Desde su invención en 1951 por el químico mexicano, Luis Ernesto Miramontes, las pastillas anticonceptivas han cambiado la vida de las mujeres del mundo y, aunque su uso es muy común, existen varias cuestiones a tomar en cuenta antes de utilizarlas.

Existe una amplia variedad de pastillas anticonceptivas en el mercado farmacéutico que varían en ingredientes y dosis hormonales, por lo que deben ser recomendadas directamente por un ginecólogo, según tus necesidades. La mayoría de ellas contienen progestina, lo que impide la ovulación y espesa el moco cervical, impidiendo que los espermatozoides lleguen al óvulo. Además de ser un método para evitar el embarazo, las pastillas anticonceptivas también se usan para regular los niveles hormonales y controlar padecimientos como el ovario poliquístico, muy común en mujeres menores de 30 años.

Mito: Las pastillas anticonceptivas se pueden tomar sin prescripción médica.

Realidad: Antes de empezar a  tomarlas se deben realizar análisis de sangre, examen pélvico y mamario, papanicolau, colposcopía y otros estudios ginecólogicos.

Mito: Las pastillas anticonceptivas pueden causar infertilidad.

Realidad: Este método anticonceptivo solo inhibe la ovulación temporalmente, al suspender su uso se puede buscar el embarazo, no causa infertilidad ni problemas de fertilidad.

Mito: Las pastillas anticonceptivas engordan.

Realidad: No sucede en todas las mujeres, las nuevas fórmulas están creadas con  “microdosis” de hormonas que no producen aumento de peso incluso algunas consumidoras afirman que las pastillas anticonceptivas les ayudan a mantener un peso estable, sin embargo en algunas pueden provocar hinchazón y retención de líquidos.

Mito: Las pastillas anticonceptivas afectan los ciclos menstruales.

Realidad: Al contrario, está comprobado que regulan los ciclos menstruales además de disminuir los cólicos y la cantidad de sangrado.

Mito: Las pastillas anticonceptivas producen acné.

Realidad: Este argumento es falso, incluso se usan para tratamientos dermatológicos, ya que controlan la producción de sebo en la piel y controlan el acné.

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