Elena D’Amario vive su vida de viaje. Baila en teatros de todo el mundo expresando su espíritu solar y creativo, y su corporalidad explosiva y enérgica. Cuando está de gira, se desplaza sin parar de un hotel a otro, atravesando ciudades y naciones, cogiendo vuelos, trenes y autobuses solo para hacer lo que ama más en el mundo: bailar. Y lo hace con toda la pasión que puede.

En esta entrevista exclusiva para Grazia, Elena D’Amario cuenta su vida convertida en baile, su amor por el mar, por la familia y por su tierra, y también su pasión por el shopping y las claves de su estilo.

Con un par de icónicos adidas Originals Stan Smith de etiqueta rosa en los pies, que solo están a la venta en la tienda AW LAB y en su página aw-lab.com, Elena se ha vestido con una americana gris oversize y se ha recogido el cabello con un scrunchie (el elástico súper de moda tan célebre en los años noventa): la bailarina tiene un estilo que va más allá de las tendencias y de las convenciones.

Elena deja que el mood del día la inspire, dependiendo de los compromisos que tenga hasta su estado de ánimo. Interpreta de manera propia aquello que decide ponerse, experimentando algo nuevo y dándole un toque diferente para personalizar su look. Sin renunciar a la calidad de los materiales y a los acabados perfectos.

¡Siempre está perfecta en cualquier ocasión!

Después del Baile de las debutantes de 2007 y de Amici di Maria De Filippi en 2008, tu carrera tomó vuelo…

…¡Literalmente! (Risas.) En una de las presentaciones nocturnas de Amici, el coreógrafo David Parsons me vio bailar y me ofreció la oportunidad de hacer unas prácticas en su escuela. Fue una experiencia de dos semanas que se convirtió en un contrato de tiempo indeterminado. En agosto cumplí nueve años ahí. Y ahora voy a participar en la primera edición de Amici Celebrities: ¡me pregunto qué más cosas me traerá ahora el programa!

Con un billete de ida y uno de regreso abierto a Nueva York, ¿crees que has conseguido el sueño americano?       

Gané la beca en marzo y en agosto emprendí el camino a Estados Unidos. Dos semanas después David me preguntó: “Do you wanna stay?”. Todavía recuerdo aún la velocidad con la que le contesté: “Yes, of course!”. Tres días después me subí al escenario y pocos meses después ya estaba bailando en Bryant Park.

¿Cuál ha sido el reto más grande al que tuviste que enfrentarte al principio?

Cuando llegué a Nueva York no sabía hablar una palabra de inglés. Como aprendiz, estaba aislada mientras intentaba aprender los pasos. Estaba sola, lejos de mi familia y de mi casa. Conseguir que me entendieran no era algo fácil: me comunicaba con sonrisas y con la danza, hablaba a través de mi cuerpo.

¿Qué significa para ti la danza?

Es mi vida. En cada paso y cada acrobacia expreso todo mi ser, mi vitalidad y mi energía (¡incluso cuando no tengo!). Crear nuevas coreografías es una fuente constante de inspiración y de experimentación. Me agobiaría si no tuviera esto todos los días.

Más allá de la danza, ¿cómo expresas tu creatividad, tu humor y tu estado de ánimo?

Sintiéndome libre de crear mi look para el día, por ejemplo. Tiendo a buscar piezas de ropa y accesorios que vayan más allá de las tendencias, de un estilo establecido o que esté dentro de los cánones estéticos convencionales. Si me queda bien, me pongo un vestido ajustado y un par de tacones aun cuando la ocasión no lo requiera, pero prefiero unas zapatillas de deporte combinados con prendas más Street style.

Cuéntanos qué dos prendas son indispensables en tu guardarropa y dos cosas que nunca olvidas meter en la maleta cuando viajas…

Mi armario está saturado de faldas, pantalones, tops, vestidos y trajes para mis presentaciones (¡elegir sería una batalla campal! [risas.]) Por el contrario, en mi maleta nunca falta un par de zapatos de tacón y zapatillas cómodas y versátiles como los nuevos Stan Smith adidas Originals para AW LAB, que son verdaderos iconos de estilo y me hacen sentir maravillosa en toda ocasión.

¿Cómo es tu vida día a día?

Cuando estoy en Estados Unidos, vivo en un estudio en Brooklyn. Paso alrededor de seis meses al año en Roma y viajo por todo el mundo cuando estoy de gira con la compañía de danza. En otras palabras, ¡nunca deshago las maletas!

¿Qué hay que sea muy tuyo y que reencuentras a tu vuelta a Italia?

En Roma tengo una parte de mi trabajo. En Pescara está mi familia, pero solemos encontramos todos en Termoli, que es donde vive mi abuela, Incoronata, a quien llamamos Tina y que tiene 93 años. Cuando regreso a casa me reencuentro con mis raíces.

¿Y qué sientes cuando regresas a Nueva York?

Es mi base y el lugar en el que está mi trabajo. Y siento la energía enloquecida de la ciudad. Es cuando estoy ahí que me doy cuenta que no lograría vivir sin la ciudad, y gracias a ella también me di cuenta de lo apegada que estoy a mis orígenes. Soy italiana y nunca dejaré de serlo. Pero un pedazo de mí siempre estará en Nueva York.

¿Cómo te sientes cuando estás de gira por el mundo?

Completa y muy afortunada. Despertarme temprano, lo cual a veces cuesta, pero poder decir que voy a bailar hace que me olvide de todo. A veces es muy duro dormir en un autobús, subirme a los aviones cada día, despertarse al alba, descansar a medio día para bailar en las noches. ¡Pero el star system es también esto! Y, una vez fuera del teatro, regresas a la vida de verdad: el metro, la lavandería, ir al súper, la rutina normal de todos los días. Para mí la sencillez es lo más importante…

¿Qué haces cuando no estás trabajando?

Si estoy entre Pescara y Termoli, me subo a la bicicleta y voy al mar a respirar. O bien, me pongo mis cascos y monto mi coreografía en la playa. Ya solo el hecho de estar ahí es una fuente de inspiración para mí. He buscado la misma sensación frente al océano, en Coney Island, en los Hamptons, pero no es lo mismo. Cuando estoy en Nueva York, a menudo después de los ensayos me doy una ducha rápida, me cambio y me voy al teatro a ver a amigos y colegas bailarines o a algún sitio para escuchar música en vivo. Me encantta Nueva Orleans donde la música está en todas partes.

¿Cuál es tu teatro favorito?

En cada teatro que bailo dejo y me llevo alguna cosa. Los que tengo en el corazón son el Joyce Theatre de Nueva York, pero también el Lincoln Centre Theatre. En Italia me fascina el teatro Morlacchi de Perugia.

En tu constante viajar, ¿cómo te ves en 10 años?

Tal vez siendo la directora artística de algún teatro.

¿En dónde?

Todavía no lo sé. A veces pienso que el amor será el que lo decida. Estoy convencida de que cuando encuentre al hombre ideal voy a deshacer mis maletas y me detendré. No tengo prisa, pero realmente deseo que un día ese momento llegue.

Grazia para adidas Originals y AW LAB: sesión de fotos con Elena D’Amario

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Créditos

Fotos: Fabrizio Cestari

Video: Tommaso Mariniello

Estilismo: Francesca Crippa

Maquillaje + peinado: Fulvia Tellone

Editora: Cristina Piccinotti

Editoras de sesión: Sara Moschini, Daniela Losini