Moda
Siempre será Jenny from the block, pero eso no quita que Jennifer Lopez, una de las artistas más polifacéticas del panorama, busque confort en otras latitudes (que para eso se lo ha ganado). Hacía mucho que había dejado atrás su casita del Bronx cuando en el 2010 compraba esta mansión junto a su entonces marido, Marc Anthony. Ahora, finalizado el matrimonio, la propiedad está disponible para cualquiera dispuesto a desembolsar los 12,5 millones de dólares (podríamos redondear a unos 10 millones de euros) que piden por ella.
Y que nadie se queje, que la oferta es una ganga: la residencia salió al mercado hace un año por 17 millones.
Situada en Los Ángeles, en Hidden Hills, la casa presume de 5.000 metros de habitaciones, salones y espacios de ocio, en un terreno de 40.000 metros cuadrados (lo que vendrían a ser cuatro campos de fútbol). Las montañas, vistas panorámicas sobre la ciudad y rutas ecuestres sobre las que se despertaba JLo todas las mañanas, en una habitación con un vestidor más grande que cualquier piso medio español.
Pero las nueve habitaciones, los salones, la cocina y los 13 baños son lo de menos, lo mas impactante en la mansión de Jennifer es el ala dedicada al ocio. Separada de la casa principal por un corredor, cuenta con todo lo necesario para no salir nunca al mundo exterior: zona de juegos, cine de 20 butacas, gimnasio, estudio de baile (con su propia lavandería, vestidor y cocina, claro), bar, estudio de grabación, salón de belleza y zona para los invitados.
La cosa se remata con ocho chimeneas y otras tantas plazas de garaje, piscina, spa, parque infantil y cocina exterior. Un ‘apartamento’ discretito que, como no podía ser de otra manera, cuenta con Kim Kardashian o Jessica Simpson entre sus vecinos.
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