Bien porque no hayamos disfrutado aún de las vacaciones o porque éstas ya se encuentren lejanas en la memoria, no tenemos por qué renunciar a excursiones frescas alejadas de la costa. Dejar el abanico en casa y disfrutar de planes de interior se convierte en un objetivo perfecto, mucho más cerca de lo que pensamos y además con precios por debajo de lo que nos cobrarían en primera, segunda e incluso tercera línea de playa.

En plena naturaleza, visitando ciudades impresionantes o penetrando en el interior de una cordillera, hemos seleccionado los 10 planes de interior que más merecen la pena… y que nos harán coger la chaquetilla, por si refresca…

Ruta por el interior. © Cortesía de Netflix/Master of None

1. Cañón de Río Lobos (Soria-Burgos)

Ubicado sobre todo en la provincia de Soria, pero también con parte en Burgos, el Parque Natural del Cañón de Río Lobos es toda una delicia en verano. La impactante erosión de la roca caliza, formando un cañón de más de 25 kilómetros, además de sombra, permite disfrutar de una gran flora y fauna apenas modificada por la mano del hombre. Abundantes cuevas y sumideros se suceden por la zona, además del propio cañón en sí. Además, estando como estamos en Castilla y León, no faltarán buenas opciones para comer en los alrededores del Parque Natural. El propio Parque propone 15 rutas diferentes, por lo que siempre habrá una adaptada a nuestros gustos y posibilidades.

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2. Hoces del Duratón (Segovia)

Divertirse con canoas y piraguas en las Hoces del Duratón es solo una de las muchas opciones que tendremos en este rincón de la provincia de Segovia. Sin duda, estamos ante uno de los paisajes más bonitos de la Península y, además del propio Parque Natural, tendremos la posibilidad de acercarnos a Sepúlveda para conocer sus parajes históricos, castillos, monasterios… Claro que es el cañón lo que más emociona, con desniveles de hasta 100 metros excavados por el río, formando curiosas curvas y donde viven buitres leonados, águilas reales y halcones peregrinos. Si se quiere, se puede compatibilizar con la llamada Ruta de los Castillos de Segovia, que incluye hasta siete de ellos.

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3. Bocairent (Valencia)

Bienvenidos a un pueblo que está literalmente excavado en la roca. Su casco histórico es de los que enamora, manteniendo el gusto medieval de hace siglos, con calles enrevesadas, callejuelas, cuestas… entre su pasado musulmán y su posterior anexión a la Corona de Aragón. Es imprescindible zigzaguear hasta la ermita de Sant Crist, en lo alto de la colina, a las afueras, para disfrutar de las mejores vistas. Ya en el pueblo, la plaza del Ayuntamiento o el Arco del Agua son algunos de nuestros objetivos. Parte del centro de la ciudad está escavada en la roca y se comunican entre sí varios lugares mediante túneles. El conjunto de cuevas llamadas Las Cuevas de los Moros, en una gran pared vertical, es otro de esos lugares que impactan.

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4. Valle del Arlanza (Burgos)

La comarza del Arlanza es una de las más paisajísticas de Castilla y león, con una gran riqueza cultural. Adentrarse en ella es toda una experiencia para los sentidos y es que, desde Lerma, se pueden hacer diferentes excursiones que, seguro, nos van a satisfacer. Por ejemplo, la visita a Santo domingo de Silos, tanto por su monasterio como por el pueblo en sí, con casas de adobe y casonas nobiliarias. También hay que hacer tiempo para recorrer el desfiladero de Yecla, una estrecha garganta con grandes aves anidando allí. El monasterio de San Pedro de Arlanza y localidades como Covarrubias, Santa María del Campo o Tordómar son otras de las localizaciones que podremos tener en el mapa.

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5. Monasterios de Suso y Yuso (La Rioja)

Una excursión a los monasterios de Suso y Yuso, que están prácticamente pegados (uno, el de Suso, en lo alto de una montaña y, en las faldas, el majestuoso e impresionante conjunto de San Millán de Yuso) es siempre una buena idea. Pero en verano, además, nos permitirá aliviar el calor recorriendo una de las zonas naturales más bonitas de La Rioja. Cuna de la lengua castellana, los alrededores son impresionantes, con picos nevados, altas cumbres, valles y laderas verdes… y, cómo no, salpicado todo por pequeños pueblos en los que lo difícil será encontrar un restaurante en el que no nos sirvan una buena carne y el mejor vino de la zona. Es perfecto para familias, pero también se puede completar la aventura con todo tipo de deportes de acción.

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6. Lago de Sanabria (Zamora)

El sistema de lagos natural más grande de España es, además, una de las zonas más frescas del país en verano, por lo que no solo dejaremos el abanico en casa, sino que, si nos acercamos hasta este punto de la provincia de Zamora, seguramente pensaremos en la manga larga. Con una profundidad de más de 50 metros y origen glaciar, el lago cuenta incluso con varias playas de arena y piedra entremezcladas con árboles y bosques. Hay varios campings y es el senderismo una de las actividades preferidas fuera del agua. También podremos acercanos a los restos del Balneario de Bouzas, del siglo XIX, cuyas aguas sulfurosas medicinales siguen fluyendo, aunque ya no con destino a las bañeras del complejo.

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7. Panticosa (Huesca)

Si en invierno está todo nevado, en verano es el verde intenso el que domina el paraje de Panticosa. Un plan perfecto para los que buscan evadirse del calor, sin renunciar a la buena vida, es dejarse mimar en el balneario del mismo nombre. Las aguas termales y el circuito termal son una delicia, tanto como su restaurante. Además, es posible montarse en el telecabina de Formigal, que presume de ofrecer uno de los paisajes más bellos del Pirineo al poder contemplar los lagos desde lo alto. Y si queremos algo de acción, opciones como el cicloturismo, el trail running o las escapadas en 4×4 también están disponibles. Ver cascadas espontáneas de agua a cada pocos metros no tiene precio.

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8. Tren dels Llacs (Lleida)

La aventura del Tren dels Llacs es toda una delicia y, además, en una de las zonas más templadas de España en verano. Está en Lleida, en La Pobla de Segur, y es un viaje que no solo emocionará a los amantes de los trenes. Con el Pirineo como destino final, salimos del Segrià, atravesando La Noguera y el Montsec, hasta Pallars Jussà. La única pega, que solo está disponible dos días en agosto (19 y 26) y cinco en septiembre (2, 9, 16, 23 y 30). El viaje desde Lleida nos ocupará algo menos de 9 horas en las que habrá diferentes paradas y muchas ocasiones para extasiarse ante el paisaje. Además, no podremos irnos sin probar las delicias locales, que allí se come excelente.

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9. Cercedilla (Madrid)

En la sierra noroeste de Madrid, Cercedilla es la puerta de entrada a un buen número de actividades que, ahora en verano, permiten escapar en menos de una hora del calor de la capital. Enclavada en la sierra de Guadarrama, su calzada romana da buena cuenta de la antigüedad del lugar, cuyo patrimonio natural no deja a nadie indiferente. Andar por los senderos de los alrededores, en busca de los lagos y los bosques casi intactos de la zona, es toda una delicia. Y si nos va la marcha, Aventura Amazonia, el parque natural de juegos más grande de España, está también allí. Planes más tranquilos: paseo por el pueblo, visitando las construcciones señoriales de los últimos dos siglos o el Museo del Esquí.

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10. Gruta de las Maravillas (Huelva)

Claro que, para evadirse del calor, nada como meterse bajo tierra. La Gruta de las Maravillas, en Aracena (Huelva), es todo un clásico de las excursiones que se pueden hacer en Andalucía en verano sin pasar calor y a muy poca distancia de Sevilla. Abierta en 1914, fue la primera de las grutas de este tipo en hacerlo en España y es impactante el gran número de estalagtitas y estalagmitas que hay. Claro que en la sierra norte de Huelva no es la única opción para deleitarse, y más este año que es Capital Gastronómica. Los restaurantes serranos nos ofrecerán el mejor Jabugo, pero también carnes de impresión y todo tipo de guisos, si es que no nos resistimos al cuchareo en pleno verano.

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