Hay un secreto que solo puedes descubrir cuando acudes por primera vez a una Semana de la Moda cualquiera: lo importante no pasa sobre la pasarela, sino en las gradas que la rodean. Porque como ya dijo Anna Wintour en su afamado documental The september issue, «hay algo en la moda que pone a la gente muy nerviosa», y supongo que parte de ese «algo» son las conversaciones que mantienen las personas involucradas en este cruento universo cada día y cuya intensidad se eleva al cubo en los tiempos muertos entre desfile y desfile.  Pero ojo, que no es allí el único sitio donde puedes captar al vuelo alguna conversación secreta.

64436_moda

 

Las hemos visto en fotografías, en vídeos, puede que te hayas topado con alguna pareja de fashionistas cruzando un semáforo mientras sus tacones castañetean sobre el asfalto, pero nunca habrás escuchado lo que hablan entre ellas, porque lo hacen muy bajito a la vez que sueltan una carcajada por si algún fotógrafo de street style anda cerca.

Una regla no escrita en el Fashion World por la que el tono de voz nunca rebasará la frontera del interlocutor. Y entonces es cuando tú te pones nerviosa: «¿Qué es eso tan importante que se tienen que contar estas chaladas?», te preguntarás. Que no es que tú seas dada a escuchar conversaciones ajenas, pero ¿es que llevan en sus bolsos diminutos algún secreto de Estado o qué?

Moda-1
@ Cordon Press.

Así que aprovechando que nos encontramos en pleno circuito de Fashion Weeks, no me ha quedado más remedio que infiltrarme en las filas, corrillos y reuniones en las que se congrega la flor y nata de la moda durante varias semanas y a lo largo y ancho de varias capitales. Editoras de moda, directoras de revistas, periodistas, blogueros, estudiantes de diseño… ¿De qué habla realmente toda esta gente? 

 

1. Esta gente está siempre cansada

Si en algún momento cruzas alguna palabra con alguien dedicado a la moda, siempre te dirá que está cansado. Este argumento es a este mundillo lo que la meteorología a las conversaciones de ascensor, un recurso vacío e insustancial que ayuda a rellenar esos silencios incómodos que todos sufrimos.

El trasiego de las Fashion Weeks obliga a cruzarse con infinidad de caras a las que reconoces y que posiblemente hayas visto alguna remota vez de lejos, ¿qué se supone que le debes contar? Que estás cansado, claro, y si es en el fiestón de turno (que nadie se lo quiere perder a pesar del “cansancio”), mejor. Eso sí, hay una fashion-especie exenta de este grupo, los plumillas de libreta y bolígrafo, pronto entenderéis por qué.

@ Cordon Press
@ Cordon Press

2. La conversación de las preguntas

Poco importa si te encuentras a las puertas de un desfile, en los alrededores del recinto, buscando tu asiento en la sala o en una fiesta con la música conceptual/infernal más alta del mundo, si uno de esos plumillas de los que hablábamos en el punto anterior logra establecer contacto visual contigo, date por muerta. Su conversación no es un intercambio de palabras al uso, sino un sinfín de preguntas y recogida sibilina de datos para complementar las crónicas que se afanan en escribir entre desfile, carrera y desfile.

Son capaces de extraer toda información sin que apenas te des cuenta, utilizar cada turno de palabra para exponer una pregunta y que tú termines no sabiendo nada de ellos, ni siquiera cómo están.

 

3. Una imagen vale más que mil palabras

–       Perdona, ¿me haces una foto?

–       (Deja todo lo que está haciendo) Sí, claro.

–       Que se vea un poco el fondo. (Ajuste de ropa, pose intensa).

–       Aquí está.

–       Ummm, sí, sí, no esta mal, vale… (se aleja mirando al móvil mientras retoca la foto). Gracias (dicho bajito y ya perdiéndose en el sonido de la sala).

Si no tienes una foto en instagram del evento de turno y en el que se vea bien dónde estás, no eres nadie. No dudes que alguien te pida una foto en cualquier momento o situación (si te invita a participar en ella, ya es un logro). Y ésta es básicamente la conversación que intercambiarás con esas personas con las que, después de este encuentro fotográfico, pasarás a mantener la conversación del punto 1.

3
@ Cordon Press.

 

4. De deporte

La actividad física es un punto candente en estos círculos, no porque la practiquen (más allá del bikram-yoga o el pilates, el resto es una ordinariez), sino porque es importante estar. Estar en el palco VIP mientras haces que te enteras de lo que pasa, por ejemplo, en los partidos de tenis. No hace falta que comprendas el juego, lo primordial es decir que tú estuviste allí y sacarlo a relucir en cualquier conversación, después de lo del cansancio preferiblemente.

Luego también están los eventos estacionales, como los mundiales de fútbol, los Juegos Olímpicos o los Juegos de Invierno, los cuales se aprovechan para montar editoriales de moda o productos editoriales de inspiración.

 

5. No le busques explicación

Si lo de “productos editoriales de inspiración” os ha sonado raro, atentas a lo que viene: «Era así muy Slimane para Saint Laurent del verano 2013, pero mezclado con el punto retro-futurista cool del Balenciaga de los 60 que trajo de vuelta Ghesquière y el minimalismo de Phoebe Philo para Céline. Sabes, ¿no?». Asiente y huye.

 

@ Cordon Press
@ Cordon Press

 

6. Durante un desfile

Aquí las posibilidades de conversación se reducen debido al trasiego de asientos, gente que entra y que sale, música a todo volumen, diseñadores respondiendo una y otra vez exhaustos (y aburridos, por los comentarios que se escuchan después) en qué se han inspirado para crear su colección y modelos a las que atender.

Aquí las gradas se dividen: 

– Prensa: “A ver qué nos trae esta vez, porque el desfile anterior fue…” (Final abierto que genera incertidumbre y no da lugar a error posible, puede ser todo y nada).

– Invitados: “Ay, qué mona vas” acompañado de una sonrisa (Esto puede ser bueno o malo).

– Los que consultan el móvil para que no les hablen. 

Una vez comenzado el desfile, hay quien se dedica a asentir, a bailar o a comentar con la de al lado qué modelitos se piden.

@ Getty Images
@ Getty Images

 

7. De la situación sociopolítica en Ucrania

Esto es mentira, era para ver si seguíais atentas.

 

8. ¿Blogger o WordPress?

No se puede negar. Desde que los blogs aparecieron en nuestra vida, ha existido esta división, eras de uno o de otro. Como del Madrid o del Barça, de Angelina Jolie o de Jennifer Aniston, de Chenoa o de Bisbal… Nunca dilucidaremos cuál es el mejor, pero es un tema recurrente y que nunca tiene fin, como el del cansancio del punto 1 o el de la guerra de likes y followers comprados.

2
@ Cordon Press

 

9. La clásica portera

Este concepto tan español se extiende más allá de nuestras fronteras y, antes o después, alguien entrelazará su brazo con el de su congénere para comentar algo sobre el de enfrente. Y sí, también se habla mal.

6
@ Cordon Press

 

10. Lo normal

Si tienes suerte, también encontrarás a gente normal, que tiene buen tema de conversación, que se preocupa de que tiene que hacer la compra a la vez que coloca el abrigo sobre sus hombros porque se preocupa de su estética (la cual suele llamar la atención por el poco esfuerzo que parece costarle eso de ser estilosa), que te confiesa que ha ido en zapato plano porque no va a estar más de 12 horas en tacones (tiempo que se puede extender una jornada fashionsita) y que prefiere mostrar su buena cara antes que la de acelga que provoca el dolor de pies (risas).

Y esta gente suele ser la que nunca está cansada porque disfruta con lo que hace, no lo oculta y, además, tiene otras interesantes aficiones más allá del impostado fashionismo que impera en nuestros tiempos.