Ponerse delante del armario cada mañana para elegir qué ponernos es un suplicio. Tanto, que en ello invertimos casi un año a lo largo de nuestra vida; concretamente, 287 días, según un estudio realizado en 2009 por la cadena textil británica Matalan. En verano, con la jornada reducida en la oficina, la cosa se relaja: con un vestido mono cada día y un par de sneakers o sandalias, resuelves la semana. El problema llega con el cambio de estación, ese momento en el que el frío empieza a apretar y soñamos con ir todos los días al trabajo en esquijama y bufanda.

A primera hora las temperaturas rozan el suelo, a mediodía se relaja, al salir te congelas… buscamos inspiración en editoras e influencers sobre el asfalto, tomando buena nota de sus claves de estilo para vestir cada mañana a nuestra working girl interior.

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