Moda
Karl Lagerfeld y sus grandiosos escenarios para Chanel. Esta vez fue una playa, con pequeñas olas y arena incluidas, lo que sorprendió a los invitados de la presentación primavera-verano 2019 al interior del Grand Palais. Todo hizo sentido, desde la escenografía hasta la colección —las modelos caminaron por la arena descalzas, ya sabes, como cuando das un paseo por las costas con tus sandalias en mano—.
Para la ocasión, el káiser decidió regresar a su infancia reimaginando sus recuerdos en Sylt, una isla en al norte de su natal Alemania. Atando la fantasía nostálgica a la visión de Chanel, Largerfeld reflexionó en los esenciales tropicales para un verano de aquellos —todo esto traducido a sutiles vestidos, sets en beige a juego con sombreros y gorras de raffia y el clásico bolso de la maison en fanny packs y en juegos de dos—.
Además de los clásicos trajes en tweed, también se dejaron ver sets estampados con un ligero giro à la art deco para dar vida y color. Y el branding no pudo faltar; el simbólico logo de la doble “CC” y el nombre de la maison estampado por aquí y por allá y puesto en cinturones de cadena —Chanel en los noventa, ¿quizá?—.
Cuando pensamos que Karl estaba corto de ideas —qué más podría venir después de haber plantado una selva con cascada, un supermercado, un aeropuerto o incluso un brasserie— el káiser lo hizo una vez más. Todos queremos ir a ese retreat que imaginó el maestro para Chanel.
Por cierto, Pamela Anderson tuvo un momento Vigilantes de la playa.
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Fotos: Mondadori photo