Sí, posiblemente dentro de unos años haya una niña que cuente en el patio del colegio que sus padres se conocieron gracias a Disney. Concretamente, gracias a Disney y al creador de la app de emparejamiento dedicada única y exclusivamente a los amantes de la marca. Dave Tavres trabajaba en el parque temático de California y se dio cuenta de lo mucho que le costaba encontrar una pareja que tuviera tanta devoción como él por la factoría. Porque, claro, él no es de los que en mitad del parque se lanzan cual latin lover a la primera mujer que pasa, y así uno no puede conocer a su alma gemela, a su Pocahontas en mitad del bosque, preguntando: «¿Prefieres a Mulán o a Mérida?», en lugar del clásico «¿estudias o trabajas?».

No, definitivamente en Disneyland las mujeres no están tan abiertas al amor como Pocahontas en el bosque.
No, definitivamente en Disneyland las mujeres no están tan abiertas al amor como Pocahontas en el bosque, que le salen mariposas, y todo.

Mouse Mingle es la nueva aplicación de emparejamiento; como Tinder, sí, pero mejor. Porque cuando te registras, en lugar de una serie de datos innecesarios para la otra persona como tu sueldo anual o si eres alérgica al pescado, aquí te preguntan por cosas que de verdad importan: como cuál es tu canción de Disney favorita (Colores en el viento, por supuesto), tu película preferida, tu personaje predilecto o, ehm, tu cercanía a uno de los muchos parques temáticos que la productora tiene distribuidos a lo largo y ancho del planeta. Porque, a ver, no es lo mismo encontrar a un hombre estupendo que viva en el centro de París, que uno que viva a diez minutos de Disneyland, y podáis ir juntos a pasear a vuestro perro (Pluto). ¿A QUE NO? Ea.

"Un mundo ideaaaaaaaaal" © Disney
«Un mundo ideaaaaaaaaal». © Disney

El site, que lleva rondando la mente de su creador desde 2011, es ya una realidad y, en su corto tiempo de vida ya ha reunido a cientos de amantes de la factoría quienes, lejos de querer ponerse de foto de perfil una imagen en la que enseñan los abdominales delante del espejo, prefieren darse a conocer a través de sus mejores fotos con Mickey o Donald, con el castillo de La Bella Durmiente detrás o, directamente, disfrazados del personaje con el que se sienten más identificados. Pues claro que sí.

El precio a pagar por encontrar a tu Príncipe Azul (el de verdad de la buena, con capa, espada y caballo, probablemente) es de 12,55 dólares (unos 11€), siendo los 55 céntimos un homenaje al primer Disneyland del mundo, abierto en 1955.

Ah, si es que todo es magia cuando se trata de Disney…