“Yo llevaba siete años trabajando en una empresa de viajes. No hacía lo que me gustaba, pero nunca me decidía a tomar la decisión de dejarlo. El despido supuso para mí como un pequeño empujón para tomar las riendas de mi vida”, cuenta a Grazia Javier Díaz Laguillo (Little Lake), un joven que fue despedido de su empresa el año pasado y que, aunque lógicamente se asustó, luego comprobó en su propia piel que una oportunidad perdida puede ser una oportunidad ganada.

tumblr_inline_mn97uzzQmS1qz4rgp
«Estáis todos despedidos»

Dedicó todas sus fuerzas y sus ilusiones a lo que siempre había querido hacer: dibujar. Y ahora, seis meses después de la “fatídica” noticia, este ilustrador canario ya tiene encargos en tiendas, vende a amigos de amigos y prepara su primera novela gráfica junto al guionista José Luis Perelló y al artista Serge Arzoumanian, una historia que parte, precisamente, del día de su despido.

Estar en el paro puede ser, como nos dicen todos los expertos, una experiencia traumática de la que, en estos tiempos ingratos, nadie parece estar a salvo: ahora mismo hay en España casi cinco millones de parados y, quienes tenemos trabajo, ¿podemos tener la seguridad de que seguirá siendo así? No. Esa inseguridad (que siente el parado y también el que sabe que puede estarlo mañana) puede crear (a menos que pongas remedio) miedo, desilusión, zozobra y desesperanza, emociones tóxicas pueden hacer saltar por los aires todo nuestro bienestar emocional, salpicando, en muchos casos, al de nuestra pareja, familia o amigos.

El proceso es totalmente natural: somos seres humanos. Y los seres humanos cuando perdemos a un ser querido, cuando rompemos con una pareja a la que queríamos mucho y (también) cuando perdemos un trabajo, atravesamos el duelo, con todas o algunas de sus fases, que están típicamente fijadas en psicología: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

 

© Javier Díaz Laguillo
© Javier Díaz Laguillo

Veamos, pues, en este artículo, veinticinco cosas que debes saber (por si te despiden) y que puedes hacer, cuando te han despedido, para que la situación no se te vaya de las manos y, más pronto que tarde, encuentres otro trabajo:

1. Cómprate Me han despedido. Afrontar constructivamente el desempleo, un libro realmente bueno, razonado, práctico y a la altura de su autor, Marcos Chicot. Tiene un lenguaje inteligible para todo el mundo y puede darte las armas para que, después del despido, actúes en tu propio beneficio.

2. Debes saber que entrarás en el famoso “shock emocional” que se sufre, sí o sí, cuando a uno le despiden. Este shock es más fuerte cuando uno no se lo espera nada pero también se da cuando uno tenía sus sospechas. “En mi caso era esperable que me despidieran, pero, aún así, en un primer momento entré en estado de shock, lo cual me sorprendió bastante. Me duró una semana. Luego me puse manos a la obra”, cuenta Javier Díaz Laguillo.

72936_despido
Ilustraciones de Javier Díaz Laguillo © Javier Díaz Laguillo

3. Y, ¿cómo me preparo para el shock emocional? Piensa en ello. Por ejemplo, ahora, que tienes trabajo, puedes pensar: si mi jefe, al que le caigo tan bien, alguna vez me despidiera, yo sé que entraría en un estado de shock. Sólo por eso el shock ya será más débil.

4. Y, ¿qué hago una vez que el shock me ha atrapado? Lo primero, saber que se te pasará. Lo segundo, observarlo (puedes hablarle incluso: “Hola, shock, te veo y te comprendo, pero yo quiero seguir con lo mío”). Lo tercero: dejarlo marchar, sin alimentarlo con pensamientos que podrían llevarnos a la inactividad durante semanas, meses o, en los casos más dramáticos, años.

5. Espabila. Reacciona. Sal de tu secuestro emocional tan pronto como puedas. “Sí, pero, ¿cómo?”, puedes preguntarte. Hay mil formas: ponte tu despertador a la misma hora que cuando ibas a trabajar, por ejemplo. Vete a la biblioteca e intenta leer. Empieza a correr, o a nadar, o a ver todos los museos de la ciudad, cada día uno; sal a la calle, comparte cosas con los demás, lo que sea, con tal de no meterte dentro de ti mismo y con tal de que puedas salir de esa situación de profunda desesperanza (si es que la sientes).

"Me encanta mi trabajo, me encanta mi trabajo, me encanta mi trabajo..."
«Me encanta mi trabajo, me encanta mi trabajo, me encanta mi trabajo…»

6. Acepta lo que ha pasado. Hay un certero dicho que dice: “Lo que puedas cambiar, cámbialo, lo que no puedas cambiar, acéptalo”. Una vez que realmente aceptes lo que te ha sucedido, sentirás cierta paz.

7. Luego, reflexiona. Te han despedido, sí, pero tal vez sea el momento de que te preguntes, ¿qué es lo que yo quiero hacer en esta vida? Hay muchas personas que, como Javier, han conseguido dar un giro a su vida que luego ha resultado ser muy positivo para ellos.

8. Sé practico, es decir, actúa en tu propio interés. Lógicamente, puede que te sientas muy enfadado y que, incluso, sientas el deseo de hablar mal de tu jefe a toda persona que te encuentres. Pero debes saber que si criticas no tan elegantemente a tu jefe o jefa sólo habrá un perjudicado: tú mismo. Y es que pocas cosas hay más importantes en cualquier proceso de selección que las referencias. ¿Qué esperas que digan de ti si se enteran de lo que vas diciendo?

9. Deja a un lado la vergüenza. Y es que hay mucha gente que siente, de pronto, mucha vergüenza, por eso es tan bueno que personajes populares como Blanca Suárez o Loles León hayan declarado públicamente alguna vez: “Estoy en paro”. Es bueno que lo digas: mientras más gente lo sepa, más posibilidades habrá de que alguien se acuerde de ti cuando pueda necesitarte.

 

© En busca de la felicidad
© En busca de la felicidad

10. Si ves que hay asomo de depresión, acude a un buen terapeuta en los primeros indicios.

11. Puede serte muy útil acudir a un coach que te ayude a sacar todo el potencial que tienes. Y sí, el consejo parece una contradicción en sí misma: ¿Cómo gastarte más dinero precisamente ahora, que tienes menos dinero? Precisamente por eso: se trata de una inversión en ti mismo. Por si te decides, aquí van tres nombres de profesionales serios y recomendables: Carmen Giménez-Cuenca, Marga Baro y Javier Castillo.

12. Potencia tu autoestima. Hay personas que, cuando las despiden, se sienten penosamente rechazadas, pero no, no es eso. “Va siendo hora de que cambies la frase “tanto tienes, tanto vales” por “tanto eres, tanto vales”, asegura Marcos Chicot. Y es que, de otro modo, corres el riesgo de que en cualquier momento te quiten lo que tienes (en este caso, el trabajo) y sientas que no vales nada.

13. ¡Cuidado con Facebook! Es una herramienta fantástica, tanto como para que muchos profesionales de selección, de trabajos a los que optas, puedan decidir espiarte. Si te dedicas a colgar tus fotos de fiesta con tus amigas o lo mal que te sientes, es probable que no estés haciendo mucho a tu favor.

14. Sé positivo: Trata de ver el vaso medio lleno. Probablemente, había cosas en tu trabajo que no te gustaban, ¿no? Pues te has librado de ellas.

pais+piruleta

15. Si tienes más de cincuenta años, no desesperes, aunque todo parezca indicarte que lo tienes peor que nadie, no es así necesariamente. Escribe Marcos Clicot en su libro: “Estas personas consideran que su mayor problema es una menor probabilidad de conseguir un trabajo, pero los principales obstáculos residen en su interior: son la resistencia al cambio, las ideas de que no se puede hacer algo diferente a lo que se hacía y que no se está en edad de aprender, y la falta de creencia en las posibilidades propias, que se convierte en profecía autocumplida al acudir a las entrevistas en actitud derrotista”.

© In good company
© In good company

16. Ten al día tu agenda y, si no la tienes, cómprate una. Sí, ya no trabajas, pero debes saber que no tener un trabajo supone en sí mismo otro trabajo y, como tal, requiere planificación. Ponte objetivos diarios, que sean realistas, y eso te ayudará, si los vas cumpliendo, a sentirte motivado.

17. Dedica las primeras horas de la mañana a lo más importante (la búsqueda de empleo), pero no olvides dedicar tiempo, a lo largo del día, para hacer deporte y para divertirte como buenamente prefieras. Eso te ayudará a cultivar un estado de ánimo potente, que será el que verdaderamente te ayude a conseguir otro trabajo.

18. Trata de no hacerte la víctima todo el tiempo. “Una permanente actitud de víctima es un modo pernicioso de proteger nuestra autoestima. Nos instala en la inactividad y desgasta a nuestro entorno, que puede acabar rechazándonos”, nos recuerda Chicot, pero es que, además, ello impedirá que te hagas responsable de lo que te ha sucedido. Recuerda: echarle las culpas a los demás no te sirve para nada.

19. Esmérate por estar guapo o guapa, más que nunca. Eso te vendrá muy bien para tu autoimagen.

black-and-white-blonde-gif-lipstick-make-up-Favim.com-374539

 

20. Aprende a poner límites a tu familia y a tus amigos y, como si fueras tu propio jefe, a decir que no. Que estés en paro no significa que tengas tiempo para todo y para todos en todo momento. Recuerda lo de antes: no tener trabajo equivale a tener un trabajo.

21. Reduce tus gastos. Esto no es una tarea sencilla: debes dedicar tiempo a analizar en qué cosas se te va el dinero, tanto las fijas como las variables. Luego, recorta como si fueras un político: sin piedad.

22. Sé realista. “Analiza el mercado laboral. Plantéate intentar adaptarte a un puesto que tengas más probabilidades de conseguir que a uno improbable”, escribe Marcos Chicot.

23. Haz nuevos contactos, agrega a personas que puedan interesarte en redes sociales (¡están para eso!), haz lo posible por ampliar tu círculo social.

24. Crea un buen currículum, tenlo actualizado y, en las entrevistas, da lo mejor de ti. ¿Cómo? Valorándote y transmitiendo positividad.

72966_despido

25. Sigue, al pie de la letra, los consejos de un experto en Recursos Humanos. Estrella Lara-Barahona, que trabaja en el departamento de la multinacional Accenture, nos resume, para terminar, estos cinco puntos esenciales:

  • Formación

Aprovechar la situación para formarte para mejorar el curriculum y diferenciarte del resto. En el campo de los idiomas, por ejemplo, ya no es suficiente con saber hablar inglés por lo que un buen lugar por el que comenzar es aprender otros idiomas ya punteros como el chino o el árabe. Asistir a clases, tener un horario que cumplir y “deberes” que realizar, son actividades muy importantes para seguir relacionándonos con un ambiente semi-laboral.

© El método Gronholm
© El método Gronholm
  • Flexibilidad

Las posibilidades de un empleo no tienen porque estar en tu ciudad o en tu país, y esto es algo que debemos asumir , y cuanto antes mejor. Tener la mente abierta a posibles cambios y a trabajar en otros lugares del mundo, nos abrirá muchas puertas y nuevas posiblidades. Igualmente puede surgirnos un empleo que no tenga nada que ver con nuestra formación o con nuestra experiencia previa. Nunca se sabe donde va a estar nuestra oportunidad.

  • Contactos

Hay que perder el miedo o la vergüenza a tirar de agenda a la hora de buscar trabajo. Muchas veces nosotros mismos reducimos nuestras posibilidades por no ser capaces si quiera de preguntar a los contactos cercanos si saben de alguna oportunidad. Podemos tener la oportunidad mucho más cerca de lo que pensamos.

  • Emprender

Es un buen momento para plantearte la posibilidad de crear tu propio negocio. Quizás tengas una idea que nunca has desarrollado por falta de tiempo y este puede que sea el momento de hacerlo. ¡Atrevete a dar el salto!

  • No desesperar

Es quizás el consejo mas importante y mas difícil de todos, ya que la búsqueda de empleo sin éxito nos hace desesperar, deprimirnos y tirar la toalla en muchas ocasiones. Pero tenemos que ser fuertes y optimistas y no perder la esperanza en que en algún momento llegará nuestra oportunidad.