En este momento estacional tierra-de-nadie, cuando todavía no hemos tomado el sol pero los días son luminosos y se alargan cada vez más, se hace necesario un maquillaje que aporte buena cara, un punto de color y efecto piel bonita sin recargar. 

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El maquillaje de esta primavera/verano en el show de Michael Kors. © Mondadori Photo

Los nuevos polvos de sol, aliados para este look que los maquilladores suelen denominar bonne mine (buen aspecto), cada vez son más aéreos, ligeros, luminosos, transparentes. Muchas veces enriquecidos con polvos minerales translúcidos, sin talco y con la dosis de color justa (no siempre terracota) sirven, más que para simular el bronceado, para unificar y matificar la tez dejándola con mejor tono, pero aún así transparente.

Con ellos consigues un chute de luz, aspecto de no maquillada pero, al tiempo, cara como de haber llegado de vacaciones.

Su mayor ventaja es que, a diferencia de los polvos de sol tradicionales, éstos no manchan y no es necesario aplicar debajo base de maquillaje

© Lancôme
© Lancôme

¿Cómo se aplican los polvos de efecto bonne mine?
1. Primero, con ayuda de una brocha ancha y de pelo largo y suelto (conocida como kabuki), por toda la cara intentando no depositar demasiada cantidad de producto.
2. Después, en las manzanas de las mejillas, difuminando hacia el pómulo y el crecimiento del cabello en las sienes.

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