primera foto es la que más cuesta. Se suele acompañar de frases como “Odio esta foto. Estoy horrible. Mira qué panza y qué tetas, parezco mi abuela”. Al momento, brotan comentarios de ánimo: “Has hecho lo más difícil. Ahora, hacia delante”, “¡Bravo!, ya verás cómo en unas semanas estás estupenda”. Y si en la foto inicial muchas ni se atreven a mirar, en la de la semana 12 hasta posan orgullosas de su cuerpo. Misión cumplida.

© Facebook de Frank Personal Training
© Facebook de Frank Personal Training

Quienes lo han probado – y entre sus clientes hay muchos que acumulaban fracasos con todo tipo de regímenes para dar esquinazo a los kilos de más – aseguran que es el método definitivo. La vergüenza, el pudor o el gusanillo de decir “La semana que viene tengo que estar un poco más delgada que esta” basta para asegurar el éxito del plan. Negocio redondo. Encima se convierten en apóstoles del método.

Karen Streeter, una de sus pupilas, asegura en el muro de su red social: “Convertirte en Spartan o Frankette es lo mejor que puedes hacer en la vida. Llegué a Frank Gorman por casualidad y es el mejor accidente de mi vida. No es una dieta, es un plan de vida, una dieta donde no te mueres de hambre ni te quedas en los huesos”.

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Frank Gorman, entrenador personal que lleva 15 años diseñando planes para perder peso a todo tipo de gente, entendió pronto que se podía sacar provecho de los likes y comentarios de Facebook. Por eso lanzó su propio programa online en abril por el que ya han pasado 2.000 personas. Tenía que enganchar y ser barato. La experiencia le había llevado a una conclusión: las dietas cansan, el gimnasio aburre y, al final, eso solo conduce al fracaso. Pero el público es implacable. Tu peor pesadilla o tu mejor aliado.

El propio Frank Gorman  © frankpersonaltraining.com
El propio Frank Gorman © frankpersonaltraining.com

No puedes desfallecer, pegarte un atracón de dulces y saltarte a la torera los entrenamientos de la semana porque sabes que en las fotos se va a notar. Y la bronca no será solo de tu monitor, sino de todos los del grupo, que te regañarán y se sentirán muy decepcionados con tu escasa fuerza de voluntad. Por si fuera poco, mientras tú has vagueado, otra que estaba metida en carnes al inicio del programa parece estar diluyéndose para dar paso a una top model. Eso duele en el alma y achucha a no desfallecer.

Y ahí está la clave del éxito de este programa online, donde a cada candidato a sílfide se le dan unas rutinas de ejercicios para hacer 3-4 días a la semana durante tres meses, un libro de recetas y consejos para llevar una vida saludable. Todo por 49 libras (59 euros).

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Imagen de un sketch de la serie ‘Little Britain’.

La gracia está en que se hacen tres comidas al día, más o menos abundantes, sin contar calorías ni pesarse cada semana. Lo que importa es el contorno y en cuanto el cuerpo se mueve, se ingiere más agua para eliminar toxinas y no se come a lo loco, lo normal es bajar volumen y tonificar aunque la báscula no lo note. Los ejercicios propuestos se pueden hacer tranquilamente en casa. Te conectas con el móvil o el tablet a tu entrenador personal que te va indicando cómo realizar los ejercicios para evitar lesiones.

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Lo de colgar las fotos es la guinda del pastel. “Si te atreves a mostrarte al mundo casi en pelotas, ¿no vas a superar una dieta?”, asegura Sarah Graystone, feliz en su nueva talla más pequeña. Gorman insiste en que los grupos de Facebook son cerrados. Nadie puede entrar por curiosidad. Ni antes ni después, ya que una vez terminadas las 12 semanas, caduca el acceso. Así se asegura que todos los Spartans y Frankettes están remando en el mismo barco contra los kilos de más. En realidad, funciona como los grupos de apoyo de alcohólicos. Sabes que todos los que te rodean están como tú, así que sus palabras motivan más que si te lo dice Cara Delevingne en persona que no ha visto un michelín más que en fotos ajenas. “Los miembros del plan son un gran apoyo. Te motivan sobre todo en esos días que estás de bajón. También te resuelven todas las dudas que te puedan surgir”, señala Streeter.

Al término del proceso, Frank pide permiso a sus alumnos para colgar una foto del antes y el después de sus alumnos en su propio Facebook profesional. Esta vez, sí, abierto a todo el mundo. Las acompaña con apuntes como éste:

“Esta Frankette odiaba el gimnasio y ahora le chifla. ¡Ha perdido 19 cm de barriga en 5 semanas! Dice que su autoestima aumenta cada semana al ver los cambios de su cuerpo. La decisión más difícil de su vida fue firmar con nosotros, ahora ha cambiado su vida”.

Alessandra Ambrosio, paseando por la playa de Malibú el pasado mes de noviembre.
Alessandra Ambrosio, paseando por la playa de Malibú el pasado mes de noviembre. © Cordon Press

La verdad es que así dicho podría parecer descerebrado, morboso o exhibicionista, pero nada más lejos de la realidad. De entrada porque no hay poses insinuantes ni maquillajes ni decorados sexies. Más bien, todo lo contrario: lencería austera de braga ancha y sujetador recio, nada de encajes. Muchas fotos son selfies o fotos hechas con el móvil por algún amigo o pareja en el dormitorio-salón-baño de casa. Además, ellas – y ellos, que también los hay – tienen cuerpos normales. Con algo de sobrepeso, pero nada de obesidad que pueda atraer miradas curiosas.

Por último, tampoco hay personas con una imagen deformada de su cuerpo en el punto de partida. Vamos, que no hay anoréxicas ni chicas tan delgadas que parezca poco ético incitarlas a adelgazar. Todas tienen algunas chichas de más. Esas que se pueden perder cómodamente en las 12 semanas que dura el plan. ¿Se imaginaba el amigo Zuckerberg que su caralibro acabaría sirviendo para esto?