¿Cuántas veces te has sentado frente al televisor para ver (sí, otra vez, qué pasa) un capítulo de Sexo en Nueva York y has vuelto a sentir ese amor-odio (sí, otra vez, qué pasa) hacia toda la perfección de Carrie Bradshaw? Seguro que han sido cientos, pero en esta ocasión hablamos de una en especial. De una en la que no has envidiado sus Manolos, ni su vestidor, ni sus novios perfectos, ni sus amigas geniales, ni su éxito como escritora, ni sus salidas nocturnas a los clubs de moda de la Gran Manzana –que también-, sino su larga y preciosa melena rizada que con una gracia natural se convertía en digna protagonista de todos y cada uno de sus looks

Sí, nos referimos justo a esta…

Y ¿qué me dices de esas ondas de Queen B, que bailan al viento en cada concierto y brillan sobre el escenario con la magia que solo ella puede desprender? Admitámoslo, los bailes de Beyoncé no serían nada sin esa melena dorada ondeando con la garra de una leona.

«¿Qué has dicho?». Fdo: Beyoncé.

Pero no hace falta irse tan lejos. Ni tan alto. El pasado verano, la siempre impecable Blake Lively nos dio una lección sobre cómo conseguir el perfecto estilo años 80 con unos rizos bien definidos y totalmente Hollywoodienses. Su look, entonces, hacía despuntar una tendencia en alza: el cabello rizado venía pisando fuerte, algo que se confirmó en las pasarelas que traían las tendencias para la próxima primavera. El estilo mediterráneo de Dolce&Gabbana apostaba por ellas, y el glamour exquisito de Aristocrazy confiaba en la ya icónica melena de Steffy Argelich para lucir sus espectaculares piezas.

Pero (oh, amiga) no es oro todo lo que reluce. Cuidar y mantener bonita una melena rizada no es un proceso sencillo ni apto para manos inexpertas. El rizo suele tener un aspecto fosco y enredado; nos lo explican bien desde Schwarzkopf: “Al contrario que el cabello liso, el rizado no está en contacto directo con las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, por lo que no goza de sus propiedades suavizantes”. Además, puede perder su gracia cuando lo cepillas y corre el riesgo de encresparse y romperse más que cualquier otro tipo de pelo.

Y es que la decisión de cepillarlo o no es mucho más que una cuestión estética. Aunque la pasada de un peine contribuye a distribuir mejor los productos que le aplicas y también las sustancias que producen tus raíces, los contras de hacerlo cada día son más que evidentes. Sin embargo, tengas el pelo liso, ondulado, rizado o incluso afro, desenredarlo es absolutamente necesario para que recupere su estilo y puedas controlar tu peinado. Toma nota de lo que debes o no debes hacer y aprende a conseguir los rizos perfectos sin maltratar tu cabello:

© Taghi Naderzad
  • DO’S

1. Aplica champú y acondicionador especiales para cabello rizado. Tras el lavado, aplica el acondicionador cuando aún estés en la ducha y trabaja tu melena con los dedos para conseguir reducir al mínimo la fase posterior de peinado.

2. Desenrédalo solo cuando esté húmedo. Es en este estado cuando mantiene toda su elasticidad e impide que las agresiones de un cepillo lo rompan en exceso. Utiliza una peineta adecuada para rizos de púas largas y anchas.

3. Dale forma y déjalo secar al aire libre. Cuando aún esté húmedo, aplica el gel o agua de peinado que suelas utilizar y dale la forma que te guste con los dedos. Si puedes, déjalo secar al aire libre: mantendrá mejor su forma y no sufrirá daños innecesarios.

Por ejemplo…

4. Mímalo más. Las melenas rizadas exigen cuidados extra: aplica una buena mascarilla semanalmente para mantenerlo hidratado y nutrido y no escatimes en productos de peluquería.

5. Favorece el estado de tus rizos con un moño. Después de haberlo lavado y mientras te terminas de arreglar, recoge tu melena en un moño para soltarla justo cuando vayas a salir. Mantendrás su estado natural y podrás reavivar tus rizos pulverizando un poco de agua.

  • DON’TS

1. Tras el lavado, no frotes con la toalla. Solo conseguirás enredarlo más y romper algunos cabellos. En su lugar, enrolla la toalla alrededor de tu cabeza y presiona suavemente para retirar el exceso de agua.

2. Nunca seques sin difusor. El difusor no solo favorece el estado natural de tus rizos y su forma bonita, sino que también ayuda a que el aire llegue a tu cabello no esté demasiado caliente. Para aumentar este efecto, recuerda mantener siempre el secador a unos 20 cm. de tu cuero cabelludo.

Hemos dicho con difusor, ¡el secamanos no vale!

3. Evita herramientas agresivas como planchas o tenacillas. Utilízalas lo menos posible, son las que más maltratan tus rizos. Si lo haces, aplica siempre previamente un protector del calor.

4. No mantengas un mismo peinado varios días. Aunque creas que así lo maltratas menos, estarás impidiendo que tu melena respire. Reaviva tus rizos a diario para refrescarlos y que vuelvan a adquirir su forma natural.

5. No olvides la peluquería. Es imprescindible sanear bien una melena rizada, así que ve a la peluquería al menos cada tres meses para que te corten las puntas y tus rizos puedan volver a crecer con fuerza.