Según un estudio de la agencia Gallup, más de un 50% de los hombres son infieles. Si alguien tiene dos candidatos a pareja, que investigue, porque uno de los dos se la va a pegar seguro. Como le pasó a una amiga mía. Y no, esto no es lo típico de “le pasó a una amiga”… y me pasó a mí. Aunque yo tengo un papel interesante en esta historia. Y no, tampoco me lié con su chico. Simplemente… ¡lo descubrí!

© Cordon Press
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Yo estoy soltera y ligo, ojo… el problema es que nunca termina de cuajar la culpa es de ellos, claro, yo lo hago todo bien. Así que un domingo en casa, viendo una película de Drew Barrymore (dato importante), cogí el móvil y me descargué Tinder. Me hice el perfil -que conste que Britney Spears también se lo ha hecho- y allí estaban todos: una inmensa galería de chicos dispuestos a sorprenderme con su six pack, su sonrisa, mejor cara… De repente, mientras hacía mi selección (dedo en pantalla, sin parar de izquierda a derecha), apareció él: el chico de mi amiga. Bueno, ahora ya el ‘ex algo’ de mi amiga. No duraron mucho después de aquel día. ¿Qué hice? Pantallazo (¡obvio!), cambiar Tinder por Whatsapp y decirle a ella: “Te voy a enviar una foto que no te va a gustar” y, en fin… así fue.

© Last Night
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Imaginaos su cara. Yo me la tuve que imaginar, porque no la vi. Le entró un ataque de nervios, le escribió y le dejó. Pero, claro: ¿y si en vez de ser un rollete es tu novio, el de toda la vida? ¡¿Qué (narices) haces?! “Con tanto personaje suelto –me cuenta la coach Cristina Alarcón– no es de extrañar que el 72% de las mujeres casadas o con una relación seria afirme no tener ningún reparo moral en espiar regularmente el teléfono de su pareja”. Eso es 7 de cada 10, o sea ¡todas tus amigas!

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Venus O’Hara, autora de La máscara de Venus y blogger fetish, dice: “Si es un rollete y no hay compromiso por ambas partes, no habría por qué enfadarse, pero si se trata de un novio formal ¡hay que castigarlo! Si estás en una relación seria y monógama -dato importante- él no debería estar en Tinder”.

Christoph Kraemer, portavoz europeo de AshleyMadison.com, la página de contactos más importante a nivel mundial en encuentros discretos para gente casada (sí, casada), apunta que “al fin y al cabo, cualquier tipo de relación se basa en un sentimiento de confianza, que se establece por los parámetros que las dos personas dan a la relación. Por lo tanto, mi recomendación es que haya buena comunicación desde el principio sobre lo que ambos quieren, y entonces sabrás exactamente qué hacer cuando ocurra esto y hasta dónde puedes llegar al hablar con él”.

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«Deberíamos darle una patada en las pelotas».

Sobre cómo decírselo, O’Hara aconseja: “Primero lo comprobaría por mí misma, y después se lo enseñaría y le diría ‘¿quieres explicarme esto baby?’, además, leería su perfil en voz alta para que sufra aún más, y me reiría de todo lo que ha puesto”. Kramer añade: “Si no vas a poder dormir y no vas a estar tranquila, deberías ir de frente y decírselo. Según una encuesta propia, un 74% de las mujeres ya han perdonado una infidelidad, o lo harían. Pensar que un rollete tiene que significar el fin automático de una pareja no es ya más que un mito. ¡Pero cuidado, caballeros! Eso tampoco quiere decir que ahora tengáis un cheque en blanco”.

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«Caballero, se ha metido usted en un gran problema».

Alarcón es más cauta: “La venganza es un plato que se sirve frío y con las personas que juegan a tener una doble vida hay que ir con mucho tiento, reunir pruebas y no dejar que le den la vuelta a la tortilla. Y jamás, jamás revelar la fuente de información. Hay que recordar que el mensajero de una guerra es al primero que matan, y esa amiga habrá saltado muchas trincheras para contártelo así que hay que estar agradecido. Como psicóloga, he visto en muchos pacientes que no todos quieren saber la verdad, prefieren dar la espalda a la realidad y permanecer en un feliz estado de ignorancia. No está de más aprovechar para decir a todos los mensajeros de infidelidades que antes de tirarse a la piscina es mejor preguntar si la pobre amiga cornuda preferiría saber lo que le vas a contar, o no [yo no pregunté, me tiré a la piscina, pero no me hundí]. Si la respuesta es sí, facilita todas las pruebas, y si es no, muérdete la lengua y cállate”.

 "Con las personas que juegan a tener una doble vida hay que ir con mucho tiento".  © Match Point
«Con las personas que juegan a tener una doble vida hay que ir con mucho tiento». © Match Point

Cuando mi amiga le envió el pantallazo a su (ya no) chico, él le contestó que estaba curioseando, que no lo hacía por nada en especial. “No le creas –dice Venus O’Hara- si esto es lo que sabes imagina las otras mentiras que podría estar escondiendo. Quizás le puedes decir que tú también vas a darte de alta para curiosear también, a ver qué tal le sienta”. Kramer cree que el ser humano es una paradoja: “Por un lado, queremos una relación estable con sus rutinas, porque nos da seguridad. Pero, por otro, siempre anhelamos lo nuevo y excitante”.

La coach Alarcón apuesta por escuchar: “Una vez desenmascarada a la pareja, hay que dejar que explique sus razones. Las causas de estar en estos sitios son curiosidad, aburrimiento, hedonismo, búsqueda de placer o disconformidad con su realidad. El 30% de los perfiles mienten en el apartado ‘relación/estado civil’… También hay que tener en cuenta que una cosa es Tinder, que el juego puede quedar en nada o en un subidón de ego de ver que tienes muchos corazones verdes y que el chat te da cancha para ser picantón sin llegar a nada carnal. Puedes quedarte con el ligoteo virtual que como no es pecado consumado no está penado. O sea, sería como virtualmente infiel pero formalmente fiel”.

© La gran estafa americana
© La gran estafa americana

Mi amiga le dejó, le daba igual que fuese solo virtual. Yo también lo hubiese hecho. No quería tener a su lado a un tío que no confiaba en la relación y «curioseaba». No creyó todo lo que le dijo. “Las respuestas -continúa la coach- tendremos que averiguarlas nosotras mismas, pero podemos remitirnos al dato: el 87% de los usuarios casados/comprometidos de estos sitios nunca se divorcia/separa. Crisis de identidad, locura momentánea… son indicadores a tener en cuenta. Avisadas estamos, lo demás será estar prevenidas y observar y valorar si se merece un voto de confianza, porque cada caso es diferente. Y para saber que no nos miente tendremos que subirnos al carro de ese 72% de mujeres que cotillea los chats, las aplicaciones y el historial de Internet de su chico… ¡Bienvenidas al club de las nuevas hackers! Lo que sea por que nuestro novio no esté en el grupo del 50% y tengamos que agacharnos para pasar las puertas”.

Mi amiga se quitó de encima a un ca**** de cuidado. Y ahora ella está en Tinder, soltera y con muchos corazones verdes.

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‘Soy una tía buena y lista con un trasero que no se rinde’. ¡Esa es la actitud!