No te lo esperabas. Él (¡o ella!), tan bueno, tan cariñoso, tan sincero, en realidad no lo era tanto: te la ha pegado con otra. Te sientes como una colilla aplastada y te preguntas: «Y ahora, ¿qué hago?» Con lo que tú le quieres… Lo primero y más importante: no desesperes. Inspira, exhala, inspira, exhala, y luego, cuando hayas logrado que tu mente inquieta («se va a enteraaaaaar», «este me la paaaaaga como que yo me llamo Margarita», «será cabrón, estúpido, niñato, egoísta, ¿cómo ha podido hacerme algo así con todo lo que he hecho yo por él?…») se tranquilice, sigue leyendo: mal de muchas, epidemia.

 

Debes saber que te enfrentas a un problema fundamental con el que se han dado de bruces muchísimas parejas: la pérdida de la confianza. No hay relación de pareja auténtica sin confianza y no hay relación que se salve de una infidelidad si entre los dos no logran lo que podemos llamar curar el engaño desde su raíz. ¿Cómo? Tranquila: se puede. Sigue leyendo.

 

"Ahora solo puedo imaginarte con ella"
«Ahora solo puedo imaginarte con ella

«Ya, pero, entonces, ¿qué hago?» Antes toca aclarar una cuestión básica y esencial. Cierra los ojos y pregúntate: ¿le amo realmente?, ¿de verdad teníamos una buena relación? La pregunta viene a qué porque las consultas de psicólogos están llenas de gente que creía tener una relación maravillosa pero que luego, en cuanto escarban un poco con el terapeuta y trabajan su autoestima, comprenden que no era tan maravillosa como pensaban.

 

 Si concluyes que le sigues queriendo, la siguiente pregunta que debes responderte, antes de que pasemos a nuestro plan estratégico, es: ¿ha sido una infidelidad ocasional? Entenderás que no es lo mismo que uno sea infiel una vez a que te la lleve pegando un año y medio. En este último caso, querida, acepta que estabas con una persona que no estaba a tu altura, y abre los ojos: el mundo está lleno de hombres guapos, empáticos e inteligentes, es decir, a tu nivel. Dile «bye, bye» y vete a llorar hasta que se te pase con tu mejor amiga, que te va a comprender perfectamente. Si eres fan del cine de Isabel Coixet, también te ayudará comprar un helado de chocolate chocolate chip.

 Si además de quererle (hablamos de amar de verdad) se trata de una infidelidad ocasional, entonces, chica, no es tan grave. Saldrás beneficiada si relativizas la situación. Piensa que vale, que teníais un pacto y lo ha roto, pero que del mismo modo que tú no eres perfecta tampoco lo es tu pareja, pues no hay en el mundo un solo ser que lo sea y, si lo hubiera, sería insoportable y no te gustaría nada. Piensa que en estos tiempos que nos ha tocado vivir existen hasta webs para encuentros sexuales discretos entre gente casada, de modo que te puedes consolar sabiendo que tu chico, aunque ha tenido un desliz, no lo ha hecho de una forma

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Sea como sea, entonces, ¿estás dispuesta a aceptar que, como decía la canción, «la vida es así, no la he inventado yo»?, ¿estás realmente dispuesta a empezar de nuevo, a dar otra oportunidad a una relación que tenía sus más y sus menos, sí, pero que en el fondo de tu corazón te hacía muy feliz?

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Entonces sigue leyendo y aprenderás las cosas que NO debes hacer bajo ningún concepto y las que SÍ debes hacer para que tú y el insensato (pero encantador) de tu novio superéis este bache tan desagradable y volváis a tener una relación feliz.

QUÉ PUEDES HACER PARA SALVAR TU RELACIÓN

  • Tómate el tiempo que necesites hasta que estés preparada para hablar con tu pareja. «Es bueno dejar enfriar un poco los sentimientos puesto que en un principio no sólo podemos sentirnos desconcertados por lo que ha pasado, sino que también está la vergüenza de haber sido engañados. El orgullo se ve dañado», explica a Grazia el psicólogo especializado Alejandro Moreno (telf. 91 435 19 71)
  • Habla con tu pareja, pero no te lances al cuello. Explícale cómo te sientes y trata de hacerlo en primera persona. En lugar de decir «tú eres lo peor y un egoísta y nada más que piensas en ti mismo», dile «yo me siento muy mal por esto que ha pasado, y triste y traicionada y decepcionada, ¿qué se te ocurre que podemos hacer para que yo deje de sentirme así?». De este modo lograrás, sin generar tensiones añadidas, que él se ponga las pilas.
  • Hazle entender que tú quieres confiar de nuevo, pero que no es fácil para ti. Dile que te ayude. Y no consientas que te exija confianza de un día para otro.
  • Lo más importante de todo: tienes que perdonarle a él y, tal vez, perdonarte a ti. El tema del perdón es complejo y da para un libro entero, pero al menos debes saber que si quieres que tu relación vaya a buen puerto debes liberarte del resentimiento y de la rabia. Dile todo lo que tengas que decirle, todo, porque cada cosa que te tragues saldrá tarde o temprano en forma de reproches, sarcasmo, ironía no tan dulce, silencio hostil y demás basura emocional.
  • Si no lográis recuperar aquello que hubo, una opción que no debería ser descartable es acudir a un terapeuta de parejas.

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 COSAS QUE NO DEBES HACER BAJO NINGÚN CONCEPTO

  • No te creas ideas tóxicas del tipo el que te engaña una vez, te engaña siempre o si tiene sexo con otra, es que no me desea a mí. No tiene por qué.
  • No grites. Es difícil, lo sabemos, pero ponerte a pegar gritos sólo hará que acabes pasándolo peor.
  • La venganza no es una opción. Que sí, que es normal que sientas el deseo de hacerle pagar un poquillo lo que te ha hecho, pero que todo eso no sirve para nada. Ni para ti, que no te sentirás mejor, ni para él, que se sentirá fatal, ni, sobre todo, para vuestra relación, que no podrá remontar. «Devolviendo el golpe sólo aumentas el problema, el rencor y el sentirte perdedora. Es un error», nos aclara Alejandro Moreno.
  • Jamás de los jamases se te ocurra autoculparte. No te preguntes: «¿Qué he hecho mal?»; «Si yo hubiera tenido más sexo con él tal vez no hubiera pasado…». El que no ha cumplido con vuestro compromiso de exclusividad es él. No consientas que trate de darle la vuelta a la tortilla.
  • No investigues por tu cuenta. Ni en redes sociales ni preguntando a amigos comunes ni, mucho menos, sonsacándole detalles de su infidelidad. Recuerda que has decidido confiar en él y eso supone no cuestionarte nada más. Jugar al Inspector Gadget no te va a ayudar absolutamente nada.
  • No adoptes una actitud victimista: si acabas utilizando la infidelidad de tu novio para conseguir algo a cambio, ¿quién está siendo más inmaduro de los dos?

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Ya sabes lo que puedes hacer y lo que no tienes que hacer bajo ningún concepto si tu novio te ha sido infiel pero decides seguir con él.

CUANDO SOY YO LA INFIEL, ¿SE LO CUENTO?

Pero, ¿y si eres tú la que, tan buena, tan sensata, tan segura de sí misma, le pone los cuernos al novio en un desliz o en una noche de fiesta con tus amigas? Hoy en día, gracias al apogeo y esplendor de la liberación sexual que comenzó en los años 70, las encuestas nos dicen que el tópico según el cual los hombres son mucho más infieles que las mujeres no se sostiene tanto. «El índice de infidelidad por parte de las mujeres es cada vez mayor: trabajan, tienen ocio fuera de la pareja y están más empoderadas, por lo que toman sus decisiones en base a sus necesidades y deseos. La penalización social hacia la mujer ha disminuido mucho», explica Moreno.

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«Entonces, ¿se lo cuento o no se lo cuento?», podrías preguntarte si has metido la pata. Es la eterna cuestión. Hay dos teorías igualmente defendibles:

  • Si le quieres y ha sido una aventura esporádica, ¿para qué contarlo y hacerle pasar, para colmo, un mal rato? Trágate tú tu sentimiento de culpa y tus remordimientos, si es que los tienes, y no se lo hagas pasar mal al pobre muchacho.
  • Sé honesta. Habla con él y comparte lo que te ha pasado. Dile que lo sientes y que le quieres. Pídele perdón.

Las dos opciones son buenas. Eres tú la que ha decidir qué hacer y valorar muy sinceramente qué es lo honesto en tu caso. ¿Te lo callas porque es más cómodo para ti o te lo callas para ahorrarle un disgusto?, ¿se lo cuentas para liberarte del marronazo del sentimiento de culpa o porque no concibes una pareja con mentiras?

Si optas por la primera opción, eso sí, debes saber que tiene sus riesgos puesto que el pasado no vuelve siempre, pero sí vuelve a veces en forma de un despiste, una metedura de pata, un amigo cotilla, cualquier cosa, podrán hacer que tu novio te descubra en el momento menos pensado. Eso sería desastroso.

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CONCLUSIÓN: lo más importante es hablar sobre lo que ha pasado. La parte buena puede estar justo ahí: tal vez nunca os habíais atrevido a hablar de verdad sobre vuestra vida sexual y sus posibles problemas. Puede que sea hora de que los habléis. Que sí, que te da mucho corte, pero se puede. Y solo hablando (de forma creativa, sincera y sin reproches) será posible iniciar de nuevo ese bonito viaje entre dos que va del redescubrimiento a la recuperación de la confianza y la pasión. ¡Suerte!