Hoy se cumplen 80 años desde que viera la luz una de las películas más queridas, y vistas, de Hollywood: ‘El mago de Oz, aquella que nos hizo soñar con ser Dorothy y cruzar los mundos de la realidad y los sueños, desde 1939.

Todas las que somos amantes de los zapatos, y no lo vayan a negar shoesaholics, hemos soñado con la pieza clave que lleva a Dorothy (Judy Garland) por el camino de baldosas amarillas, sus zapatitos rojos de rubíes. Si los analizamos, nunca han dejado de ser tendencia por varios motivos: su punta redonda a lo Mary Jane, su lazo frontal, su tacón medio y sobre todo porque desde luego, son los primeros zapatos joyas que conocemos.

Tanto, que incluso fueron robados en agosto de 2005 del Museo Judy Garland, en la ciudad de Grand Rapids, en Minessota, la ciudad natal de la actriz, cuando fueron prestados para un festival actual sobre la película. Tal es el amor que se tiene a la película y los zapatos, que un donador anónimo ofreció en aquel momento una recompensa de 1 millón de dólares, a quien tuviera alguna información sobre el par robado. Incluso Leonardo DiCaprio encabezó un grupo de inversionistas para adquirir otro par, pero en septiembre de 2018 el FBI encontró uno de los zapatos rojos, de los que hay otros tres pares incluido uno en exhibición en el Instituto Smithsonian en Washington.

Quizá, como en la película, los zapatitos rojos aparecieron porque el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde, volvieron a ayudar a su dueña, Dorothy a regresar a casa. No sabemos si estaban en Ciudad Esmeralda, donde llegó la protagonista después de que un tornado la llevara a un mundo desconocido, de sueños y colores, lo que sabemos es que, como decía Dorothy: «como en casa en ningún sitio».