El bolso must de la temporada pasó a mejor vida más o menos en la época en la que cada firma comenzó a lanzar un ‘nuevo clásico’ exactamente cada tres meses.

Pero en la era de la personalización tampoco está bien visto el corretear por ahí con modelos clónicos, así que primero llegaron los pompones (robots, osos o muñequitos) para colgar de las trabillas y cremalleras del complemento y, ahora, las asas.

Las asas de Dolce & Gabbana se llevan con cualquier bolso. © Instagram @dolcegabbana
Las asas de Dolce & Gabbana se mezclan con cualquier bolso. © Instagram @dolcegabbana

“Puedes mezclar una cinta de Dolce&Gabbana con un bolso de Prada. No es políticamente correcto, pero queda bien”, dice Anna dello Russo en los vídeos que ha creado para el Instagram de la firma italiana. Sus asas fueron de las primeras en llegar y de las primeras en agotarse en su tienda online, a los pocos días de salir a la venta. Eso sí, (que no cunda el pánico) se esperan reposiciones.

Las cintas de Valentino, inspiradas en las correas de las guitarras, son protagonistas de la campaña de la firma.
Las cintas de Valentino, inspiradas en las correas de las guitarras, son protagonistas de la campaña de la firma.

La personalización, como apunta la excéntrica estilista, es una de las ventajas de esta nueva tendencia. Otra, la posibilidad de multiplicar el armario combinando bolsos y asas sin reglas ni condiciones. Pero quizá el pro más interesante de esta nueva moda sea la funcionalidad: un asa que se quita y se pone sobre cualquier ejemplar convierte en práctico hasta al modelo más incómodo de la historia (sí, Kelly de Hermès, -concebido para provocar una rotura de antebrazo- ahora te miramos a ti).

Chiara Ferragni (convirtiendo el 'Kelly' de Hermès en un bolso para todos los días) y Candela Novembre ya se han apuntado a la tendencia. © Mondadori Photo
Chiara Ferragni (convirtiendo el ‘Kelly’ de Hermès en un bolso para todos los días) y Candela Novembre ya se han apuntado a la tendencia. © Mondadori Photo

Porque el Bamboo de Gucci o el Lady Dior estaban muy bien para que los pasearan respectivamente Elizabeth Taylor o Lady Di. Total, ellas no necesitaban las manos libres ni para abrir la puerta del coche (un chófer a la vuelta solucionaba el inconveniente). Pero hoy en día la practicidad es un plus.

Quizá por ello los iconos también se reinventan. En el caso de Dior, con Runway: una actualización del clásico favorito de la Princesa de Gales que se rejuvenece y se hace accesible a golpe de bandolera.

Si Paul Newman te sujeta el guión, no hay problema. En la imagen, el actor junto a Elizabeth Taylor (con su Bamboo de Gucci) en el rodaje de 'La gata sobre el tejado de zinc). © Cordon Press
Si Paul Newman te sujeta el guión, no hay problema. En la imagen, el actor junto a Elizabeth Taylor (con su ‘Bamboo’ de Gucci) en el rodaje de ‘La gata sobre el tejado de zinc). © Cordon Press

Pero decir que la utilidad es lo que mueve la moda sería exagerar demasiado. En muchos casos la imaginación vuela simplemente por el placer hedonista de crear piezas bellas. Tal es el caso del Patchwork de Burberry Prorsum, estrella de firma británica para la próxima temporada, o de las cintas de Valentino, que se inspiran en las correas de las guitarras para sumar un toque rock a cualquier look.

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