Lo ha vuelto a hacer, Pamela Anderson, el ícono sexual de los años 90 vuelve a ser noticia. ¿El motivo? Su cercanía con un personaje tan importante como Julian Assange, el creador de WikiLeaks, y mismo que vive recluido en Londres en la embajada de Ecuador.

En una entrevista mantenida con el portal Hollywood Reporter, la ex actriz de 50 años ha hablado sobre esta amistad tan especial.

De Julian Assange ha dicho lo siguiente: «Hablamos de todo. Hablamos de la Biblia, sobre lo que está sucediendo con mis hijos, lo que está sucediendo con su familia. No se trata solo de política, aunque tomo muchas notas y la información que me da es tan abrumadora…”.

Se desconoce cómo Assange y Anderson se hicieron amigos y en la entrevista tampoco lo ha dejado claro. Solo ha dicho que se conocieron «hace años» y que fue la diseñadora Vivienne Westwood quien los presentó.

También tuvo espacio para hablar de Donald Trump, a quien conoció cuando era parte del universo de Playboy. “Creo que era su cumpleaños», recuerda la actriz al mismo tiempo que explica que le pagaron 500 dólares al día por estar ahí. Al hablar de Trump, Pamela Anderson no titubea a la hora de decir que los conocidos fake news son los del presidente republicano y que WikiLeaks es la única fuente confiable de información. Desafortunadamente, también sentencia que en el mundo hay muchas personas que no cuestionan la autoridad. “Simplemente piensan: ‘Oh, alguien más inteligente que yo lo ha descubierto, y voy a seguir con mi día y no tengo ningún sentimiento al respecto porque estoy demasiado ocupado’. Creo que eso es peligroso «.

Y aunque la actriz, que hoy vive en Francia junto a su novio de 32 años, busca mantener una relación cercana con Assange, la embajada de Ecuador no le permitió verlo la última vez que viajó a Londres para estar con él. «Está desconectado de todos. La calidad del aire y la luz [en la embajada] es terrible porque no puede mantener sus ventanas abiertas y no puede recibir luz del sol. Incluso los presos pueden salir, pero él no puede”, dijo con preocupación en la entrevista.

Sin duda, Pamela Anderson nunca ha sido una simple vigilante de la playa.