El escándalo Harvey Weinstein ha sido uno de los casos más sonados de acoso en Hollywood y en el mundo entero, llevando por delante también a la firma Marchesa. Por si no te habías enterado, Marchesa es la marca de Georgina Chapman, exmujer del productor más famoso de Hollywood. Pero, ¿qué pasó con la marca favorita de la alfombra roja después del caso Weinstein?

Lo que parecía ser un negocio millonario gracias a la relación del productor con las diversas celebridades de Hollywood, se vio afectado. Durante la pasada award season, Marchesa sufrió un boicot total. Para no entrar al círculo vicioso, las diseñadoras detrás de la firma decidieron presentar su nueva colección a personas realmente cercanas y solo publicaron un lookbook.

Ahora, gracias a Scarlett Johansson, la firma está de regreso.

Durante la gala del Met, la actriz usó los flashes para expresar su apoyo a Chapman y por ende a Marchesa. Ella es la primera que usa un vestido de la firma durante un evento importante desde octubre que se expuso la verdadera cara de Weinstein.

En una declaración a Entertainment Tonight, Johansson dijo: “Vestí Marchesa porque sus vestidos hacen sentir a una mujer confidente y hermosa, y es un placer apoyar a una firma creada por dos mujeres talentosas e importantes”.

La decisión de vestir una creación de Chapman y su socia y codiseñadora, Karen Craig, fue tomada por la misma actriz. Y como una de las voceras más importantes del movimiento #MeToo y #TimesUp, Scarlett aprovechó la oportunidad de apoyar a aquellas que salieron víctimas de la situación.

Aunque Marchesa siga en boicot por Hollywood y no por su clientela, el CDFA ha expresado apoyo total para la diseñadora. Vanessa Friedman de The New York Times escribe que en la primera aparición de Chapman ante la organización luego de ser víctima, sus compañeros la recibieron con aplausos.

¿Será que Hollywood y la moda están listos para recibir una vez más a Marchesa? Al final, la firma sigue siendo exitosa fuera del spotlight; ni su clientela más leal, ni las exclusivas tiendas departamentales que la distribuyen se vieron afectadas por el escándalo.

Foto: Getty Images