Maren Ade (Alemania, 1976) tiene todas las papeletas para alzarse con el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, un premio que en toda la historia solo ha sido otorgado a mujeres directoras en dos ocasiones (Susanne Bier en 2010 y Caroline Link en 2002)Sin embargo, en el momento de esta entrevista la directora solo estaba empezando a imaginar todo lo que le daría Toni Erdmann: su tercer largometraje había sido literalmente ovacionado tras (¡y durante!) su primera proyección en el Festival de Cannes, donde se estrenaba a nivel mundial y nos reuníamos con ella.

Ella es la cabeza pensante detrás de ‘Toni Erdmann’. © Getty Images

“No me voy a decepcionar si no gano nada”, se sinceraba Ade, casi sin voz, frente a una taza de té humeante, con el cuello envuelto en un pañuelo pero evidentemente contenta. Y es que la de Ade se consideraba ya una cinta triunfadora; Toni Erdmann había conquistado en un par de pases a los críticos, a la audiencia y -más difícil todavía- a las distribuidoras, que la adquirieron en cuestión de horas para su proyección en más de 30 países (en España se estrenó el pasado 20 de enero).

Luego vendría el rotundo triunfo en los Premios del Cine Europeo, la nominación a los Globos de Oro y la selección al Oscar como Mejor película de habla no inglesa, amén de la buena acogida que ha tenido a su paso por las salas comerciales. Finalmente, pero no menos importante, el remake americano protagonizado ni más ni menos que por Jack Nicholson junto a Kristen Wiig, película con la que el actor volverá al cine tras siete años de ausencia.

Jack Nicholson volverá al cine para interpretar un remake de la cinta de Ade. © Getty Images

A sus 39 años, Maren Ade figura como una de las mejores directoras y guionistas de Alemania, algo que estaba claro que acabaría logrando más pronto que tarde. Con Der Wald von lauter Bäumen (2003), su película de fin de carrera en la Universidad de Televisión y Cine de Múnich, consiguió el Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance, y seis años más tarde, se llevaba a casa el Oso de Plata de la Berlinale por el drama de pareja Entre Nosotros.

Esta vez, la directora, productora y guionista ha querido hablar sobre la relación paterno-filial de Winfried (Peter Simonischek) e Ines (Sandra Hüller). Él, un padre atípico que apela con torpeza al humor en su intento, muchas veces infructuoso, de acercarse a su hija, una ejecutiva que quiere a toda costa hacerse de una alta posición en un campo donde proliferan los techos de cristal para las mujeres. En ese desesperado intento, Winfried saca de la manga el último recurso, crear un personaje “ficticio”, Toni Erdmann, para poder entrar en la vida de Ines.

La evolución del padre de Ines a Toni Erdmann.

¿Por qué te interesó contar una relación entre padre e hija?

Cuando abordas el tema de las relaciones personales, con una pareja, por ejemplo, se separan y los problemas se resuelven. Pero los padres es una cuestión de por vida, no puedes quitártelos de encima [ríe]. Y precisamente eso lo hace un tema más emotivo.

 

¿Fue muy difícil dar con el tono correcto de la película?

En el momento de desarrollar la historia pensaba que sería una comedia, sin embargo aún me sorprendo cuando leo “comedia escrita por Maren Ade”. Después de verla tantas veces en la sala de edición, tenía la sensación de que era una película bastante melancólica, con cinco momentos que tal vez harían reír de verdad al público. No estaba segura de que fuera percibida como una comedia, ni que pudiese funcionar como tal. Fue muy interesante trabajar con una comedia porque quería ver las posibilidades que me podría ofrecer ese género, y no solo el hecho de querer ser divertida.

Padre e hija en la ficción.

Ines es un personaje bastante atípico, ¿cómo se te ocurrió?

En una relación entre padre e hija, en el cine se tiende a que la chica sea la buena, la agradable… Pero aquí es obvio que el padre es el personaje más cálido, no ella. Al crearla traté de pensar más allá de sus perspectivas, por eso Ines se atreve a hacer cosas desconcertantes. Quería un personaje que no tuviera que ser agradable o simpático, porque era más importante que resultara lo más humana posible, de que fuera creíble la forma con la que se desenvuelve dentro de sus conflictos. Desde el principio la manera de actuar de Sandra le da la oportunidad al público de ver cada una de sus facetas, y de acercarse a ella poco a poco.

Atípica hasta el punto que se abrocha el vestido con un tenedor.

Ines se desenvuelve en el mundo de la consultoría financiera, un entorno laboral bastante hostil para una mujer, ¿por qué lo decidiste así y qué descubriste durante la investigación?

Me interesaba conocer gente de mi edad que trabajara en ese campo, que hiciesen algo completamente diferente a lo mío, personas a las que a veces veo hasta como enemigos públicos [ríe]. Al acercarme a ese mundo y conocerles mejor, empecé a entender muchas cosas; la gran mayoría son personas muy inteligentes, que hacen ese trabajo por interés propio, son personas que viajan mucho, tienen que estar muy dispuestas a mucho, a presentar proyectos en compañías que les llevan a permanecer tres o seis meses en diferentes países. Hay muchos aspectos que me identifican con Ines, porque como realizadora, también me veo en la necesidad de ponerme en una posición bastante alta en detrimento de lo personal, ya que en el mundo del cine también existen jerarquías, además de ser muy capitalista.

 

¿Qué es lo más recomendable para la relación entre padres e hijos?

A veces la familia quiere que seas más pequeña de lo que en realidad eres. Ahora mismo lo veo con mis hijos, el hecho de crecer tiene dos caras. Siento que desde el mismo momento del nacimiento se inicia la despedida, la cual está implícita en el proceso de hacerse mayor. Es muy bueno cuando tienes una relación adulta con tus hijos, sé que es difícil, pero hay que tratar de dejar atrás la fase de la infancia, para que la relación con tu hijo sea la de dos personas que han crecido.

«La relación con los padres es una cuestión de por vida, no puedes quitártelos de encima».

Después de esta experiencia, ¿te preguntas cómo será la relación con tus hijos en el futuro?

Sí, y tengo mucha curiosidad por saberlo. Tal vez esta película sea tal cual mi futuro [risas]. Me parece increíble que un niño de cuatro años se sienta avergonzado de su madre, una situación que ya he vivido. ¿En qué parte del ADN está escrito que los niños se tienen que avergonzar de sus padres?

 

¿Recuerdas por qué decidiste convertirte en directora?

Siempre me gustó ir al cine. En la ciudad donde crecí había una sala donde proyectaban muy buenas películas y solía ir mucho cuando era adolescente. A los 14 me dieron una cámara y con amigos hicimos películas y cosas tontas como algunos anuncios. A los 18 quise hacer más cosas, pero en realidad no sé qué me llevó a convertirme en directora… Tendría que reflexionar al respecto.

La directora en su visita a Madrid. © Getty Images