Acabas de terminar tus vacaciones y tu mayor miedo no es el de incorporarte a la rutina, sino el de enfrentarte al desfalco de tu tarjeta de crédito. Deja de vivir por encima de tus posibilidades y, sobre todo, de deber dinero al banco, a tu hermana, a tu padre y a tu novio. Experimenta por una vez en tu vida la magnífica sensación de llegar a fin de mes, de tener tus cuentas saneadas y, sobre todo, ¡de tener una cuenta de ahorro! Sí, las cuentas de ahorro existen, y no hace falta ser rico para llenarlas.

Con tiempo, dedicación y algunos cambios de hábitos, conseguirás, poco a poco, ir sumando un dinerillo. Sigue nuestros consejos y empieza hoy mismo… algún día nos lo agradecerás.

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Ahorrar no es tan difícil como piensas si sigues estos consejos. © Getty Images

1. De compras… con cabeza.
¿No crees que ya has comprado compulsivamente durante mucho tiempo? Echa un vistazo a tu armario y cuenta los vestidos que te has puesto solo una vez o, lo que es peor, que ni has estrenado. Empieza por dejar de comparar las prendas que te gustan en una tienda con las copas… ¿O es que al mirar el precio de un vestido nunca has dicho eso de: “Bah esto son tres copas el viernes”?

Piénsatelo dos veces. Puedes ir a la moda y darte todos los caprichos que quieras pero no tires el dinero.Prioriza, piensa en lo que de verdad necesitas y, sobre todo, no dejes que las gangas te cieguen. No solo lo notarás en tu cuenta corriente, también en tu armario, ese en el que no encuentras nada porque está a punto de explotar.

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2. Cosméticos, ¡de todo un poco!
Muchas veces tenemos asumido que la calidad de los productos de belleza se mide por el precio. Y no siempre es así. Invierte en tratamientos, especialmente si padeces alergia o tienes la piel sensible, pero busca cosméticos más asequibles en los que apenas vas a notar la diferencia: laca de uñas, máscara de pestañas, sombra de ojos… ¡Y no acumules! ¿Cuántas máscaras de pestañas secas tienes en un cajón? Utiliza solo una y no compres otra hasta que se te haya terminado (¡Sí! Aunque nunca lo hayas visto con tus propios ojos, los cosméticos se gastan). Igualmente, con las cremas, no compres otra hasta que realmente la necesites porque, si acumulas los tarros abiertos, al final acabarán caducando y, por tanto, habrás tirado el dinero.

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3. En belleza, mejor do it yourself.
Elimina de tu lista de gastos los tratamientos de belleza innecesarios. Está bien que te cuides pero de ahí a estar cada dos por tres en un centro de belleza hay un trecho. Arréglate tú misma las uñas, ¡qué tampoco es para tanto! Y ve a un centro a hacerte la manicura, de ven en cuando, como un premio, y no como una rutina. Además ¿cuántas veces has picado el anzuelo del antiarrugas o el tratamiento antiacné definitivo? O, lo que es peor, esos 100 euros que te iban a dejar el pelo sedoso y brillante para siempre. ¿Lo notaste? A Jennifer Aniston le funciona, pero es que ella invierte 400 dólares al día en su cuerpo. ¡Casi nada!

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4. Be water, my friend.
Cuando comemos o cenamos fuera de casa, por inercia, pedimos refrescos o una copa de vino que no siempre nos apetece. Prueba a pedir agua, lo mismo que harías en casa. Ahorrarás dinero y consumirás menos calorías y azúcares añadidos.

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5. Vamos a medias.
Si eres de las que invita a sus amigas a cenar a casa y te arruinas cada vez que lo haces, propón en tu grupo ir a medias. Una reunión con ellas debe suponer un plan divertido que no tiene por qué salirte por un ojo de la cara. Tanto si pones tú la casa, como si lo hace otra amiga, sugiere que cada una lleve algo. Crea un grupo de Whatsapp y poneos de acuerdo: aperitivos, primero, segundo, postre y bebidas. Fácil, ¿no?

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6. Cambia de amistades.
Es duro pero si quieres empezar a hacer un consumo responsable deberás analizar con qué grupos de amigos puedes salir y con cuáles no. Los fines de semana aléjate de los Rockefeller que te llevan por el “mal camino”. Barra libre de cócteles en los restaurantes de moda, despedidas de soltera en Ibiza, escapadas a un barco de Cerdeña, mariscadas a la luz de la luna… ¡Deja de llevar ese ritmo de vida! No nos oponemos a que disfrutes, ni a que vayas de vacaciones pero si no te apellidas Casiraghi deberás cortarte un poco.

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7. No te compares.
Cuidado con los blogs y las cuentas de Instagram en las que cada día verás looks perfectos de ropa carísima. ¿Crees que serías más feliz si tuvieses los bolsos de Chiara Ferragni? Por supuesto que no, y además estarías completamente arruinada. Está bien seguir las tendencias y consultar blogs de moda, pero, de vez en cuando, fíjate en algunos más realistas que hablen de cosas que te puedas permitir.

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8. Elimina cualquier rastro de tus compras.
Cada vez que introduces los datos bancarios en Internet para hacer una compra te pregunta si quieres o no que memorice los datos de tu tarjeta. ¡Pincha en la opción NO MEMORIZAR! ¿Sabes lo que significa si haces lo contrario? Que cada vez que estás delante de una compra compulsiva en la Red no tendrás ni que levantarte del sofá para que sea tuya. En cambio, imagínate si llenas tu carrito de la compra, vas a confirmar el pedido, pero tienes que levantarte, buscar el monedero, sacar la tarjeta, que no está ahí porque ahora te acuerdas de que te la dejaste en el bolsillo de la chaqueta, esa que está en el armario de la entrada… pues ahora ya que lo pienso, esos zapatos tampoco me vienen tan bien. Delete.

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9. Llena la nevera.
Aunque seas un desastre en la cocina y hacer la compra te de una pereza mortal, piensa en lo que te gastas cada vez que pides pizza, sushi, hamburguesas… Además de tu bolsillo, tu salud te lo agradecerá enormemente.

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10. Reduce cuotas
De los productores del clásico “pago un gimnasio todos los meses y la última vez que me vieron el pelo aún estaba con la operación turrón”, llega “soy premium de todo y ni sé para qué sirve”. Música, series, películas, libros sin gastos de envío… Ser socio preferente es muy tentador pero, ¿realmente pagas por lo que usas? Analiza lo que estás utilizando de cada una de tus suscripciones, haz una lista de la rentabilidad que te ofrecen y si es poca… ¡date de baja! Que 10 eurillos no es nada, pero al año son 120 euros, y para empezar una cuenta de ahorro es más que suficiente.

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BONUS TRACK
Apúntate a la economía colaborativa, porque a veces no hace falta ir muy lejos (ni gastar mucho, o incluso nada) para encontrar lo que necesitas.