Aunque los códigos de vestimenta cambian según el giro de la empresa en la que trabajas, debes tener en cuenta que hay algunas prendas, tendencias y accesorios que no son adecuadas en el ambiente profesional. Detalles de tu imagen como la ropa que usas, el maquillaje, cómo llevas las uñas, tus zapatos y los artículos de trabajo comunican mucho sobre ti. Como afirma la diseñadora y estilista Rachel Zoe, “el estilo es una forma de decir quién eres sin tener que hablar“. Recuérdalo y usa tu estilo como una herramienta para empoderarte en la oficina.

Si bien las reglas y códigos de vestimenta estrictos son aburridos, antes de vestirte considera lo que NO debes usar para trabajar:

1.Escotes pronunciados, faldas extra cortas, ropa muy ajustada y transparencias: Estas prendas de estilo seductor no son adecuadas para trabajar, aunque tengas mejor cuerpo que Iza Goulart, ya que envían un mensaje equivocado, restan profesionalismo y se ven totalmente fuera de lugar.

2. Uñas maltratadas, irregulares, o mal pintadas: tus manos son uno de los principales canales de comunicación corporal, lo ideal es llevarlas cortas o con solo 2 milímetros de longitud y en tonos neutros como el rosa claro o nude. Puedes usar colores vivos o pasteles pero siempre debes mantenerlos en perfectas condiciones. Si te gusta llevarlas al natural, también se vale, solo debes cuidar que estén limpias y limadas.

3. Shorts, bermudas y baggies: aunque trabajes en un ambiente creativo y relajado, este tipo de prendas están fuera de lugar, ya que te hacen ver desarreglada (por no decir andrajosa) y no vienen al caso para trabajar.

4. Ropa de ejercicio: aunque el athleisure es una tendencia fuerte y se vale agregar prendas de este estilo a tu look si es que dominas como mezclar prendas básicas y formales con otras deportivas  y además trabajas en un giro de estilo casual. Pero definitivamente, los leggings, pantalones de ciclista y sujetadores deportivos no tienen lugar en la oficina, aunque luzcan de impacto en Kendall Jenner y Gigi Hadid.

5. Pelo de colores: Seamos sinceras, el pelo rosa parece bien en algunas bloggers, celebridades y modelos, pero en la oficina es un total don’t. Para que luzcas arreglada, tu pelo debe estar sano, limpio y estilizado (aunque sea de forma muy natural). Usa tonos tradicionales o efectos de color como babylights o balayage pero olvídate de los colores demasiado atrevidos.

6. Maquillaje sobrecargado: Si eres makeup artist, actriz o algo que tenga que ver con el tema, vale, pero si no, olvídate de los smokey eyes, pestañas postizas y labios degradados para el trabajo, aunque el maquillaje es algo muy personal, para trabajar lo ideal es usar un maquillaje natural y colores neutros, puedes jugar con toques de color pero no exageres.

7. Cejas tatuadas o mal pintadas: ¡Cuida tus cejas como a tu vida! Las cejas son el marco de la cara y aunque en algunas décadas se usaron algunas tendencias desastrosas, ahora se llevan de acuerdo a su forma natural, solo limpiando los pelitos sobrantes. Si ya te las tatuaron o depilaron muy mal, puedes recurrir a técnicas como el microblading para mejorar su apariencia o tutoriales para maquillarlas de forma natural.

8. Aunque este punto no tiene que ver con ropa y accesorios, también debes evitar ser impuntual, gritar, no hacer contacto visual, no saludar, no pedir las cosas de forma educada y cualquier otro gesto que reste puntos a tu educación.

9. Ropa vieja y desgastada: Evita usar ropa que ya parezca sacada del rastro o tenga detalles como botones descosidos o agujeros.

10. Ropa que no es de tu talla: Para verte bien lo ideal es usar la talla correcta. Si algo ya no te queda bien, reemplázalo; es horrible cuando es evidente que llevas la talla equivocada.