Moda
Se mire por donde se mire, los ángeles de Victoria’s Secret son las modelos más envidiadas del mundo. Hasta hace un par de años eran observadas con cierto recelo por la industria de la moda que ahora se rinde al poder de sus curvas… y al de sus millones: tanto de seguidores en redes sociales como de dólares en la cuenta corriente (no es ningún secreto que las más veteranas se encuentran entre las mejor pagadas del panorama).
Así que todo lo que hacen es noticia, desde el cómo preparan sus cuerpos para no lucir ni una molécula de grasa hasta qué hacen durante las horas previas al desfile. Con respecto a esto último tenemos la respuesta al misterio: pasarlas en una enorme sala en Lexington Avenue, la localización del show, donde hasta el último detalle es escaneado.
El desfile supone un madrugón porque la agenda empieza a llenarse de quehaceres muy pronto. Aún así, la mayoría de las modelos se levanta una hora antes para poder marcar los últimos abdominales. Todas menos una de las novatas, Gigi Hadid que, en un alarde de temeridad y viviendo al límite se quedó en casa “escuchando música de Disney y encendiendo velas”, su particular cóctel para tranquilizarse, como confesaba horas después a la web americana de Vogue.
Y no es para menos si toda tu corta vida has perseguido como meta el desfilar en ropa interior ante 500 millones de personas (cifra de espectadores que se tragó la transmisión del desfile en el 2014): “Mis sueños se han hecho realidad esta noche”, tuiteaba su íntima Kendall Jenner tras estrenarse también sobre la pasarela rosa frente a sus mediáticos progenitores. “Les he pedido a mis hermanas que no vinieran. Era demasiada presión y les he dicho: ‘Con mamá y papá ya es suficiente’. Necesito liberarme de la presión”, explicaba a New York Daily News.
Nervios y seños cumplidos aparte, ¿cómo entretener a 47 chicas durante las 12 horas que deben estar retenidas en backstage? Pues fácil: con cámaras. Y es que ya conocemos el dicho: «Dale a un ángel una cámara de fotos y dominará el mundo»… o por lo menos lo hará trending topic.
Mientras la sala de espera se llenaba de fotografías instantáneas, las modelos iban pasando una a una por las manos de prestigiosos peluqueros y maquilladores que replicaban el look de belleza insignia: ondas en el pelo, maquillaje en tonos rosados y uñas nude.
Para la ocasión se contó con las planchas y tenacillas de Beachwaver (rosas y con strass, claro), firma creada por la peluquera de estrellas Sarah Potempa (encargada junto a Aleksandra Nesterchuk o Brice Scarlett de las melenas perfectamente onduladas durante el desfile).
Tampoco faltaron prestigiosos maquilladores (Dick Page, Quinn Murphy, Ana Marie o Nina Park), ni expertos manicuristas que se hicieron cargo de las manos y pies de las modelos. Por último, y como broche final antes de poner un pie (enfundado en zapatos de Brian Atwood, por cierto) sobre la pasarela, un suave masaje con el aceite iluminador Ilumino Body Oil, de Colbert MD, responsable del brillo de los cuerpos 10.
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