Cuando una mujer se queda embarazada es consciente de que su cuerpo va a ser sometido a un importante cambio físico. Algunas mujeres lo llevan bien y otras, en cambio, lo recuerdan con horror. Hemos oído a famosas como Kim Kardashian decir sin ambages que estar embarazada había sido la experiencia más horrible de su vida  y a otras como Melissa Joan Hart (que para nosotras siempre será Sabrina la bruja adolescente) confesar que odiaba profundamente estar embarazada. ¡Y no nos extraña! A las famosas se las escruta con lupa y parece que todo el mundo espera que a los cuatro días de haber dado a luz estén tan imponentes como antes del embarazo. Como si estar embarazadas hubiese sido un accidente que ha durado 9 meses exactos.

¿Cuánto se engorda en el embarazo?
© Alexandra Jiménez en el cartel de su nueva película, ‘Embarazados’.

Pero famosos o no famosas, el peso durante la gestación es algo que nos lleva de cabeza a todas. Algunas embarazadas acuden con terror a la consulta como corderitos al matadero, esperando haber engordado lo que tienen que engordar: el peso justo. Ni más, ni menos como si esto fuera posible.

¡A pesar!
¡A pesar!

Error nuestro, también: no debería venderse como normal que una esté tan imponente como Elsa Pataky después de dar a luz mellizos. ¡No lo es! De hecho, es mucho más habitual que la mujer salga del hospital tras dar a luz con un abdomen aún abultado, como Kate Middleton. Entonces, ¿cuánto engorda un embarazo? ¿Qué es normal y qué no en este ámbito? Preguntamos a los expertos qué podemos esperar respecto al peso en estos nueve meses… y los siguientes:

Con cariño ¿vale?
Con cariño, ¿vale?

1. ¿Cuántos kilos es normal engordar?
Durante el embarazo, las mujeres pasamos por infinidad de controles del peso. La Dra. Mabel Cayuela, ginecóloga del Hospital de Terrassa nos cuenta que, aunque para algunas es duro, es importante controlarlo para evitar complicaciones durante la gestación. El sobrepeso puede ocasionar diabetes gestacional, hipertensión y complicar el parto. «Lo óptimo es engordar entre 1-1,5 kg al mes, unos 9 o 12 kilos en todo el embarazo«.

Pero muchas habréis visto embarazadas que apenas cogen peso y a otras que, por el contrario, engordan muchísimo. La Dra. Cayuela explica «Las embarazadas sufren cambios metabólicos que tienden a la retención de nutrientes y líquidos. El que unas gestantes engorden más que otras viene condicionado por múltiples factores como el metabolismo propio de la paciente (si tenían tendencia a engordar previo a la gestación, ahora retendrán más), los hábitos alimenticios o el sedentarismo».

Yo ahora mismo estoy tumbada, pero porque no soy capaz de levantarme.
Yo ahora mismo estoy tumbada, sí, pero es porque no soy capaz siquiera de levantarme.

2. ¿Cómo debe ser la alimentación durante el embarazo?
Nos contesta el Dr. Miguel Ángel Rodríguez Zambrano, Jefe de Servicio de Ginecología del Hospital Madrid Puerta del Sur. «Es un error pensar que hay que comer por dos», dice. La alimentación de las mujeres embarazadas tiene que ser rica y variada, y no se recomienda aumentar la cantidad sino la frecuencia. «Comiendo cinco o seis veces al día podemos regular mejor el metabolismo y los niveles de glucosa».

En el marco de una alimentación saludable, el especialista apunta que hay pocos alimentos prohibidos. «Los quesos, en general, deberían ser con leche pausterizada, pero hoy día en países desarrollados los procedentes de leches crudas pueden ser igualmente seguros. No debe abusarse de pescados grandes por su contenido en mercurio y hay que tener precaución con las intoxicaciones alimentarias (moluscos crudos, por ejemplo). El lavado de frutas y verduras debe ser adecuado, no siendo imprescindible el uso de productos específicos. En principio hay que mantener el sentido común en la alimentación y atender a las indicaciones personalizadas de nuestro ginecólogo». 

Sí que es importante suprimir la ingesta de alcohol por completo y debemos evitar las grasas y los hidratos de carbono de absorción rápida (es decir, los azúcares). Pueden hacernos sentir bien momentáneamente, pero su efecto se pasa rápido y vuelven a generarnos en seguida la necesidad de dulce.

Una vez al año, no hace daño ¿no?
Una vez al año, no hace daño, ¿no? ¡¿NO?!

3. ¿Dónde van los kilos que engordamos?
La Dra. Cayuela afirma que, en una gestación a término, el conjunto formado por feto, placenta y líquido amniótico suele ser de unos 5 kg. Lo restante, es el exceso de peso materno. Durante el embarazo se producen varios cambios físicos en el cuerpo de la mujer. Conforme crece la tripa se desplaza el centro de gravedad y, por eso, acabamos andando de esa manera tan característica, como de pato. Los pechos también suelen crecer (hasta una talla muchas veces), las areolas se colorean y hay un aumento de pigmentación en ciertas zonas.

Y la barriga crece. Claro. La tripa crece mucho, porque el bebé aumenta su tamaño y, consecuentemente, nuestro útero también. Antes del embarazo, este tiene el tamaño de una naranja; a las 12 semanas, el de un pomelo y, en el segundo trimestre, crece hasta ser como una papaya. Hacia la mitad del embarazo, el útero llega hasta la zona del ombligo más o menos. Cuando estemos a término, la distancia entre el hueso púbico y la parte más alta del útero serán unos 30-35cm, según la doctora.

Y a ver quién es la guapa que los persigue.
Y a ver quién es la guapa que los persigue.

4. ¿Puedo hacer ejercicio durante el embarazo?
Maribel Martín, matrona de Maral Maternal despeja la duda: «No solo es que se pueda realizar ejercicio durante el embarazo, sino que está recomendado». Tal vez no sea el momento de lanzarnos a correr sobre todo si hasta ahora hemos practicado mucho sillonball por más que hayamos oído de embarazadas que acabaron la maratón y a continuación se fueron a dar a luz al hospital o de deportistas que corrieron los 800 metros estando avanzadísimas en la gestación, pero esto no implica que tengamos que abandonar el deporte si lo practicábamos antes. Maribel Martín añade: «No todos los deportes son adecuados durante el embarazo: hay que evitar los que sean de impacto para el suelo pélvico, como correr, hacer aerobic, spinning…y los deportes en los que exista un riesgo de caída como, por ejemplo, patinar o ir en bici por la calle. Los más recomendables y que mayores beneficios aportan en la mamá embarazada son la natación, la gimnasia para el embarazo en el agua, yoga, pilates… y al gimnasio se puede acudir sin problema para hacer bici estática, cinta de andar, pesas…». Eso sí, también advierte: «Durante el embarazo aparece una hormona que se llama relaxina que hace que las articulaciones estén más flexibles, por lo que si en el gimnasio trabajáis con pesas, tenéis que tener cuidado de no coger demasiados kilos por el riesgo de lesión».

Para medir la intensidad del ejercicio resulta muy útil el test del habla que consiste en poder mantener una conversación sin ahogarse en el momento de máxima intensidad del ejercicio. Si te estás ahogando, definitivamente es el momento de bajar el ritmo.

¿No dicen que nadar es muy bueno?
Pues si nadar es muy bueno… ¡al agua patos!

5. ¿Y después del embarazo?
La matrona Sara Cañamero de Maternatal Madrid nos dice que, si nos encontramos con ganas, se puede volver al deporte en seguida, siempre y cuando no sea de impacto en suelo pélvico y lo orienten matronas o fisioterapeutas. El mejor ejercicio es la gimnasia abdominal hipopresiva, que ayuda a que el útero vuelva a su tamaño, a que se reduzca el sangrado, se recupere el suelo pélvico y la cincha abdominal o sea, a recuperar la cintura. Si, por el contrario, no duermes, estás todo el día con el pecho fuera y tienes que retrasarlo un poco, ¡nada de remordimientos! Mejor hazlo cuando estés preparada.

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Pilar Rubio se une a la lista de celebrities-perfectas-a-dos-meses-de-dar-a-luz (y reincorporadas al trabajo antes de lo que deberían).

Y es que la recuperación no es cuestión de matemáticas. «Cada cuerpo necesita un tiempo, no me gusta marcar pautas ni calendarios. Es diferente una mujer que ha prácticado deporte durante el embarazo o que cuenta con una buena forma física cuya recuperación es más rápida, que una mujer que jamás lo ha hecho. El cuerpo de cada mujer es único», dice Cañamero. También nos dice que no debemos pensar que por dar el pecho se nos va a caer más. La lactancia materna nos protege frente al cáncer de mama y que sucumba a la gravedad depende de la musculatura que tengamos trabajada (los pectorales), de la elasticidad de los tejidos. Si optamos por dar el pecho a nuestro bebé, es preferible utilizar sujetadores de algodón sin aro que nos sujeten bien.

Estoy tan llena de energía que no sé si irme a dar a luz o al gimnasio.
«Estoy tan llena de energía que no sé si irme a dar a luz o al gimnasio».

6. ¿Qué es la diástasis?
¿Te ha pasado alguna vez que al darle la enhorabuena a alguien por su embarazo te lance una mirada asesina? Puede que esa persona sufra diástasis y parezca que esté (muy) embarazada cuando ya hace muchos meses que ha dado a luz. Sara Cañamero nos lo explica: «La diástasis de rectos es la separación de los músculos rectos del abdomen (las ‘chocolatinas’, para entendernos mejor). Lo puede sufrir cualquiera y no influye la edad, sexo, si realizas deporte habitualmente o eres una persona sedentaria, pero el mayor factor de riesgo es el embarazo, especialmente el múltiple».

Si después de dar a luz continuamos con diástasis, esta se puede tratar. En NoMásDiástasis existe un programa específico de 9 semanas para combatirlo.

Una vez das a luz las cosas tardan en volver a su sitio ¡no te agobies!
Una vez das a luz las cosas tardan en volver a su sitio, ¡no te agobies!

7. ¿Cómo gestionar emocionalmente los cambios físicos en el embarazo y postparto?
Durante el embarazo y el postparto nuestro cuerpo va a cambiar y en función de la importancia que para nosotras tenga nuestro aspecto físico esto será más fácil de llevar o menos. Tesa, psicóloga 2.0 de eSaludMental nos explica: «Ante el cambio físico, que es una situación que no somos capaces de controlar, cambiamos nuestra actitud psicológica. Asumimos que para nosotras ya no es tan importante nuestro aspecto (porque es más sencillo psicológicamente aceptar cambios si creemos que para nosotras no tienen tanta importancia). Imaginad qué ocurriría si esto no fuese así, si mantenemos la postura de que el físico es muy importante para nosotras: ante los cambios inevitables, generaríamos más frustración, y con ello más ansiedad.»

El otro momento crítico ocurre cuando damos a luz, porque nos enfrentamos a una situación que, aunque es de gran felicidad, también resulta completamente estresante en varios aspectos: «Ya no estamos embarazadas pero nuestro cuerpo no es el mismo, tenemos un bebé en casa, acabamos de pasar por una situación física extrema y somos nosotras mismas una fiesta de hormonas. De nuevo la mujer tiene que hacer frente a todas estas situaciones, recuperarse físicamente del parto, aceptar psicológicamente el hecho de ser madre y volver a recuperar su aspecto». La sociedad presiona a la mujer para que se recupere en anuncios y noticias, y la única manera de combatir este estrés es centrarnos en que todos estos inputs no son reales y no autocastigarnos. Porque, en serio, los Ángeles de Victoria’s Secret no son representativas de nada.

Acabo de ver a un ángel de Victoria's Secret recién parida y sólo tengo ganas de llorar.
«Acabo de ver a un ángel de Victoria’s Secret recién parida y solo tengo ganas de llorar».

En resumen: cada mujer experimenta el embarazo de una manera diferente y no existen fórmulas mágicas. Llevar hábitos de vida saludables es importante en cada momento de nuestra vida, pero durante este más si cabe. Si estás embarazada, intenta vivirlo de una manera sana pero sin obsesionarte y sin añadirte una presión extra. Todo vuelve a su ser, date un poco de tiempo y no te juzgues duramente. ¡Suerte!