Para unos cuantos, la temporada de premios es más que las clásicas discusiones de amigos sobre la injusticia de tal o cual reconocimiento, más que los delitos y faltas cometidos (y acometidos) en la alfombra roja, más que una madrugada en vela seguida por un lunes difícil de encarar sin ojeras. Algunos cinéfilos encaran estos meses con espíritu lectivo, dispuestos a descubrir nuevo talento detrás y delante de la cámara. Especialmente en la categoría de intérpretes de reparto.

Menos encorsetada por la habitual ausencia de megaestrellas, solemos toparnos con los diamantes en bruto que más tarde llenarán los carteles de las taquillas y las portadas de los periódicos. Mahershala Ali, Alicia Vikander, Lupita Nyong’o y Michael Fassbender son algunos de los desconocidos que en los últimos años se han convertido en caras familiares para los amantes del séptimo arte. Con la temporada de festivales ya amortizada, la carrera por el Oscar puede darse por inaugurada y entre los nombres que más suenan a día de hoy está el de una desconocida que dejará de serlo muy pronto: Hong Chau.

Entre los nombres que más suenan en la carrera al Oscar destaca el de Hong Chau. © Getty Images

El próximo 22 de diciembre los cinéfilos españoles descubriremos a Chau por Una vida a lo grande, la última película de Alexander Payne (director de filmes como Los descendientes o Nebraska), que cuenta la historia de un grupo de personas que reducen su tamaño para combatir el problema de la sobrepoblación. Matt Damon, Kristen Wiig y Christoph Waltz encabezan el reparto del esperado filme que tuvo el honor de inaugurar el festival de cine de Venecia y cuyos mayores halagos no se centran en tan prestigio grupo de actores. “Sensacional”, “fogosa y divertidísima”, “la MVP (‘jugadora’ más valiosa) de la película” o “sobresaliente” son algunos de los adjetivos con los que la prensa especializada califica la reveladora actuación de la recién llegada, Hong Chau. Su papel es el de una activista por los Derechos Humanos dedicada a que no se repitan entre los “reducidos” los mismos problemas de la sociedad corriente.

Tal ha sido la repercusión de la asiática que varias webs dedicadas a realizar quinielas para los Óscar, (sí, algunos nos entretenemos con esto) ya la sitúan como una fija en la categoría de mejor actriz secundaria junto a nombres de la talla de Julianne Moore, Kristin Scott Thomas y Michelle Pfeiffer.

© Getty Images

Pero más allá de dejar su marca en los photocalls de Venecia con diseños de Salvatore Ferragamo (vestido midi durante el día) y Elie Saab (el rey de lo edulcorado en las alfombras rojas para la premiere nocturna), Hong Chau está utilizando su salto a la primera línea para denunciar y dar voz a la desgarradora historia de su familia en Estados Unidos.

Aunque ella nació en Tailandia, los padres de Chau son de origen vietnamita y cuando todavía era una niña inmigraron a Estados Unidos huyendo de la violencia de su país. Según narró la actriz, criada en Nueva Orleans, a pesar de que sus progenitores consiguieron enviar a la universidad a sus tres hijos “limpiando baños y lavando platos”, la sociedad norteamericana nunca les aceptó. “Toda mi vida he sentido que yo era más aceptable que mis padres y ellos eran los que debían estar siempre en la parte de atrás, o escondidos en el cuarto de la escoba”, explicó en una conferencia de prensa en el Festival de Toronto tal y como recogió por The Hollywood Reporter.

Junto a Matt Damon y Christopher Waltz en el Festival de Toronto. © Getty Images

Ahora que Chau está muy cerca de ser la sexta actriz asiática de la historia en ser nominada a un Oscar (tomando el relevo de Rinko Kikuchi por Babel en 2006), ella prefiere centrar el debate en la escasa aceptación de los inmigrantes en su país de adopción. “Para convertirme en una persona aceptable yo misma tuve que distanciarme de mis orígenes, y eso no es algo con lo que jamás vaya a sentirme cómoda”, confiesa. Cada vez son más las voces que piden una representación étnica más heterogénea en Hollywood, después del bochorno de los #OscarSoWhite, con sitcoms televisivas que abordan el tema directamente como Master of None o Fresh off the boat (Recién llegados). Hong Chau, que en la década que lleva como intérprete ya ha tenido papeles en series como Treme o Big Little Lies y la película del prestigioso Paul Thomas Anderson Puro Vicio, no ha dudado en sumarse al movimiento.

Hong Chau, de Elie Saab, en el Festival de Cannes. © Getty Images

“Cuando mis amigos blancos escuchaban la historia de mis padres me decían que eran increíbles. Pero no era así como les trataba la gente fuera de mi casa. No les trataban como a unas personas increíbles. Y lo son”, concluyó la actriz, asegurando que su última película, Una vida a lo grande, es una “carta de amor” a sus progenitores. Viendo las valoraciones sobre su talento, seguro que llegan muchas más. La próxima, el biopic de la revolucionaria heredera Patty Hearst. Las casi 20 millones de personas de origen asiático que residen actualmente en Estados Unidos también esperan impacientes.

Fotograma de ‘Una vida a lo grande’.