Ikea quiere probar nuevas fórmulas para relacionarse con sus clientes. Después de sorprendernos por la celebración de su 20 aniversario con la apertura de 2 tienditas efímeras en el centro de Madrid y Barcelona, el gigante sueco tiene nuevo (y muy apetecible) proyecto: justo a punto para los meses de verano, abrirá su primera tienda temporal bajo el nombre de IKEA Temporary Dormitorios.

© Cortesía de Ikea

Se tratará de un espacio de 900 metros cuadrados, dividido en dos plantas y situado en la céntrica calle Serrano de la capital, concretamente en el número 55 (donde antes estaba la flagship de Imaginarium). Durante 6 meses, el espacio estará enfocado a la decoración del dormitorio para (si todo va bien), continuar su andadura centrándose en otro área del hogar. Vamos, que será una tienda mutante. Habrá tanto muebles como más de 300 complementos relacionados con todas las funciones de un dormitorio: dormir, almacenar, decorar…

© Cortesía de Ikea

La iniciativa forma parte de la respuesta de Ikea a la demanda de sus clientes: la marca asegura que quiere estar más cerca de ellos, adaptarse a sus hábitos de compra renovados y facilitar los servicios de asesoramiento y personalización. Por eso, además de estar en el centro, este nuevo espacio ofrecerá no solo un nuevo concepto de tienda adaptada para conectar con el visitante, sino también nuevos servicios como la customización de productos (por ejemplo, el bordado de sábanas inmediato y gratuito).

© Cortesía de Ikea

Pero eso no es todo. A su servicio de asesoramiento personalizado con interioristas se une la tecnología, que estará muy presente en el nuevo espacio: un armario inteligente orientará a los clientes sobre la organización de sus interiores según sea su estilo de vida. Además, durante el año se organizará un completo programa de talleres y actividades para aprender a disfrutar y vivir (bien) un dormitorio.

¡Ah! Y, por supuesto, contará con un pequeño café en el que poder seguir llevando a toda la familia y saborear sus célebres albóndigas y esa tarta de chocolate por la que éramos capaces de hacer una excursión hasta las afueras. (Larga vida a Ikea).

«En serio… gracias»