Moda
Que Cate Blanchett es una actriz como la copa de un pino es evidente; lo avalan dos Oscar, tres Globos de Oro, tres Bafta y tres premios del Sindicato de Actores (entre otros) que seguro que nos mandan un saludito desde alguna de las estanterías de su casa. Pero además, no es una actriz al uso. Es capaz de meterse en la piel de 13 personajes muy diferentes en una misma producción, hacer teatro (The Present en Broadway) y a la vez rodar la versión femenina de Ocean’s Eleven, acertar estilísticamente hablando en cada una de sus apariciones, y ahora, también cantar y actuar sobre el escenario como si fuera toda una estrella del mundo de la música. Vamos, una Beyoncé de la vida.
Todo pasó durante un show de drag queens en el histórico bar gay de Nueva York, The Stonewall Inn, cuando para sorpresa (y locura) de todos los presentes, Blanchett subió al escenario. Con una estética cabaretera, una blazer negra, sujetador dorado, labios rouge y pendientes de brillantes XL empezó a cantar (o a simular que lo hacía) You Do not Own Me de Lesley Gore. Y solo podemos decir, cuidado Liza Minnelli porque lo de Cate es de otro mundo…
Pero su incursión en el mundo drag no quedó ahí y volvió a salir a escena. Lo hizo con un pussy hat que ya llevó en la Women’s March de Washington para acompañar a Margaux Powell mientras esta hacía su propia versión política e irónica del Hello de Adele en la que dejó frases como esta: «Hasta que no nos escuches no te dejaremos en paz» o «Cuando llamo a Paul Ryan parece que nunca está en casa».
Viendo sus dotes podría parecer que Cate ha decidido de repente cambiar de registro y pasarse al travestismo, pero nada que ver. Todo formaba parte de una acción solidaria en favor de las víctimas de la violencia armada y sus familias a la que la actriz quiso unirse para mostrar su apoyo.
Gracias Cate por existir.
