Aunque seguro muchas de vosotras la identificáis con su faceta de modelo, escritora y actriz, Martina Klein lleva, desde finales de 2016, compartiendo su vida con Lo de Manuela, un proyecto de decoración e interiorismo que la motiva y la “hace vibrar”.

“La moda me gusta y ha sido mi vida, pero la decoración ha formado parte de mi ADN desde el primer día (mis padres son arquitectos). Lo de Manuela puede ser un cruce de estas dos pasiones”, nos cuenta.

Uno de los aspectos de esta nueva aventura que más expectativa ha generado es, sin duda, la identidad de “la tal” Manuela, de quien Martina Klein revela lo justo y necesario. Estas son las pocas pistas que nos ha dado sobre ella: “Se ha pasado la vida viajando porque su padre, siendo diplomático, la acostumbró a ello. Pero luego ella siguió haciendo lo propio y no ha parado nunca de viajar. Es una mujer muy sensible a la que le gusta escribir, que ha ido dejando amistades y gente que le ha marcado en todas partes del globo. No respeta mucho las agendas (y quienes la conocemos ya nos vamos amoldando a ello). Sabe como nadie traducir las sensaciones que le produce un lugar en colecciones maravillosas. Por suerte y, cada día más, nosotros sabemos interpretarla y vamos ensamblando con fuerza y armonía nuestro equipo”. —Y hasta ahí nos puede leer—.

 

Ella es Manuela
Ella es Manuela

 

En una industria cada vez más saturada, entre los viejos lobos de mar y los nuevos integrantes que luchan por abrirse camino, Martina Klein es consciente de que no vale solo con estar en el mercado y sabe que en la diferencia está la clave del éxito. “Trabajamos con máximas calidades, con el dominio de diferentes técnicas. Nuestros diseños son exclusivos porque los creamos con nuestros propios artistas… y por supuesto está Manuela que, a través de sus viajes y su sensibilidad, dota a cada pieza de un significado muy especial y único —sí, otra vez la misteriosa Manuela—. Es una manera de hacer que nuestro hogar sea más cálido sin perder el toque de distinción”, asegura.

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La también modelo y actriz compagina sus labores de empresaria con la familia que ha formado junto al extenista, Álex Corretja, con quien tiene una hija en común, Érika, además del hijo mayor de ella, Pablo, y las de él, Carla y Aroa.

-¿Cómo se puede mantener una casa de revista con niños pequeños de por medio?

-Aceptando que el desorden puede formar parte de él, donde los juguetes o libros tirados sean parte de un todo. ¿Por qué queremos que las casas sean impersonales? Mi casa ha de hablar de mí y de mis hijos…

-En alguna entrevista comentabas que por tu hija, ni siquiera duermes las 8 horas reglamentarias, ¿cómo debe estar decorada una habitación para que las horas de sueño, aunque sean pocas, sean totalmente placenteras?

-Sin estridencias, con paredes claras y muebles de madera natural. Muchos cojines que hagan de tu cama un lugar apetecible y ropa de cama de lino, ¡que es un buen vicio para la piel!

-¿Te gustaría ampliar la familia?

-Creo que ya somos los que tenemos que ser.

Como experta en el tema, nos imaginamos que su casa ha de tener una decoración de todo menos ordinaria. “Es un mundo ecléctico donde todo cabe, porque forma parte de nosotros. Algo sueco, algo vintage, algo minimalista, algo rústico, algo colorista…”. “¿Cada cuánto tiempo cambias la decoración?”, le preguntamos —más que nada para saber lo mucho que nos queda de camino para tener una casa de revista—. Su respuesta nos sorprende: “En casa de herrero cuchara de palo. Me cuesta encontrar el momento pero se va reciclando de forma natural y por zonas. El nacimiento de Érika provocó un cambio en todas las habitaciones como efecto dominó. Este año nos toca recibidor y salón…. y ¡que la vida organice y desorganice!”, confiesa entre risas.

-¿Dejas que tu pareja también tome decisiones en cuanto a la decoración o prefieres fiarte solo de tu criterio?

-Decidimos juntos. De hecho también consultamos mucho con nuestros hijos.

Teniendo en cuenta su buen gusto por el interiorismo, no es difícil asumir que sus preferencias a la hora de decorar intervienen mucho en su manera de vestir. ¿Su estilo? “Muy casual y cómodo”, asegura. “Soy muy de pantalones, pero tengo el armario lleno de vestidos. Adoro los estampados y los colores pero, cuando tengo alguna ocasión especial, ¡apuesto todo al negro! ¡Y siempre tengo la sensación de que no tengo qué ponerme! En mi armario no cabe un alfiler. Tengo que aprender a deshacerme de la ropa pero me duele”, nos cuenta divertida y nos desvela, a su vez, que se siente más cómoda descalza en su casa —“ahí soy muy yo”— que desfilando en tacones. “La pasarela no es un lugar cómodo precisamente”, añade.

Después de agregar que sus accesorios favoritos son las medallitas y los colgantitos pequeños para cada día y etiquetar los bolsos grandes como “un obligatorio en mi vida”, nos deja ver —más bien nos lo cuenta— que el interior de su bolso no es tan fashionista como podríamos esperar ya que en él conviven —en perfecta armonía— un mascara de pestañas, una crema hidratante de ISDIN y un chupete.

Lo de la cremita nos lo apuntamos (con su permiso) y es que nada nos gustaría más que conocer sus secretos de belleza para estar así de estupendas. “Soy consciente de que a estas alturas de la vida hay que trabajarse el body”, dice Martina Klein con modestia, “y, aunque no siempre me guste, procuro convertirlo en algo divertido y mezclar disciplinas; entrenamientos de fuerza, baile, yoga… Así puedo comer como a mí me gusta, aunque ahí también procuro no cometer muchos excesos”.

-Modelo, presentadora, madre, ahora empresaria, ¿qué quieres ser de mayor?

-Aún no lo he decidido, ¡hay tantas cosas bonitas por hacer!

Fotos: Cortesía