No es muy alta ni tiene un rostro amenazador; de hecho, casi siempre presume de sonrisa, enmarcada bajo una melena perfecta. Pero la mención de su nombre a la hora del brunch hace temblar a cualquier esposo o esposa en Hollywood.

Allí los divorcios están tan de moda como el Dionysus de Gucci o la raw food, así que no es de extrañar que los responsables del proceso se conviertan en estrellas tan mediáticas como sus representados. Y algo así le ha sucedido a Laura Wasser, la abogada elegida por Angelina Jolie para que se encargue de los papeles de su separación con Brad Pitt. Y Brad se echa a temblar.

Laura Wasser, la abogada elegida por Angelina Jolie para conducir su divorcio. © Cordon Press
Laura Wasser, la abogada elegida por Angelina Jolie para conducir su divorcio. © Cordon Press

Ya se conocían bien, la letrada fue la encargada de defender los intereses de la oscarizada Jolie en su separación de Billy Bob Thornton en el año 2002. Pero aquella no es la única separación estelar que ha conducido Wasser, que ‘presume’ en su currículum de haber terminado los matrimonios más sonoros. Ella consiguió ventajosos acuerdos para Jennifer Gardner (en su divorcio con Ben Affleck), Ashton Kutcher (Demi Moore), Ryan Reynolds (Scarlett Johansson), Melanie Griffith (Antonio Banderas) o, más recientemente, para Johnny Depp (Amber Heard).

Laura Wasser se encargó de finiquitar los matrimonios de Ashton Kutcher, Jennifer Gardner, Kim Kardashian, Melanie Griffith o Johnny Depp. © Cordon Press
Laura Wasser se encargó de finiquitar los matrimonios de Ashton Kutcher, Jennifer Gardner, Kim Kardashian, Melanie Griffith o Johnny Depp. © Cordon Press

Porque cuando cualquier estrella del firmamento hollywoodiense recibe o hace entrega de un diamante de muchos quilates para prometerse, lo normal es que su equipo se ponga manos a la obra para que en pocos días se cite con Martha Stewart (la titán de la organización de bodas al otro lado del Atlántico), con el diseñador de turno que se vaya a encargar del modelito y con Laura Wasser, responsable del acuerdo prenupcial. En California el mito del amor romántico se lo dejan exclusivamente a la gran pantalla.

¿Uno de sus primeros casos? Representarse a ella misma en el divorcio de su marido. © Cordon Press
¿Uno de sus primeros casos? Representarse a ella misma en el divorcio de su marido. © Cordon Press

Wasser tiene 48 años, vive en Malibú, presume de cuerpo bronceadamente perfecto (como solo saben hacerlo en Los Ángeles) y viste trajes de Lanvin o Saint Laurent junto a salones de Louboutin. Su triunfo entre las celebrities, según ella misma, se debe a que habla su idioma. También a que sabe manejar a la prensa y a los paparazzi con la misma habilidad con la que lidia con esposos ultrajados: cuando quiere que un proceso pase desapercibido, lo solapa con otro para que se difumine la cobertura; o presenta las demandas en el juzgado el viernes a última hora “cuando las agencias de noticias no prestan tanta atención”. Con la misma sangre fría, intercambia información o filtra detalles a los medios a cambio de favores para sus clientes. Sin ir más lejos, tiene línea directa con TMZ, la web que dio la exclusiva del divorcio Brangelina y que desde entonces no ha parado de filtrar escabrosos detalles sobre la ruptura (en los que, por cierto, Angie queda siempre bien parada).

Wasser maneja a la prensa a su antojo y no duda en filtrar información cuando le conviene. La noticia del divorcio Brangelina la conocíamos poco después de que la abogada presentara los papeles en un juzgado de Los Ángeles. © Cordon Press
Wasser maneja a la prensa a su antojo y no duda en filtrar información cuando le conviene. La noticia del divorcio Brangelina la conocíamos poco después de que la abogada presentara los papeles en un juzgado de Los Ángeles. © Cordon Press

Tiene reputación de dura y ha conseguido crear a su alrededor un mito que hace que maridos y esposas del bando contrario tengan pesadillas con su nombre: “Tengo fama de ser un pitbull, pero en realidad solo me enfoco en conseguir resultados”, explicaba en Dame. “No me siento a gusto cuando el objetivo es arruinar a la otra persona”, así que no duda en rechazar muchos casos. Disso Queen [la reina de la disolución], como la bautizaron los tabloides, es socia del despacho Wasser, Cooperman & Carter (que fundó su padre en 1976) especializado en derecho de familia y allí compagina las separaciones del star system con algunos trabajos pro bono (o por amor al arte) a través del centro Buhai Harriett, como suele ser frecuente en los grandes despachos.

¿El punto más delicado en el divorcio Brangelina? Sus seis hijos. © Cordon Press
¿El punto más delicado en el divorcio Brangelina? Sus seis hijos. © Cordon Press

Puede permitírselo. Para ello reserva para sus clientes de pago, según Bloomberg, unos honorarios de 850 dólares la hora (unos 750 euros) a los que hay que sumar una cuota de 25.000 dólares más (22.230 euros).

Calderilla para Angelina, con una fortuna estimada de 240 millones; su ya ex, Brad, tampoco se queda corto, con un patrimonio personal de más de 310 millones de euros. A ello se suman, según una estimación de la revista Forbes, otros 500 millones de euros que han ganado de manera conjunta desde 2004.

Pero no parece que el dinero vaya a jugar un papel principal en el acuerdo de divorcio, que tiene su punto más delicado en la custodia de los seis hijos de la pareja. Eso queda en manos de Wasser, que peleará por ella con la cualidad que todos los que han trabajado con ella (o contra ella) destacan: su habilidad de negociar. “Trato de no poner mis sentimientos personales en ello. Mi trabajo consiste en hacer lo que sea necesario para crear un acuerdo”, explicaba hace solo unas semanas en Vanity Fair.