Es hora de superarlo. Por mucho que mires el fondo de pantalla que preside tu ordenador, le des vueltas a esa vaso de whisky con hielo (y eso que a ti nunca te gustó el whisky) o camines por la calle Madison esperando encontrarte con él, tienes que aceptarlo. Mad Men acabó. Don Draper murió y con él lo que muchos consideraban el máximo exponente de masculinidad en la nueva edad de oro de la televisión.

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Y se ríe el tío…

Una masculinidad, o lo que demonios quiera que signifique eso, que se ha fragmentado como el número de pantallas o dispositivos en la que la contemplamos. En 2016 los esquemas se han roto. Hemos dicho adiós a los personajes blancos de tez perfecta, guapos de libro que superan el 1’90, con músculos definidos, heterosexuales y que, tras salvar a la chica de un destino fatal, sueltan un ingenioso chascarrillo. Los protagonistas de las nuevas series tienen miedo a la muerte, y son atractivos, pero también antihéroes complejos, repletos de heridas y vulnerabilidades.

Varios de los últimos personajes que se han ganado el corazón de los seriéfilos confirman que nadie quiere príncipes azules en el siglo XXI. Por eso, en Grazia hemos recopilado algunos ejemplos de los intérpretes que nos indican que los tiempos, una vez más, están cambiando. Esta vez, también para los hombres. Don, descansa en paz (te lo has ganado).

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Ahora está así de tranquilo en una playa de Benidorm.

Riz Ahmed – The night of

Una vez amortizados los niños de Stranger Things (por favor, ¿alguien puede darles/darnos un descanso?), él ha sido la gran sensación del verano televisivo. Su retrato del joven Nasir Khan, que tras robar el taxi de su padre una noche de fiesta en Manhattan acaba siendo acusado de asesinato, es el centro de The night of, la serie de HBO considerada por la crítica como el mejor estreno de lo que llevamos de año. La transformación física y mental de su personaje, de estudiante ejemplar cobarde a preso autodestructivo y violento, es un auténtico tour de force no solo para el actor sino para el espectador, que pasa del enamoramiento a la repulsa en apenas seis capítulos.

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Fotograma de The night of en el que Khan lucha contra el sistema judicial para demostrar que es inocente.

Variety ha dicho de él que es uno de los diez actores más prometedores de 2016 y la próxima Navidad le veremos en un gran taquillazo. Se enfrentará a Darth Vader (sí, vuelve. Como El Almendro) en el primer spin-off galáctico, Star Wars: Rogue One.

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¡Ay qué le da vergüencita! Él es así de modesto.

Pedro Pascal – Narcos y Juego de Tronos

Para los fanáticos de Juego de tronos (atención, spoiler), su muerte fue una de las más dolorosas de la serie. Figurada y literalmente. Morir mediante el aplastamiento del cráneo no es plato de buen gusto para nadie, pero su lenguaraz Oberyn Martell había conseguido meterse en el bolsillo a la audiencia de la cuarta temporada. Por suerte, otra serie recuperó al chileno como protagonista. En Narcos, la ficción que sigue la caza del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, Pascal interpreta a Javier Peña, un agente de la DEA.

En la segunda temporada, que acaba de emitirse, su personaje camina por el fino borde de lo alegal, destruyendo tanto el imperio de Escobar como a sí mismo. Este “hijueputa, gonorrea y malparido” (en palabras del capo, no nuestras) ha revitalizado el arquetipo de actor latino y lo seguirá haciendo en la tercera tanda de capítulos, ahora, tras el cartel de Cali (cuidado con la bachata, Pedro).

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Lectora, este es Peña; Peña, esta es nuestra lectora. ¡Encantadas!

Rami Malek – Mr. Robot

Un hacker paranoico y excéntrico no tenía las mayores papeletas para convertirse en un sex symbol de la industria televisiva. Ese es uno de los logros de Rami Malek, protagonista de la serie Mr. Robot y flamante ganador del Emmy al mejor actor en la gala del pasado septiembre. Nombrado como una de las personas más atractivas del mundo por la revista Rolling Stone, gracias a ese Robin Hood digital llamado Elliot, es una de las grandes promesas de la industria norteamericana.

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Sus apariciones en la alfombra roja han demostrado que, además de talento, Malek tiene mucho estilo.

Este hijo de inmigrantes egipcios ha puesto de manifiesto un nuevo prototipo de héroe, cuya escasez de empatía es equilibrada por la despertada en los espectadores que disfrutamos de su trabajo. ¿Lo próximo? Sustituir nada menos que a Dustin Hoffman en el remake del clásico carcelario, Papillon.

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Sonrisa picarona ‘made in Rami’.

Donald Glover – Atlanta

“Quiero que la gente sienta lo que es ser negro”. Ese es el objetivo de Donald Glover, californiano de 32 años y talento renacentista de Hollywood: compone, rapea, actúa, escribe, produce y dirige. En Atlanta, una de las ficciones de moda en la parrilla, lo hace todo. Da vida a un universitario que se convierte en padre mientras ayuda a su primo a triunfar en la industria musical.

Glover es una rara avis, criado en el entorno indie pero con casi 2 millones de seguidores en Twitter (y sin tuitear nada). Protegido de Amy Poehler y Tina Fey, que lo descubrieron cuando estudiaba en la universidad de Nueva York, se hizo conocido en la pantalla gracias a su personaje en la serie de culto Community. Aparecerá en la próxima de Spider-Man y se rumorea que dará vida a un joven Lando Carlissian en la nueva película sobre un Han Solo que pedía a gritos más compañía (hasta en su apellido, chiste malísimo).

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Vamos, que deberías quedarte con su cara porque va a ser un habitual en nuestras vidas.

Mahershala Ali – Luke Cage y House of Cards

De robaescenas de Kevin Spacey a villano de Marvel. Sabemos que cuesta pillar el truco a su nombre, pero su brillante proyección nos obligará a aprendérnoslo sin titubear.

El que fuera un enigmático Remy Danton en House of Cards triunfa ahora como villano en Luke Cage, la enésima nueva serie de superhéroes de Netflix (sí, nosotros también hemos perdido la cuenta). Este año pisará fuerte también en la temporada de premios con dos filmes alabados por la crítica y cargados de denuncia racial: Moonlight (sobre un joven homosexual) y Hidden Figures, sobre la matemática cuyos estudios llevaron al Apolo XI a la luna. Mahershala es el galán afroamericano del nuevo siglo que evitará que los Oscar nunca vuelvan a ser #soWhite.

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¡Tú puedes Mahershala!

Paul Rust – Love

‘Nace una ilusión, tiemblan de emoción, Bella y Bestia…’. No, no son. El cuento de hadas tradicional ha quedado desfasado. Las historias de amor no las protagonizan ya bestias que se convierten en príncipes, sino otros personajes que han cambiado la espada por el portátil. Los nerds campan a sus anchas por la parrilla televisiva.

Gus, el personaje interpretado por Paul Rust en Love, es uno de sus más celebrados ejemplos. El protagonista de la comedia de Netflix es un profesor negado, amante manipulable y amigo entrañable que se da de bruces con un pibón que cree que puede ligarse. Y está en lo cierto. En la ficción como antes la conocíamos eso sería imposible, pero las reglas han cambiado. El único obstáculo que les separa de la felicidad es su propia existencia autodestructiva. En el cuento del siglo XXI no hace falta inventarse un Gastón, ya nos bastamos nosotros mismos.

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Todo lo que tiene de nerd, lo tiene de tierno.

Luke Hemsworth – Westworld

Porque no todo iba a ser iban a ser geeks y hackers, Hemsworth pone la dosis de belleza clasicista a esta lista. Australiano, de ojos azules, a quien tildaríamos de espécimen empotrador si fuéramos políticamente incorrectos (que lo somos), es una de las razones de peso para ver la nueva superproducción de la HBO, Westworld, el mayor éxito de la cadena en años. El jefe de seguridad del misterioso parque de atracciones con apellido que nos suena familiar es, efectivamente, el hermano de Chris y Liam. También cuñado de Miley y Pataky en el tremendo álbum genealógico que conforman los Hemsworth (en esa cena navideña, ¿quién trincha el pavo?). Pero desconocíamos la existencia del mayor de la familia, Luke, que con 35 años cuenta con una dilatada carrera en el país oceánico. Ahora da el salto a Hollywood y, por lo que las redes sociales apuntan, podría convertirse en el sorprendente favorito de la familia. A veces quien ríe el último, ríe mejor.

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Dicen que de tal palo tal astilla. En este caso sobre todo, ¿verdad?