Rihanna ya no tiene una talla 36. Ni probablemente una 38. Sin embargo, cuando la prensa y el público deberían estar centrándose en su talento y en sus labores solidarias (que son muchas y variadas), desde hace un par de meses solo se habla de su cambio físico.

Pero cuidadito porque Rihanna sabe defenderse solita. © Getty Images

Pregunta sin maldad, ¿acaso nadie en este mundo ha subido o bajado de peso durante una temporada por el motivo que sea? Ah, creía. «El increíble cambio físico de Rihanna» o «¿Qué le pasa a Rihanna?» e incluso «¿Está Rihanna embarazada?» han sido algunos de los titulares que han dado la vuelta al mundo después de ver las estrenadas curvas de la de Barbados. Un claro caso de body shaming en toda regla. Lo digo porque engordar o adelgazar nos pasa a todos, por lo tanto tan increíble no será, y porque conozco a mucha gente que varía a menudo de peso y no les pasa nada. Bueno, rectifico, sí les pasa. Que son felices y se preocupan de cosas más importantes que de la báscula.

Ante tanto revuelo, ¿creéis que Riri se ha envuelto en una manta zamorana y se ha ido al gimnasio a sudar? No señor. Al contrario. ¿Os escandalizáis porque ha engordado unos kilos? Pues poneos cómodos porque Riri tiene un mensaje especial para vosotros:

¡BOOM! ©Instagram/@badgalriri

El de su cuerpo. El de quererse a sí misma por encima de todo. El de enfundarse en un exuberante traje de plumas y transparencias para disfrutar del festival Crop Over de su Barbados natal sin importarle el qué dirán. Porque decir han dicho mucho, pero ella ha hecho oídos sordos y se ha dedicado a bailar y a disfrutar de la fiesta.

Un festival al que acude desde hace cuatro años mostrando con naturalidad su cuerpo, sea el que sea. Una lección, queridas, que todas deberíamos interiorizar. El otro día, sin ir más lejos, escuché a una amiga decir que esta temporada se había comprado bañadores en vez de bikinis porque «estoy más gorda que el año pasado».

Así nos va, amigas, así nos va.

Una frase que jamás de los jamases he oído salir de la boca de un hombre. ¿Tú te crees que a ellos les importa que veas si se han bebido un par de cervezas de más este verano? No. El problema es que a nadie le debería importar el físico del otro y menos juzgarlo y diseccionarlo al milímetro.

Ante tal muestra de naturalidad y madurez, la instantánea que Rihanna subió a Instagram cuenta ya con más de 4 millones de likes y más de 80.000 comentarios y no ha dejado a nadie indiferente, ni siquiera a su ex, Chris Brown. Ya sabes: si además de dar una lección al mundo entero quieres darle en las narices a tu ex, haz como Rihanna.

Así se queda Chris Brown ante el estilismo de Rihanna. ©Instagram

Esos ojitos (de muy fácil y sutil interpretación), a los que la de Barbados no ha contestado, han hecho que las redes sociales exigieran que Chris se mantuviese alejado de Rihanna. Recordemos que el cantante maltrató a la intérprete en 2009 y que fue encontrado culpable por un juez. Si bien es cierto que, en 2011, Riri y él acordaron invalidar la orden de alejamiento para poder coincidir así en eventos musicales, esta ha sido la primera vez que se produce un contacto público, aunque sea digital.

Interacciones online al margen, Rihanna demuestra con esta fotografía que solo ella es dueña de su cuerpo y que no le interesa lo que tengáis que decir sobre él. Tomad nota.

Miradlo otra vez porque Riri no piensa taparlo. ©Instagram/@badgalriri