El corazón de los madridistas está estos días en Oporto, la ciudad portuguesa a la que ha decidido trasladarse el portero más célebre de la historia del club blanco; y, con ello, las cabezas de cada radio patio del país están puestas en lo que la decisión de Iker Casillas conllevaba: ¿qué pasaría con Sara Carbonero? Que nos puede un chismorreo, qué le vamos a hacer, sobre todo de nuestra pareja patria favorita.

En un principio podía pensarse que el madrileño habría elegido Portugal para no intervenir en la vida laboral de su chica (al fin y al cabo, tardaría lo mismo en ir de su casa a Valdebebas en coche, que de Barajas a Oporto en avión, #esoesasi). Él viajaría X días por semana y ella podría seguir dando los deportes en Telecinco cada medio día. Problema solucionado…

© Cordon Press
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O no, porque finalmente la periodista ha decidido seguir al portero allá donde vaya. Así lo ha confirmado Mediaset través de su cuenta de Twitter:

Tras pasar por Radio Marca y La Sexta, Sara entró en Mediaset en 2009, justo a tiempo para dar el pelotazo (en el sentido más literal de la palabra) en el Mundial de Sudáfrica en 2010, donde España se alzó como campeona del mundo y ella como novia del que había conseguido aquello a golpe del beso más famoso de nuestra televisión. Ahora, la periodista toledana ha pedido a la cadena dos años de excedencia en los que colaborará puntualmente y, entre tanto, continuará con su tienda online Slow Love, con su blog y con los múltiples trabajos publicitarios que se le puedan poner por delante.

Sara también cubrió la última Eurocopa en Polonia, donde España salió, una vez más, victoriosa. © Cordon Press
Sara también cubrió la última Eurocopa en Polonia, donde España salió, una vez más, victoriosa. © Cordon Press

E Iker no tendrá que irse solo al país vecino, donde su madre no acaba de verle: «Le han mandado a una vaporeta en vez de a una maquina de vapor (…) Yo lo que digo es se haga un referéndum entre los socios sobre mi hijo como se ha hecho en Grecia. A ver qué dicen», confesó recientemente en una entrevista con La Otra Crónica.

Pero nada, que no, que Casillas se va (se ha ido, vaya: ya ha vestido la camiseta del equipo luso) y lo hace con drama incluido entre los madridistas y lágrimas en los ojos, sí, pero con su señora y su hijo Martín de año y medio de la mano. Así que qué menos que decir «#GraciasSara» (qué agudas somos cuando queremos) una última vez por no dejarle solo en esto…

¡Que se beeesen! ¡Que se beeeesen!
¡Que se beeesen! ¡Que se beeeesen!