Moda
Ni fixies de colores, ni modelos de paseo con accesorios de piel y cestas de mimbre, en esta ocasión (postureo hipster sobre dos ruedas a parte) hablamos de la bici como deporte, de cómo la fiebre por el spinning de hace una década ha salido al fin de los gimnasios a la calle para respirar aire fresco.
Tan antiguo como la invención de la bicicleta (en 1885 fue John Kemp Starley el primero en patentarla), este ejercicio crea adicción. Y si no que se lo pregunten a Sergio de Arrola, más conocido por su seudónimo Rolling Habits, un fotógrafo que ha convertido las dos ruedas en su forma de vida.
No conforme con atravesar Estados Unidos de costa a costa (hablamos de unos 4.800 kilómetros, que se dice pronto), Sergio acaba de finalizar un reto aún mayor: recorrer África de norte a sur, desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, (unos 12. 000 kilómetros en 90 días, que así dicho da pereza hasta hacerlos en coche). ¿A que motiva?
Él mismo nos ha contado que su primera bici “seria” la tuvo con 15 años, una Trek 850 Antelope. A partir de entonces no hay quien le pare: “ Me mueve mi trabajo, que es la fotografía, la pasión por la bici y por supuesto conocer sitios y gente nueva”. Y es que cada día en el camino es una aventura con una anécdota que contar (a través del objetivo de su cámara), aún así, después de tantos viajes, recuerda con humor su historia más curiosa: “choqué contra un puente a 40 kilómetros por hora, como consecuencia se partió la bici por la mitad y dí una voltereta pero no sufrí ni un solo raspón. En cambio, un día me caí moviendo la bici en el salón de casa y me rompí un dedo”.
Cuando hablamos con Sergio es inevitable preguntarle por el consejo que le daría a un principiante: “Mientras funcione correctamente no te preocupes por la bici y preocúpate de pedalear mucho y muy fuerte”.
Pero vamos por partes. Que la aventura de Rolling Habits es mucho para nuestro body si no hemos cogido una bicicleta en nuestra vida o, lo que es peor, la hemos cogido un día. Que al principio es muy fácil venirse arriba, lo difícil viene después, cuando el dolor de culo apremia y nuestro gran reto se ha quedado en subir dos cuestecillas del parque. Y es que a diferencia del spinning (que no dudamos de su dureza), en el exterior entran en juego otros factores como la solanera o las variaciones del terreno, que hacen que nuestro esfuerzo sea aún mayor (podemos quemar una media de 100 calorías cada 20 minutos, aunque dependerá de nuestro peso y de la intensidad a la que nos movamos) y mucho más agradable para la vista.
Porque como todo en esta vida empieza por aprender (y no nos referimos a la fase en la que nuestro padre nos quitó los ruedines), existen cursos y grupos de entrenamiento para que, poco a poco, mejores tu técnica bicicletera. Por ejemplo, el Club Mammoth ofrece clases de nivel intermedio y avanzado para moverse por el campo y la montaña con total soltura, y Personal Running, como un entrenador personal, diseña un entrenamiento adaptado a las necesidades de cada uno. Que a veces una ayudita no viene nada mal para conseguir nuestra meta.
Es precisamente en la montaña (además del boom de bicis urbanas), donde se está reactivando el ciclismo. David Roselló, Ecommerce Manager de Karacol Sport, nos cuenta que “después de dos años con un volumen de ventas bastante flojo, el mercado se está empezando a reactivar desde el último año. Eso quiere decir que tenemos muchos clientes que quieren empezar a montar en bici, o bien que hace tiempo que salían a montar y que quieren recuperar la afición para volver a ponerse en forma”.
Sin embargo, la bici no es únicamente un deporte para ponerse en forma, o un medio de transporte ecológico y barato, constituye también un plan de ocio inigualable. “En primavera hay eventos organizados cada fin de semana y por disciplinas (MTB, Enduro, carretera…). Carreras tanto competitivas como no competitivas. Clubes que organizan salidas cada fin de semana desde febrero hasta noviembre y que se dividen por su nivel. Dentro de los eventos suele haber dos tipos de ruta para que escojas según tu experiencia… Incluso marchas cortas familiares para realizar con tus hijos”, dice David.
Precisamente son esos planes familiares o de amigos los que han llevado a algunos amantes de la bici a aprovechar su hobby para hacer turismo y disfrutar durante las vacaciones. Así, Mammoth, ha dejado ser únicamente una tienda de bicis para convertirse también en agencia de viajes bicicleteros, organizando a sus clientes desde rutas por el camino de Santiago en las que ellos se encargan de llevar tu equipaje para que te muevas ligero, hasta un recorrido de seis etapas por el Danubio, la aventura de la Travesía dos mares, o un original campamento bicicletero para niños en Alicante. Un sinfín de opciones para pasar unas vacaciones diferentes o hacer deporte respirando aire puro. Porque no solo del running vive el hombre, la bici ha llegado a nuestros planes de ocio y entrenamiento para quedarse por mucho tiempo.
¡Larga vida a las dos ruedas!
