Moda
El pasado mes de octubre se anunció a bombo y platillo que Katy Perry sería la próxima artista en poner ritmo al entretiempo del evento deportivo con mas difusión del planeta. Bien porque, viniendo de ella, el despliegue de medios estaba asegurado; pero cuando la última diva en pasar por ahí antes que tú es Beyoncé, la comparación es inevitable.
Aún así, la californiana se perfilaba desde hace meses como la opción perfecta para dar a los millones de espectadores lo que querían: un show por todo lo alto -algo que acostumbra a hacer en cada una de sus giras- que defendió correctamente.
Antes que ella, al comienzo del partido, Idina Menzel salió a escena para cantar a voz en grito el himno norteamericano, porque ya se sabe lo sentíos que son al otro lado del charco con estos temas. Total, que los jugadores se abrazan, sueltan la lagrimilla y ale, a patearse el trasero en el terreno de juego hasta que llegue el GRAN momento del descanso.
https://www.youtube.com/watch?v=30BRKQMFPcg
Una vez más, Pepsi fue el patrocinador oficial del medio tiempo, algo que se dejó ver al comienzo de la actuación de Katy con cientos de globos luminosos formando el logo de la marca de bebida. Entonces ¿qué pasó durante el show? ¿Cumplió con todo lo que prometió? Tiburones sí; unicornios no. Lo cual es una pena, pero qué le vamos a hacer. Así son las claves de la puesta en escena más importante de Katy Perry:
1. Toda la carne en el asador.
Como decíamos, prometió tiburones y los hubo. Además, lejos de mantener una sola escena, la californiana danzó entre varios ambientes diferenciados a los que la realización no supo sacar el partido que requerían. Salió a escena subida en un ¿tigre? ¿león? en un algo gigante a ritmo de Roar, luciendo el que fuera el modelito más criticado de la noche: imitaba llamas y, oye, ya que estaba, podía haberlas tenido de verdad, que para algo estamos en la Super Bowl y no en el baile de fin de curso del colegio. Pero nada: su momento Katniss Everdeen se fue al garete, y eso que estaba Lenny Kravitz por allí.
Segundos después, el felino desapareció y el campo se transformó en un damero gigante repleto de bailarines la mar de conjuntados. De ahí, al escenario con Lenny Kravitz antes de ponerse cuqui y pasar a su playa particular, donde se rodeó de pelotas hinchables y tiburones bailarines, los más queridos de la noche en las redes sociales.
Antes de la gran finale, Missy Elliot entró en escena con su séquito de bailarinas y Katy, para hacerle los ‘heys’ y los ‘yo, yo’ de fondo, sacó su vena más rapper a relucir.
El cierre, por todo lo alto, dejando en los allí presentes un buen sabor de boca mientras volaba por los aires vestida de princesa y los fuegos artificiales llenaban el lugar.
2. Los modelitos.
La cantante tiró de amiguísimo a la hora de vestir. Eligio a Jeremy Scott para dar vía a los cuatro estilismos que lució durante los 13 minutos de actuación. El cambio de uno a otro rozó el milagro. Si todas las mujeres fuéramos capaces de cambiarnos así de rápido, ¡otro gallo cantaría…!
3. Los invitados
Vale que Katy Perry era la protagonista indiscutible, pero ¡hombre! cuando uno tiene a mano a Lenny Kravitz, pues se le saca partido. El cantante salió a escena guitarra en mano y cantó junto a Perry su I Kissed A Girl. Bueno, mejor dicho, cantó 30-escasos-segundos de su I Kissed A Girl. Vaya, que la bajona fue épica. Para solucionarlo, minutos después fue el turno de Missy Elliot, cuya presencia supuestamente sorpresa se filtró horas antes del show. Hacía tanto que no daba señales de vida pública que su aparición eclipsó en titulares toda la parafernalia de Perry… ¿Sus temas? Get Ur Freak On, Work It y Lose Control.
4. Las dudas
¿Fue playback? ¿No fue playback? La californiana es la reina de la puesta en escena, pero lo que viene siendo el chorro de voz en directo, no es precisamente su fuerte. Durante los 13 minutos de show se mantuvo afinada, vocalmente sorprendente para los happy saltitos y el bailoteo que se pegó, lo que hizo que, inevitablemente, hubiera comentarios: ¿había grabado su voz previamente o estaba cantando, realmente, en directo?
https://www.youtube.com/watch?v=KAtKlixxnTg
5. El tracklist
Como es de esperar en estos casos, la cantante optó por la lágrima fácil, sacando a relucir sus temas más potentes: abrió fuerte, con Roar (que para algo estamos en un partido de fútbol entre bestias pardas); le siguieron Dark Horse, I Kissed A Girl, Teenage Dream y California Gurls. Tras el medley de Missy, volvió a escena para cerrar dando donde duele con Fireworks donde, a ritmo del ‘boom, boom, boom, even brighter than the moon’, los fuegos artificiales tocaron el corazoncito de los espectadores. Antes de abandonar el terreno de juego, hizo las delicias de sus oídos: “¡Gracias! Que Dios bendiga América”, y entonces todos contentos.
6. Los asistentes
Entre el público estuvieron Giselle Bündchen (cuyo marido, Tom Brady, fue la gran estrella de los Patriots), Britney Spears, Rihanna, Kim Kardashian, Beckham…
7. La chicha, lo que nos gusta: LOS MEMES
Porque tanto cacharrico, tanto tiburón y tanta pelota de playa no podían dar lugar a otra cosa: el show inundó Twitter con montajes acerca del vestido en no-llamas de Katy, de su modelito multicolor inspirado en el Chavo del Ocho y del tiburón. Y lo que nos gustaría que se hubiese arrancado con el ‘No pares, sigue, sigue’…
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8. La sorpresa
Tan importante fue el show que, intensa ella, decidió tatuarse en la mano el número de la edición de Super Bowl que se jugó ayer. ¡Valiente!
¡A todo esto! Ganaron los Patriots…
