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Aunque parece que al otro lado del charco están casi, casi curados de espanto ante las perlas que salen por la boca de Donald Trump en su carrera a la presidencia, Heidi Klum no ha querido pasar por alto las declaraciones que el pre-candidato republicano ha hecho sobre ella. En una entrevista concedida a Maureen Dowd para The New York Times, Trump afirmaba, ni corto ni perezoso y sin ojos en la cara: «Heidi Klum, lamentablemente, ya no es un 10». Se refería con esto al incomprensible éxito televisivo que él mismo está consiguiendo en Estados Unidos, por encima del de la presentadora (ex-ángel de Victoria’s Secret) y a pesar de sus salidas de tono.
¿La respuesta de Klum? (Klum, Trump, ¡qué jaleo escribir esto!) De 10, precisamente: lejos de enrabietarse, la alemana ha hecho un ‘zas, en toda la boca’ de libro gracias su siempre característico sentido del humor y, como buena celebirty del siglo XXI, gracias a su cuenta de Instagram. El pasado lunes, Heidi publicó en su perfil un vídeo en el que, en plena sesión de fotos, un tipo con una careta de Donald Trump le quitaba un cartel de ’10’ y mostraba en su camiseta un ‘9,99’. Vaya, que se conforma con esa centésima de menos con tal de bajar los humos al republicano. Baboom!
Veremos si hay comentario de vuelta por parte de Donald Trump, tan puesto él en aquello de tener un cuerpo de escándalo a los 42 años, como la alemana. Ella no es la primera (ni, por desgracia, será la última, a este paso) mujer en estar en el punto de mira del políticamente -y nunca mejor dicho- incorrecto aspirante a la Casa Blanca: por su guerra ya han pasado otras como la actriz Rosie O’Donnell o la presentadora Megyn Kelly, encargada de moderar uno de los debates republicanos televisados y de quien insinuó que debía estar menstruando olé tú, querido por su actitud durante el programa.
