Como se suele decir, Meghan Markle y el príncipe Harry ya están en capilla. Como cualquier pareja casadera, el hijo de Lady Di y la futura duquesa de Sussex están ultimando los detalles del enlace a apenas unas horas de convertirse en marido y mujer. Y como cualquier pareja normal, él parece distraerse para disipar los nervios de última hora mientras ella se encarga de la logística. Eso sí, acompañada por su madre, que ya está en Windsor.

Desde que emprendió su viaje a Londres, Doria Ragland ha sido perseguida por los paparazzi. Y ahora se une a su hija para tomar té con la reina y trasladarse al hotel desde donde saldrán en unas horas.

Y mientras que Meghan y Doria eran bien recibidas, el príncipe Harry y su hermano, el duque de Cambridge, salieron a conversar con los seguidores reales.

Ya solo quedan unas horas para la traca final.

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