Dos evidencias ratifican que este verano por fin nos despediremos de la tediosa operación biquini: por un lado, el triunfo de las #fitgirls en Instagram, que ha conseguido que nos mantengamos en forma todo el año. Pero, sobre todo y más literalmente, porque el biquini está desapareciendo de nuestras costas en beneficio del bañador (más indulgente con los michelines).

Aún tres de cada cuatro españolas prefiere el dos piezas, pero ya se ha detectado un aumento del 24% en las ventas de bañadores entre el público joven, según la tienda online Vente-privee. Dato a tener muy en cuenta, especialmente si lo enfrentamos al hecho de que hace no muchos años el traje de baño de una pieza estaba relegado casi exclusivamente a las mujeres que peinaban canas.

Las mujeres jóvenes prefieren el bañador. Y Kendall Jenner da buena cuenta de ello en su colección cápsula para Topshop. © Cortesía de Topshop
Las mujeres jóvenes prefieren el bañador. Y Kendall Jenner da buena cuenta de ello en su colección cápsula para Topshop. © Cortesía de Topshop

Las tendencias del 2016 beben inspiración de las piezas de los setenta. Como aquel icónico modelo rojo, de Speedo, que Farrah Fawcett vistió en 1976 para posar en una imagen promocional de Los Ángeles de Charlie. En principio estaba planeado que la actriz luciera un biquini en aquella sesión de fotos que se hizo en su casa, pero no se sentía cómoda así que sacó de su cajón la prenda deportiva que ayudaría a convertir en mito. Y no es para menos: desde entonces se han vendido más de 12 millones de copias de ese poster que sentó las bases de la imagen de mujer perfecta a finales de la década de los setenta: bronceada, tonificada, de sonrisa inmaculada y ondas rubias coronando el conjunto.

Poco podía imaginar Farrah Fawcett que su fotografía en bañador se convertiría en icono de una época, el final de los setenta.
Poco podía imaginar Farrah Fawcett que su fotografía en bañador se convertiría en icono de una época, el final de los setenta.

También sirve de musa para los bañadores de esta temporada Pamela Anderson y aquella pieza, también roja, en la que se enfundaba cada mañana para vigilar las playas de Santa Mónica. Sí, el escotadísimo escote en la ingle renace este año. Inevitable, si se piensa en el revival noventero que atravesamos.

Pamela Anderson con el bañador de tiro bien alto que también revive esta temporada. © Cordon Press
Pamela Anderson con el bañador de tiro bien alto que también revive esta temporada. © Cordon Press

¿La novedad esta temporada? El bañador multiplica posibilidades y se amortiza más allá del mar y la piscina, convirtiéndose en la versión veraniega del body. Se lleva con shorts vaqueros en festivales o planes estivales y con faldas largas para alargar las noches hasta el infinito.

Y no hay firma que se precie que no proponga su versión:

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