Moda
Igual que hay quien no necesita más que una toalla amplia y mucho sol para ser feliz en la playa, otros solo entienden la felicidad veraniega acodados en un chiringuito, con una jarra de cerveza helada bajo la sombra. El chiringuito, que inventó sin saberlo el concepto pop-up store, que hizo del cutrerío rancio todo un mito, sigue siendo el auténtico faro de la mayoría de nuestras playas. Pero hace mucho que dejó de ser el bar venido a menos con dos neveras, cuatro mesas de plástico, una barra de chapa y dos tejados de cañas a modo de parasol. La moda por el diseño más cuidado también ha entrado de lleno en ellos. Y si no, valgan como ejemplo estos que hemos seleccionado, en los que no nos importaría tirarnos todo lo que queda de verano.
Blue Bar – Playa de Es Migjorn (Formentera, Baleares).
Decorado completamente en color azul, este es el chiringuito por excelencia de Formentera. Poco queda del primigenio de los 60, salvo parte del edificio principal y su localización, sobre una duna que le permite admirar vistas únicas y, además, crear una serie de terrazas con mesas, sillas, miradores, sofás… Durante la puesta de sol, nada como sentarse frente al mar mientras suena la música de su media docena de DJ’s, que se van turnando (una de ellas, DJ Kaya, es la creadora del Blue y su decoración). En temporada alta es mejor reservar, aunque suelen mantener un sitio para los que aparezcan de repente. En el menú, platos mediterráneos y asiáticos, toda una fusión.
Alhma Beach Club – Playa de El Palmar (Vejer de la Frontera, Cádiz).
Prácticamente cualquiera de los chiringuitos de la fantástica playa de El Palmar son ya un símbolo por sí mismos. Uno de ellos es el Alhma, que renuncia quizás al lado hippy de otros de sus vecinos para crear un ambiente más chic y elegante. Junto a un paraje natural, playa infinita, arena dorada, agua cargada de sal… es perfecto para rematar la jornada con un té helado, un smoothie o un frappé; así como una amplia propuesta de gin tonics. Si queremos ir a mediodía, su carta de arroces es lo que ellos llaman fun eating. La música es tranquila, alternando sonido lounge con soul, new jazz y funky. Abre hasta las 3 de la mañana.
El Chiringuito – Playa de Es Cavallet (Ibiza, Baleares).
Es Cavallet es una de las playas más destacadas de Ibiza por su gran arenal, así como por estar situada dentro del Parque Natural de Ses Salines, lo que le permite huir del desarrollo urbanístico, así como ser perfecta para el naturismo. En su punta norte se encuentra un chiringuito llamado precisamente así, El Chiringuito, que apuesta por los clásicos de la isla: el blanco y el chill. Sofás inmaculados bajo techos de paja, una línea frente al mar de tumbonas y camas balinesas y un menú de cocina internacional en su restaurante, que se complementa con una barra en la que no dejan de preparar zumos y cócteles.
Carita Morena – Playa de Castelldefels (Castelldefels, Barcelona).
Frente al Paseo Marítimo de la ciudad catalana, este chiringuito es el preferido para disfrutar de buena música, cócteles y tapas, siempre en un ambiente relajado. Tiene sus hamacas, que completa el ambiente chill out, y no faltan ni una DJ ni actuaciones en directo. Dentro de su carta, será difícil decidirse entre el picoteo de tapas vegetarianas, las de estilo mexicano o las de pescado y marisco, con todo tipo de combinaciones. Unas grandes banderolas de rollo surfero nos muestran el camino para llegar, aunque seguro que sus troncos a modo de asientos y sus cubos-mesa sobre la arena nos dan una pista.
Amadores Beach Club – Playa de Amadores (Mogán, Gran Canaria).
Frente al Atlántico, Amadores es una mezcla de chill out, club de playa, jardín y chiringuito, a un paso de la playa y donde no falta de nada para pasarlo perfectamente bien. En el jardín se puede disfrutar de buenos cócteles y del sol de Canarias, claro que es su restaurante, abierto de 12 a 23 h. con cocina non-stop donde tienes que ir si prefieres la vida gourmet, con una carta muy creativa. Y si necesitas un repaso detox, nada como irse a su Spa Lounge, con piscina, solárium con incluso una zona dedicada al champán. Casi nada.
S’Embat – Playa de Ses Covetes (Es Trenc, Mallorca).
Dicen que en S’Embat “la vida es maravillosa” y para demostrarlo la llenan de color. Justo a la entrada de la playa encontramos uno de esos chiringuitos donde se funde el hippy chic con lo informal, la caña de cerveza clásica y el suelo de arena. Grandes estrellas cuelgan de los árboles mientras suena música en directo, se hacen talleres, juegan los niños, un DJ pincha… Y siempre con los mejores cócteles, así como platos a la parrilla que incluyen filetes, quiches, parrilladas de verduras, chorizos criollos… e incluso postres caseros como el brownie.
El Chiringuito de Cuchia – Playa de Cuchia (Miengo, Cantabria).
No faltan opciones también frente al Cantábrico. Prueba de ello es este chiringuito a no demasiada distancia de Santander, en Miengo. Estrena este verano su “cabaña arrocera” y el mejor momento para ir es, sin duda, durante el atardecer, que en este rincón de Cantabria es impresionante. Tanto como la comida casera que hay que probar una vez vista la puesta de sol o durante un almuerzo. También presume de vistas sobre Suances, por lo que no hay, realmente, momento malo para poder ir hasta allí. Eso sí, es más restaurante que chiringuito clásico.
