Cuántas veces habrás oído a tu abuela decir: “Estos tomates no saben a tomate”. Y así con los pepinos, las mandarinas… Y es que, parece ser que solo el (afortunado) paladar de nuestros mayores ha tenido el privilegio de probar las verdaderas hortalizas, frutas y verduras con su explosión de sabores correspondiente. Lo que nosotros comemos día a día en una ciudad es solo una ilusión plasticosa.

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Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) casi la mitad de los alimentos que comemos contienen pesticidas, un dato que no solo afecta al sabor de lo que comemos, sino también a nuestra salud, ya que estos pesticidas pueden llegar a producir malformaciones congénitas, diabetes, cáncer o Parkinson, entre otras enfermedades. Por este motivo (el más importante), y por lo monas que son las fotos de Pinterest de jardines y terrazas en la ciudad, los huertos urbanos están más de moda que nunca.

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Si estás pensando en que todo esto parece muy bonito pero que no te llega el dinero para pagar el alquiler de un ático, te sorprenderá saber que una ventana con sol es suficiente para empezar a cultivar tu hortaliza preferida. Según la guía de cómo hacer un huerto en casa de Intermon Oxfam, puedes construir macetas con botellas de plástico o pequeñas cajas de madera de fruta y resolver el problema del espacio con una disposición vertical. Además, en la web de Planeta Huerto, encontrarás todo lo que necesitas para iniciarte: desde cajas de madera de cultivo monísimas, hasta sustrato, fertilizantes o semillas, aunque a veces la mejor semilla la encontrarás en el melocotón que te estás comiendo ahora mismo. En Metro Huerto, por ejemplo, además de todo tipo de enseres, ofrecen clases para que te sea más fácil iniciarte en tu plantación.

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Para los que tienen alma agrícola y el balcón de su casa se les queda pequeño, existe la posibilidad de alquilar un terreno en el que además de cultivar la materia prima de nuestros platos, podremos respirar aire fresco los fines de semana y dar ejemplo (ecológico) a los más pequeños de la casa. La web Huertos Compartidos actúa de red social y pone en contacto a propietarios de tierras hortofrutícolas para alquilar y a futuros cosechadores. Además, los más entendidos en la materia ofrecen sus consejos sobre cuándo plantar, cómo abonar, cuándo recolectar… Por su parte, la empresa La Alegría de la Huerta ofrece en Madrid terrenos de 25 metros cuadrados por 25 euros al mes con el consumo de agua para el riego incluido. La Huerta de Montecarmelo cuenta incluso con personal keepers que te vigilan tu plantación para que tengas una buena cosecha. En Barcelona encontrarás el Huerto de Ocio de Gavá, y en Zaragoza, Huertolandia.

Un huerto en una escalera de incendios neoyorquina. © Cordon Press
Un huerto en una escalera de incendios neoyorquina. © Cordon Press

Sin embargo, solo el 10% de los huertos urbanos son privados. Cada vez son más los ayuntamientos que ceden terrenos con la idea de crear municipios sostenibles. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, los huertos urbanos comunitarios REHD MAD son espacios gratuitos autogestionados por un grupo de vecinos que regeneran un espacio municipal en desuso en un punto verde.

Oye, que hasta los Obama tienen su huerto urbano, ¡qué os creéis! © Cordon Press
Oye, que hasta los Obama tienen su huerto urbano, ¡qué os creéis! © Cordon Press

Precisamente España es uno de los países con más huertos urbanos, un total de 400 repartidos en 216 ciudades. Aunque aún queda mucho camino por recorrer. En Copenhague, por ejemplo, ya son obligatorias las azoteas verdes, un modelo que ha querido seguir el Hotel Wellington con un huerto de 300 metros cuadrados en la última planta de su edificio, uno de los más grandes del mundo, con permiso de Brooklyn Grange, una red de edificios de Nueva York que suman 1.900 metros cuadrados y en los que se pueden encontrar hasta gallinas poniendo huevos. ¡Eso sí que es lo que se llama un pulmón en la ciudad!

Y como todo lo que se pone de moda tiene su origen en el mundo celebrity, el movimiento urban farming no iba a ser menos. Jessica Alba, fundadora de la empresa eco-friendly Honest Company, disfruta de su propio huerto en un jardín vertical de Santa Monica donde cultiva sus propias lechugas.

Y tú, ¿te atreves a crear (desde cero) tus ensaladas?

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