Hay que ver lo que les gusta a los anglosajones un juego de palabras… No es de extrañar que los crucigramas hagan furor en aquellos países. El último palabro que nos llega desde los altares del hipsterismo británico apenas tiene cinco letras: floga, un acrónimo de fly (volar) y yoga que esconde la última moda en los aeropuertos, que no es otra que aprovechar los minutos previos al embarque para hacer algunos estiramientos y posturas de yoga para evitar cualquier tensión y los nervios que muchos padecen a la hora de coger un avión.

Las salas de yoga se han convertido en la solución perfecta como cura antiestrés, bien sea para afrontar el vuelo con calma o para descargar las tensiones del día a día, aprovechando esos minutos de espera obligada antes del embarque. De hecho, son varios los aeropuertos de primer orden que ya cuentan con una.

'Floga', el yoga que te ayudará a perder el miedo a los aviones. © Cordon Press
‘Floga’, el yoga que te ayudará a perder el miedo a los aviones. © Cordon Press

Uno de los primeros en incorporarla fue el de Chicago. La Terminal 3 del aeropuerto O’Hare cuenta con una sala de suelo de bambú, una pared de espejo para que podamos seguir nuestra evolución e incluso provee de alfombrillas. Y si estás solo, no te preocupes, hay unas pantallas donde puedes poner un vídeo con clases monitorizadas.

© Cortesía del aeropuerto de Chicago.
© Cortesía del aeropuerto de Chicago.

Más al sur, en Dallas, el Fort Worth también cuenta con un estudio de yoga, en este caso completamente equipado y que está frente a la puerta de embarque D40, entre las terminales B y D. Aquí también te facilitan la alfombrilla y está dispuesta para que puedas hacer tus posturas de asana sin que otros pasajeros te vean, así que no hay excusa para hacer las poses más complejas.

San Francisco, siempre en vanguardia a la hora de alardear de wellness, por tener, tiene dos. La primera abrió en 2012 y, tras el éxito, a la de la Terminal 2 se le ha sumado hace poco la de la Terminal 3. Esto quiere decir que solo la pueden usar quienes vayan a coger vuelos nacionales, pero nunca está de más descansar un poco.

Europa no es ajena. Helsinki fue la primera capital en contar con una sala de yoga abierta a todos los pasajeros. Al contrario que en Heathrow, donde es exclusiva de los pasajeros preferentes de la sala VIP de la alianza SkyTeam, en la capital finlandesa la han habilitado en una zona llamada Kainuu, que simula un apartamento y que está fabricada en madera. No es exclusiva para hacer yoga, pero no faltan las alfombrillas ni las clases tutorizadas.

Así es la sala de 'floga' del aeropuerto de Helsinki. © Cortesía del aeropuerto de Helsinki
Así es la sala de ‘floga’ del aeropuerto de Helsinki. © Cortesía del aeropuerto de Helsinki

El último en sumarse a esta moda que amenaza con quedarse es Gatwick. El segundo de los aeropuertos londinenses ha creado su sala de floga abierta a todos los pasajeros. Pero va más allá: al igual que en Finlandia, cuenta con su propia instructora, que es nada menos que Shona Vertue, una celebridad en Instagram con más de 26.000 seguidores y que se define a sí misma como yogui. Ella ha creado rutinas de apenas 20 minutos que, en su compañía (dará muy pocas clases, así que no la esperes) o por nuestra cuenta, nos dejará completamente relajados antes de tomar el vuelo. La sala parece la de un gimnasio, con suelos de madera, paredes opacas y mucho espacio para poder hacer las posturas con calma. Invitan a compartir la experiencia con el hashtag #floga y cuentan con esterillas para todos en colores fluorescentes. Abierta desde el pasado 30 de octubre, está en la Terminal Sur.

El flota también triunfa en Gatwick. © Cortesía del aeropuerto de Gatwick.
El yoga también triunfa en Gatwick. © Cortesía del aeropuerto de Gatwick.

En España aun no contamos con este tipo de salas. No será por falta de espacio en las nuevas terminales del Prat, Barajas, Alicante… así que no nos extraña que, en breve, podamos hacer la postura de la Flor de loto antes de coger el próximo vuelo a casa, a Londres o, por qué no, a Punta Cana, que también podemos relajarnos antes de pensar en el baño en el Caribe…