A la maternidad se puede llegar con más o menos información: hace unos meses, por ejemplo, Samantha Villar confesó que nadie le había contado angelico de dios el agotamiento extremo al que puede estar sometida una madre. Otras, sin embargo, son plenamente conscientes de que durante un tiempo van a dormir entre poco y muy poco, que los bebés lloran mucho y que probablemente su vida, después de un tener hijo, no volverá a ser la misma. Porque todo cambia cuando de repente tienes a tu hijo (bueno, de repente no, después de un parto y estas cosas).

¿Tu bebé requiere tu atención constantemente? Deberías seguir leyendo… © Getty Images

Todos tienen lo suyo: el que no duerme mal es mal comedor, el que come bien es vomitón… y así. Los niños que se limitan a comer, dormir y expulsar su producto interior bruto son más bien pocos y dar con uno es como que te toque el Euromillones de los bebés.

Ya lo puedes jurar, Kimmy.

Pero claro, hay niños y niños. Todos lloran, pero ¿todos lloran del mismo modo? Todos los bebés son demandantes es lo que tiene no saber hablar, que en vez de pedir las cosas, lloras pero existen niveles y niveles. Un ejemplo: ¿nos gusta Quim Gutiérrez? SÍ. Pero no nos gusta igual cuando se pone un traje para hacer publicidad que cuando nos aparece con baggy pants. No es lo mismo. Pues con los bebés igual. Todos lloran, pero no todos lo hacen igual. Hay un tipo de bebés que parece que todo lo hacen más: lloran más, te necesitan más, requieren más contacto físico, parece que los están matando si te marchas… Ese tipo de niños se conocen como bebés de alta demanda.

  • ¿Y qué es un bebé de alta demanda?

El Dr. Sears, doctor americano padre de cuatro hijos, se encargó de crear el término tras la llegada de su cuarta hija, Hayden. Nada de lo que habían hecho con sus hermanos mayores funcionaba con ella. Como explican en el portal especializado Crianza de alta demanda, nadie parecía entender a la niña (qué llorona, qué difícil, qué terrible es) y buscaron un término nuevo para denominarla: bebé de alta demanda o de alta necesidad.

Para que un niño sea considerado como tal debe cumplir todas o casi todas de estas características que definió el Dr. Sears:

© Elaboración propia

Y sí, como habrás deducido leyendo la lista, los niños de alta demanda son agotadores: todo lo hacen a lo grande. Nada parece calmarlos. Lloran mucho y muy fuerte. Necesitan estar en brazos constantemente porque el contacto físico (especialmente con la madre) es fundamental para ellos. Resultan agotadores porque siempre quieren más, nada parece ser suficiente con ellos. La definición de algunos padres lo dice todo, sienten que «les chupan la energía».

¡POR FAVOR!
  • Pero, ¿existen de verdad?

Algunos pediatras como la Dra. Amelia Arce niegan la existencia de estos niños: «Te das cuenta de que muchos bebés pueden ser considerados ‘de alta demanda’ según sus padres. Y entonces pasa como con las cifras de colesterol. Cuando los diferentes protocolos establecieron bajar los límites de las cifras de colesterol que se consideraban normales, resulta que una gran parte de la población tiene colesterol y se tiene que medicar por ello», explica en su web. Sin embargo otros especialistas como Rosa Jové sí que reconocen su existencia. Para ella la alta demanda obedece a múltiples factores.

Los niños de alta demanda pueden serlo, según Jové, por alguno de estos motivos o por varios a la vez. Entre ellos:

  • Altas capacidades intelectuales: un 70% de los niños con altas capacidades y superdotados han sido ‘bebés de alta demanda’.
  • Niños con hipersensibilidad sensorial: hay personas que tienen muchísima sensibilidad sensorial y todo lo perciben a lo grande. Los olores huelen más fuerte, los sonidos los perciben más altos, les pican las etiquetas de cualquier prenda…
  • Temperamento: el temperamento es lo que nos viene de serie, la personalidad es lo que cultivamos.
  • Sensibilidad emocional: Son niños que serán extremadamente empáticos en un futuro.
Cada uno es como es. Y punto.
  • Y, ¿qué opinan los padres?

Como dice Elena, madre de una niña de alta demanda: «Si lo tienes, lo sabes. Si dudas es que tu hijo no es de alta demanda». Bei M. Muñoz, de Montessorizate-Tigriteando lo explica en su blog: «Abril fue un bebé de alta demanda en ocasiones, hasta que alguien me sugirió que lo era y me dio información al respecto, me sentía un asco de madre. A día de hoy, después de esta crianza tan intensiva, os puedo decir que es una niña totalmente maravillosa (…). Esa demanda tan intensa ha dado como resultado una relación muy fuerte, un vínculo increíble. Solo con mirarla ya sé lo que está pasando por su cabeza y puedo anticiparme. Su mente es muy compleja para los demás, pero no para mí», sintetiza.

Precisamente esa sensación de estar haciendo algo mal es un denominador común entre los padres de niños de alta demanda. Diana Oliver, de Marujismo, cuenta lo difícil que está siendo: «Mi día a día transcurre entre gritos y lloros desde hace exactamente 22 meses. Gritos y lloros que se han ido intensificando en potencia y periodicidad. Día. Y noche. Nada ha sido fácil (…), y que conste que esto de la maternidad no lo imaginaba como algo sencillo, pero nunca hubiera podido pensar que sería tan difícil», se lamenta.

Y es que todo con estos niños es muy complicado: pasearles en carrito es un infierno, meterles en el coche puede suponer cuatro horas de lloros a grito pelado hasta llegar al destino, no soportan dormir separados de sus padres, maman constantemente… Elena lo recuerda así: «Una vez llevamos a mi hermana en un trayecto corto de apenas diez minutos y cuando se bajó del coche nos dijo que nuestra hija era el mejor anticonceptivo del mundo. Lo peor es que tenía razón ¡se te quitaban las ganas de tener hijos!»

Kill me truck.
  • Mi hijo es de alta demanda. ¿Y ahora qué?

Tenemos buenas y malas noticias: la mala es que ser de alta demanda no es una patología. No se puede tratar, ni es algo que se pueda cambiar.

¡Espera! Esa sensación de querer tirar una bomba y huir en la otra dirección la conocemos perfectamente, pero te vamos a dar alguna esperanza: los niños de alta demanda acaban por hacerse más llevaderos. Cuando crecen, suelen ser niños bastante inteligentes, muy sensibles y empáticos. Con carácter, eso sí, pero ¿acaso no es eso más emocionante que tener un niño-seta que el que no se consuela es porque no quiere?

En realidad, la etiqueta de alta demanda sirve sobre todo a los padres. Te ayuda a darte cuenta de que no es que estés haciendo nada mal, es que sencillamente son así. Y puede parecer una tontería, pero aceptarles como son hace que uno se tome la vida de otra manera. Si vuestro hijo es de alta demanda, como diría Mika: «Relax, take it easy».

¡Respira!

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