No es que los hombres sean de Marte y las mujeres de Venus, es que aquí cada uno es de su padre y de su madre y ¡cómo está la cosa! Y más aún en cuestiones de sexo, donde cada pareja es un mundo. Tras el éxito hace unas semanas de ‘lo que ellos hacen en la cama y que a nosotras no nos gusta’, ellos han pedido su revancha. Admitiendo que nosotras tampoco somos perfectas hemos acudido a la fuente original, los hombres, para sonsacarles esas cosas nuestras que no soportan durante el sexo.

Lo mejor, como siempre decimos, es que si algo no os gusta o veis que se puede mejorar, es hablar directamente con vuestra pareja (que para eso compartís vida y cama), pero siempre hay algunas generalidades de las que todas podemos tomar nota. Así que me he lanzado a hacer estudio de campo (otra vez con Whatsapp como aliado indiscreto y con pseudónimos de por medio) para desentrañar qué no les gusta a ellos en temas de sexo y, ¡oh, sorpresa!, acabar con el mito de que les vale todo. Chicas, tomad nota.

No somos perfectas. ¿Qué le vamos a hacer?
No somos perfectas. ¿Qué le vamos a hacer?

1. Nada de reprimirse

Y aquí entran en juego varios factores. Mi amigo Don Juan Tenorio me confiesa apesadumbrado que odia tener que ser siempre el que de el primer paso. “A ver, si a ella le apetece y a mi me apetece, ¿por qué siempre se queda esperando a yo inicie los juegos? Y lo peor de todo es que si no me lanzo, luego se queda como enfadada o disgustada… Porque si alguna vez no le apetece me lo ha dicho y he parado, pero tener que dar siempre el primer paso es un poco cansino”.

¡Ay, la falta de comunicación, cuánto daño hace! Toca lanzarse más: “A ver, no sé si será por miedo a que la juzgue o algo, pero es mi pareja, ¡jamás la juzgaría!” apunta un amigo de Don Juan. “¡Y menos por querer tener sexo conmigo!”

Un poco de ayuda, por favor...
Un poco de ayuda, por favor…

2. El tema de los complejos

Una de las cosas que más les saca de quicio es cuando empezamos a quejarnos de nuestro cuerpo y sacamos defectos por todas partes. “Odio cuando la chica con la que estoy me pide que apague la luz porque no quiere que la vea”, apunta el señor Darcy. “¡Yo quiero verla! Me encanta su cuerpo, estoy con ella porque me gusta y me excita tal y como es, así que no entiendo a qué viene eso”.

“Yo tampoco lo entiendo y la verdad es que me saca bastante del tema”, nos cuenta el señor Rochester. “Por ejemplo, estás disfrutando del momento y de repente te suelta algo tipo: “No me mires el culo que lo tengo gordo”. Yo me quedo tan descolocado que alguna vez incluso he perdido la erección y eso lo empeora todo”.

Y es que el primer pensamiento de una mujer acomplejada cuando su pareja pierde la erección o no la consigue es que ella es la culpable. “Empiezan entonces las preguntas tipo: “¿Es que no te gusto?”, te vas poniendo más nervioso y al final resulta imposible seguir. Si estoy con una chica es porque me gusta, pero estas cosas a veces pasan”, confiesa Darcy. “Sí, nosotros también tenemos días en los que estamos cansados, ¿sabéis?”, apunta Rochester.

La verdad es que resulta un poco patético...
La verdad es que resulta un poco patético…

3. Cuestión de decibelios

A ver, que les gusta el porno es un hecho, pero que actuemos como actrices porno no les suele gustar tanto. “Una vez estuve con un chica que hacía todo tipo de ruidos mientras lo hacíamos, resultaba tan artificial que no sé realmente si le gustó o no”, nos cuenta Jon Nieve. “Sí, yo también estuve con una chica que gritaba tanto que los vecinos empezaron a dar golpes en las paredes”, confiesa Jaime Lannister. “¡Menos mal que estábamos en su casa y no tengo que cruzarme con ellos todos los días!”.

“Resulta muy raro cuando gritan tanto” apunta Jon. “A ver, a lo mejor a algunas les sale de forma natural, pero no me resulta normal que desde el minuto uno ya estén gritando de placer”.

“Cuando peor lo pasé fue cuando, estando con una chica, empezó a gritar obscenidades y entre ellas me insultaba y me daba ordenes, ¡me asusté bastante!”, cuenta Tyrion Lannister. “Pero aún así prefiero eso a que se queden calladas como tumbas, ¡eso sí que me resulta bastante desconcertante!”. “Todo en su punto justo, lo que salga de forma natural pero tampoco fingir para hacernos sentir mejor”, apunta Jamie. “Si lo hacemos bien se notará y si lo hacemos mal también, digo yo”.

No, esta no es la solución.
No, esta no es la solución.

4. El miedo a la puerta de atrás

Resulta que, aunque buscan con insistencia el sexo anal con su pareja femenina, a la hora de la estimulación anal, muchos de ellos tienen reticencias. “Me considero bastante abierto, pero eso del ‘dedo en el culo’… mejor preguntar antes”, confiesa el Conde de Montecristo. “Una vez una chica lo intentó y salté de la cama, literalmente. Creo que en eso nos pasa como a vosotras: mejor preguntar y hablarlo antes, ¡aunque no sabría cómo afrontar esa situación!”, admite. “No tengo ni idea de cómo reaccionaria si una chica me dijise ‘oye, ¿puedo meterte un dedo en culo?’”.

 

Channing Tatum comparte vuestro dilema.
Channing Tatum comparte vuestro dilema.

5. Juegos peligrosos

“Yo lo que no soporto es el sexo oral… peligroso”, nos cuenta el jover Werther. “Una vez estuve con una chica a la que le gustaba fingir pequeños mordiscos mientras me hacía una felación y no lo pude pasar peor”. “Sí, en ese caso lo mejor es dejar la innovación para otros temas, este asunto es muy delicado, así que es preferible ir a lo seguro”, comenta otra vez Jaime Lannister. “Puedo garantizar que duele bastante”.

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Y ahora… ¡a ser felices, pareja!