Es el ciclo de la vida. Como en El Rey León, pero sin la muerte de Mufasa de por medio, aunque igual de traumático; creces, te reproduces y, cuando parecía que lo tenías todo controlado, viene tu hija y se ríe de una foto tuya antigua. “¿Cómo?” -piensas- “Era el año 2016 y yo era lo más, ¿qué dice esta cría?”. Y, en tu afán por demostrarle que su madre (o sea, tú) molaba, empiezas a rescatar fotos de vete tú a saber qué dispositivos de almacenamiento del futuro. Pero, cuanto más segura estás de impresionarla, más te deja por los suelos con sus comentarios. Y entonces te das cuenta de que te has convertido en tu madre.

No se lo tengas en cuenta, a ella le pasará lo mismo. Es más, seguro que en algún momento de su vida ella misma copiará uno de esos looks que tanto está criticando. Pero, para que no te pille de imprevisto, te ayudamos a prepararte: estas son algunas de las tendencias de las que, seguramente, nuestras hijas se acabarán mofando (y, ya de paso, se reirán también de esta expresión).

¿Quién sabe? A lo mejor, incluso, deberíamos replantearnos el presente de algunas de ellas…

© Kim Jason
© Kim Jason

Menos mal que ya no estamos tan obsesionadas con el conturing como lo estuvimos el verano pasado pero, aún así, esos selfies poniendo morritos con los pómulos bien marcados te van a pasar factura. En el mejor de los casos, tu hija te preguntará por qué te empeñabas en re-dibujar tu cara a base luces y sombras; en el peor, te preguntará si eso es tu cara o el bote de dos sabores de Nocilla.

Ahá, sí, todo tiene mucho sentido.
Ahá, sí, todo tiene mucho sentido.

Algunos nos preguntamos por qué se han puesto de moda… En serio, si no quedan bien cuando se supone que son tendencia, ¿cómo van a seducir a las generaciones futuras? Esos pelillos con aspecto sucio pegados a las sienes no son el peinado más seductor del mundo.

Y encima mojadito y apelmazado, para darles más motivos de risa...
Y encima mojadito y apelmazado, para darles más motivos de risa…
  • Las garras:

Perdón, las uñas en forma de garra. Rihanna es la culpable de la mitad de los malentendidos en WhatsApp, ya que un alto porcentaje de la población fashion no es capaz de teclear correctamente palabras en el teclado de su móvil. Nuestras hijas nos preguntarán para qué necesitábamos uñas puntiagudas en el pasado: «¿Defensa personal, mamá? ¿Para cazar con vuestras propias manos?». Ja.

Sí, tú eres Peter Griffin.
Sí, tú eres Peter Griffin.

Va de la mano de las uñas-garra, porque no podemos resistirnos a llevar mini obras de arte en los dedos desde hace unos años, sobre todo de cara al verano. Pero nuestras hijas nos echarán en cara ir con uñas de niña de siete años, después de cumplir los 27.

Próximamente en el Museo de Prado.
Próximamente en el Museo de Prado.
  • El revival de los 90:

La nostalgia de la adolescencia es un sentimiento generalizado, pero el pelo lleno de colorines y los labios marrones que nos encantan ahora van a crear cierto estupor en las generaciones futuras. Sobre todo cuando vean que nos maquillábamos igual a los 18 y a los 30…

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  •  Las cejas muy pobladas:

Serán conscientes de que hubo una modelo –Cara Delevingne– cuyas cejas tratábamos de imitar a toda costa, pero lo que jamás entenderán son todos los productos de maquillaje que utilizábamos para conseguirlo y por qué nos empeñábamos en ‘pintar’ pelo a pelo nuestras cejas ‘perfectas’.

¡Hasta Jake Gyllenhaal quiere las cejas de Cara!
¡Hasta Jake Gyllenhaal quiere las cejas de Cara!
  • Los labios de Kylie Jenner:

Una cosa son unos labios carnosos y otra muy distinta son un par de salchichas entre la barbilla y la nariz. Cuando las niñas del futuro sepan que nos obsesionaban los labios de Kylie Jenner no van a dar crédito. Más aún cuando se enteren de que había mujeres dispuestas a sorber el vacío de un vaso de chupito para conseguirlos. Si es que suena a broma incluso ahora…

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«En breves seré Carmen de Mairena, mi sueño de la infancia»