“Me llamo Amarna Miller, soy actriz porno y nací en un país hipócrita”: así empieza el nuevo spot del Salón de Cine Erótico de Barcelona que suma casi un millón de visitas en Youtube (en solo 24 horas) y que protagoniza esta joven de 25 años que, dicen, está cambiando el concepto del porno.

Pero, ¿quién es realmente Amarna Miller? Detrás de esta actriz de cine X, se esconde Marina, una chica de Vallecas licenciada en Bellas Artes y apasionada por la literatura: desde Tom Wolfe a Kerouac, pasando por los poemas de Leopoldo María Panero. También escribe: un blog y un libro, Manual de Psiconáutica. Una afición de la que ha dejado constancia hasta en su nombre artístico, elegido en homenaje al escritor Henry Miller.

Esta es una de las razones (que no la única) por la que se considera que está rompiendo con la idea que tiene gran parte de la sociedad sobre la vida e intereses de una actriz porno. Pero hay más…

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Su estética nada tiene que ver con el perfil tradicional de una actriz porno. © Instagram / @amarnamiller

Vayamos por partes: la historia comienza cuando Amarna cumple 18 años, antes de entrar en la universidad. Entonces hizo su primera intentona para entrar en el mundo del porno pero, al ver que las respuestas de los productores con los que contactó no le gustaban, desechó la idea.

En la universidad (Bellas Artes) descubrió la fotografía y el vídeo y comenzó a coquetear con la fotografía erótica: primero retratando a chicas desnudas y después inmortalizando a sus amigas mientras practicaban sexo. En solo un año se dio cuenta de que eso era lo que realmente le gustaba y decidió montar su propia productora. A partir de ahí, era cuestión de tiempo que pasase de estar detrás de las cámaras a ponerse delante.

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El plano en una de sus webcams. © Instagram / @amarnamiller

Ahora, cinco años después, puede presumir de haber protagonizado el primer videoclip porno de España (Ritmo en la sangre de Novedades Carminha), de trabajar con grandes productoras internacionales, de escribir en medios como Jot Down o de ser la portavoz de la próxima edición del Salón de Cine Erótico de la Ciudad Condal, que tendrá lugar del 6 al 9 de octubre.

Su pelo coloreado, tipo ninfa, su aspecto aniñado (que nos recuerda a Riley Keough, en The Girlfriend Experience) y su compromiso en defensa de una pornografía ética y feminista, la han llevado a lo más alto en el mundo del porno. Pero también a cosechar críticas y protagonizar varias polémicas. ¿La última? El spot viral, creado por Vimema Films, que pone sobre la mesa temas espinosos como el aborto, la iglesia, los desahucios, los toros, la inmigración, la prostitución… Con frases como «la misma gente que me llama puta se pajea con mis vídeos» o «vivo en un país que ama la vida pero permite que se mate en nombre del arte», ha conseguido colocarse en la cima de cortos virales de la temporada.

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© Instagram / @amarnamiller

Sus detractores le critican sobre todo su posición feminista (por el machismo intrínseco a la industria del porno, erigida entorno a la cosificación de la mujer) o su negación de la trata de blancas.

Pero las críticas no frenan a la actriz, que con este vídeo da una última puntada a un currículum cargado de polémicas declaraciones:

  • No cree en la monogamia. De hecho, confiesa practicar el poliamor y tener dos parejas.
  • Defiende que no se debería diferenciar entre porno para hombres o para mujeres:  “Lo de que los hombres quieren ver penetraciones de cerca y las mujeres caricias es un cliché, un estereotipo y es hora de que lo rompamos”, sentenciaba en el portal Le Miau Noir.
  • Se la ha etiquetado como ‘la feminista que hace porno machista’ de lo que se defendía recientemente en una entrevista en El Huffington Post:  “Primero, no todo el porno es así. Y segundo, no hay discurso más feminista que ser tú misma la que decide qué hacer con tu propio cuerpo”.
  • Una de las luchas de Miller es que todo lo que envuelve al sector pornográfico esté en regla. De hecho, tal y como publicó la revista GQ, es de las primeras en proponer formas de legalizar la situación de los profesionales y que los controles de ETS sean más estrictos. En una profesión en la que no existe regulación, afirma necesario crear “convenios y leyes que regulen el trabajo sexual y protegiesen a los actores y las actrices”.
  • Pero quizá su entrevista más polémica fue la que le concedió a Risto Mejide, en Al Rincón de Pensar. En ella no solo habló de su idea sobre la prostitución (legalizarla), sino también sentenció que «en el porno no hay trata de blancas».
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© Instagram / @amarnamiller