Si andas en busca y captura del amor de tu vida y no te alcanzan las flechas de Cupido ni bailándole danzas griegas desnuda al anochecer en su templo sagrado, no pierdas ni un minuto más esperando a que te toque el ramo en la boda de tu cuñada: el hombre de tu vida está en la pista de baile o, con mejor suerte (afortunada tú), a la vuelta de la esquina. ¿Qué no sabes quién es? Nosotros sí, porque Dios os cría, vale, pero nosotros os juntamos, así que de nada.

La Dana y el Vagabundo, el bacala y la choni, el maridi y la ideal... el amor en sí es todo una tipología.
La Dana y el Vagabundo, el bacala y la choni, el maridi y la ideal… el amor en sí es todo una tipología.

Veamos…

1. El maridi y la ideal.

¿Qué no sabes lo que es un maridi? Pincha aquí, nos lo agradecerás (si es con un jamón en la redacción, tanto mejor).
Pocas pueden conseguir al hombre perfecto. Malditas afortunadas. Y no digo su hombre perfecto, digo EL hombre perfecto. Si molas cantidad, todo el mundo te admira -y envidia-, no eres guapa pero te sacas partido (eres feapa, vaya), entiendes que la noche puede empezar en la ópera y terminar en el McDonald’s y en Pinterest combinas desnudos marranos con cosas cuquis, puedes tener a tu maridi, a tu romántico empotrador.

Tipología de las parejas
Por todos es sabido que Diane Kruger y Joshua Jackson son una de las mejores combinaciones Maridi-loves-Ideal del panorama. @ Cordon Press

2. La folclórica y el torero.

Este tándem es más español que el Sol y Sombra y el cazón en adobo. Concha Márquez Piquer y Curro Romero, Rocío Jurado y José Ortega Cano (en prisión), y Francisco Rivera ‘Paquirri’ e Isabel Pantoja (en prisión) son muestra de lo bien que puede funcionar una pareja con estas profesiones. Al menos durante un tiempo. Nada es para siempre (dijeron tus ojos tristes).

A nadie se le escapa que matadores quedan cuatro y cantantes de copla una (y está en prisión, repito). No desesperes mi arma, no hace falta desempeñar estas profesiones para ser una pareja cañí. Si tienes en el armario una bata de cola, lloras con facilidad, cuando lo haces te secas las lágrimas con las uñas de porcelana, a tus estilismos no les falta un perejil, tu melena larga tiene vida propia y habla por si sola, puedes salir en busca de tu maestro.

Se les distingue por un uso abusivo de la gomina efecto apelmazado (no confundir con los banqueros que esos también acaban en prisión), gusto por los pantalones de tiro corto -de los de marcar paquete, hablando en plata- y se besan la cruz bañada en oro que cuelga sobre su pecho cada vez que ven que José Tomás se arrima al toro más que ‘El Juli’. Ea, ya lo tienes fichao’.

Tipología de las parejas


3. Señores de ‘Me-da-igual’ e ‘Indiferencia-total’, Duques de ‘miedo a la soledad’.

Si existe en ti una fuerza sobrehumana que te obliga a lanzarte a los brazos de un hombre y a comer los domingos paella en casa de una suegra (la que sea, cualquiera te vale), tu media naranja es exactamente igual que tú. Todo le da igual. Para que luego digan que polos opuestos se atraen…

El amor de tu vida es cualquiera, cualquiera que quiera querer(te). Sabes bien cómo distinguirlo. Os oléis, y de lejos. Pasáis de una relación a otra sin sobresaltos. Sin escándalos ni dolor. No sabéis estar solos. Sois dependientes, os engancháis a lo primero que se os cruza. Que la fuerza os acompañe.

Tipología de las parejas
4. La musculoca y el vigoréxico.
¿Vives en el gimnasio? Él también. Si a lo que más importancia le das es a tu cuerpo, te has operado todo lo recomendable y lo que no, abusas de los UVA y la lycra (en verano y en invierno), te pintas los labios de rosa fresón rebelde y para hacer cinta (a ritmo de Pont Aeri) te haces una coleta aerodinámica tipo Esteban en el Deluxe, te recomendamos que acudas a la sala de máquinas. En ella te toparás con algún esmirriado, pero ese no es tu objetivo, por muy azules que tenga los ojos y en su camiseta se lea “el saber no ocupa lugar. Biblioteca Municipal de Cercedilla”.

Tu hombre es precisamente el gigante que se “esconde” detrás del culto fibrado. Ha perdido las proporciones físicas, su cabeza es tres veces más pequeña que su cuello, sus hombros metro y medio más anchos que su cadera y luce patillas de alambre menos trabajadas que el Ecce Homo de Borja. Un beso Cecilia. Éntrale, háblale del nuevo batido con esteroides ilegal en el mercado. Esa noche te llevará a cenar arroz viudo y pollo a la plancha. Surgirá la chispita del amor teta.

© Fotograma de 'Don Jon'
© Fotograma de ‘Don Jon’

5. Pantera y tigretón en libertad.

Si eres un ser genéticamente avanzado y eres capaz de mantener una pareja abierta sólo tienes que buscar en Internet. Somos conscientes de que cara a cara y de sopetón es cortante preguntar al chico que te gusta si él es pro pareja abierta. Una no puede ir por ahí preguntando: «Paco, guapo, y ahora que nos hemos confesado que nos gustamos ¿te viene bien que tengamos relaciones extraconyugales? Porque yo de otra manera no sé vivir». Por eso tienes que ligar por internet o en clubs destinados a gente abierta como tú, generosa. Te aseguro que los hay. Ahora hay de todo.

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6. La prima perlas y el tío Enrique.

Aclaro que todos los Quiques no son así, pero algún nombre tenía que dar a los que son como es un profesor que tuve en el colegio, no diré que imparte matemáticas ya que he dicho su nombre para preservar su anonimato. Enriquito es el clásico muchacho que ha nacido por y para cumplir los deseos de su señora. Tiene muy poca personalidad pero le gusta fardar de que ha triunfado en la vida y sentirse orgulloso de ti, que llevas perlas y la media melena peinada con bucles cuando no te haces un recogido que acaba con mechones en cascadas, y de su coche, aunque sea una latita de sardinas.

A ti te gusta mandar y a él obedecer, pero en la cama sois clasiquitos. Por eso lees 50 sombras de Grey. Le reconocerás porque antes de darte dos besos al presentarse ya habrá cumplido una docena de tus deseos, porque tú te lo mereces, eres muy exigente.

© Fotograma de 'Matilda' (1996).
© Fotograma de ‘Matilda’ (1996).

7. El futbolista y la modelo.
Jessica Bueno me la lió muy gorda cuando se prometió con Paquirrín pero luego rectificó y se ennovió con Jota Peleteiro. Menos mal. Se emperró en quitarme la razón y ya veis, con el tiempo me la ha tenido que dar.

Esta pareja es un clásico, como el de la folclórica y el torero pero a nivel internacional. Como en ese supuesto tú no te tienes que ganar las tortitas de arroz subida a una pasarela, basta con que hayas ejercido de azafata en algún momento de tu vida y sigas estando relativamente buena. Él, con que eche una pachanga de vez en cuando con los amigos y se sepa de cabo a rabo las alineaciones de 10-12 ligas, es suficiente.

Hay muchos ejemplos mediáticos de este modelo, como David y Vicky Beckham (porque ella en las Spice no cantaba, era imagen) o Shakira y Piqué ¡Esperad algo está cambiando! Aunque no sé el qué.

© Cordon Press
© Cordon Press

8. Doña viuda y don solterón.
La vejez son las nuevas guerras: llegados a una edad, cualquier agujero es trinchera. Si vienes de un matrimonio fallido, -bien porque él se fue a por tabaco y no volvió o se ha ido al más allá y tampoco ha vuelto (del estanco algunos regresan pero del otro mundo, por lo que cuentan solo uno y fue a los tres días)- y no quieres pasar el resto de tu vida sola lo que tienes que hacer es acudir al buyuyu, que es como llaman algunos de mi pueblo al baile que organizan en el hogar del jubilado.

Tras beberte un mosto rojo y bailar Los Pajaritos de María Jesús y su acordeón con tu vecina si lo haces antes puedes parecer una buscona, vas a la pista y eliges al que te gusta. Así de fácil. A los hombres mayores no les mola discutir si no es para dejar claro que están mucho peor de la próstata que los de al lado. Te puedes ligar al que te de la gana (salvo si está pillado): los hay con pelo, sin pelo, con tripita, con tripón, con gafas, con lentillas de colores, con boina… ¡hay mucha variedad! Eso sí, tienes que aceptar que te va a tocar con las orejas separadas, los hombres cuando envejecemos, no sé por qué, nos crecen las peplas y se nos despegan. Magia.

En fin, te recomiendo que elijas un soltero, o uno sin hijos, los hijos dan mucha guerra a la novia del abuelo.

Tipología de las parejas
Pajaritos por aquí, pajaritos por allá…

9. El punto y la i.
A las chicas bajitas os encantan los altos y a los altos las bajitas. O sea que si se te acerca un enanito dile “contigo no hobbit” y vete a por su amigo con gigantismo diagnosticado. El más alto que tenga, ese es tu amor verdadero. Sé que este consejo no parece muy científico pero atenta, que tiene una explicación sociológica que cualquiera entendería: a él le llamaban Hulk desde el colegio y a ti Pulgarcita, él sabe que su rol es proteger a su entorno y el tuyo ser protegida. Fin de la teoría. Además, en los conciertos te puede subir en sus hombros para que veas mejor a Bisbal.

Eva Longoria es ESE tipo de chica. En la imagen, con su ex Tony Parker, jugador de la NBA. © Cordon Press
Eva Longoria es ESE tipo de chica. En la imagen, con su ex Tony Parker, jugador de la NBA. © Cordon Press

10. El presidente y la becaria.
Sí, me he inspirado en Bill (Clinton) y Monica (Lewinsky) pero, ¿a cuántas conocemos que se han tirado al jefe? ¿eh? Si eres una de ésas (es decir, deseas retirarte a la casa presidencial a tomar gambas en gabardina en la piscina) sólo te daré una pista: el objetivo es el jefe. Si es jefa y no eres lesbiana, mal asunto. Tendrías que cambiar de trabajo pero, tal y como está la cosa, no te lo recomiendo.

Consejito extra: cuanto más te parezcas a un pendón, más fácil lo tienes: a la gente con poder le gustan las pendonas. Fin de la historia.

Megan y Don Draper, uno de los grandes ejemplos 'me-tiro-al-jefe' de la ficción. © Fotograma de 'Mad Men'.
Megan y Don Draper, uno de los grandes ejemplos ‘me-tiro-al-jefe’ de la ficción. © Fotograma de ‘Mad Men’.