¿Harta de los vídeos de fitness? ¿Hasta el moño de los platos healthy ideales de la muerte? ¿Cansada de cuerpos bronceados perfectos con bikinis minúsculos en playas paradisíacas? Pues prepárate, porque el verano ya está aquí y todo esto no va a hacer más que crecer exponencialmente entre las líneas de tu timeline de Instagram.

Que sí, que inspirarte con esas imágenes de postal y copiar las tendencias con las que se atreven las top models del momento puede ser sumamente divertido… Pero resulta que no es lo más sano para ti. Y tenemos la explicación.

Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Florida ha revelado que, si evitamos todo eso (o lo reducimos), y lo sustituimos por imágenes de modelos curvy, estaremos contribuyendo a mejorar tanto nuestro estado de ánimo como nuestra salud mental.

Ashley Graham, la modelo plus-size por excelencia. © Getty Images

La investigación involucró a medio centenar de mujeres entre los 20 y los 30 años que habían expresado su deseo de adelgazar y moldear su cuerpo. A cada una de ellas se le mostraron varias imágenes seleccionadas de modelos delgadas, normales y plus-size, para después hacerles una serie de preguntas sobre su propia autoestima y satisfacción física.

Los resultados fueron muy elocuentes: las mujeres que habían visto más modelos de tallas grandes, se comparaban menos, transmitían mayor nivel de satisfacción consigo mismas y, además, recordaban mejor las imágenes y campañas que habían visualizado. Al contrario, las que habían visto más imágenes de modelos delgadas, no solo no recordaban las fotografías ni las campañas a las que pertenecían, sino que tendían a comparar sus propios cuerpos con ellas, demostraban un descenso en su nivel de autoestima y se veían más débiles mentalmente.

Adiós muy buenas, majas.

Jessica Ridgway, autora del estudio, y Russel Clayton, autor del estudio y profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Florida, lo explican así: “Es abrumadora la clara ventaja psicológica que muestran las mujeres cuando las redes que siguen muestran cuerpos normales y más reales que los que estamos acostumbrados a ver”. Y no solo eso, sus conclusiones apuntan a que la participación de modelos curvy en campañas de moda y publicidad las convierten en mucho más eficaces que de costumbre: “Si ellas aparecen, el nivel de persuasión de las imágenes aumenta y consigue captar más la atención del público femenino mientras, además, promueve el body positive”.

Así que mira, querida, déjate de cuerpos perfectos e imposibles y de modelos inalcanzables… y pásate ahora mismo a lo normal, a lo real, a lo sano física y mentalmente. Cultiva tu amor propio con los mensajes de aceptación de Ashley Graham y deshazte de mitos como el thigh gap con los de Iskra Lawrence. Ellas cada vez son más fuertes y, lo mejor de todo, te están haciendo más fuerte a ti. Síguelas a todas:

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