Moda
Ya queda menos para poder disfrutar en Londres de la nueva flagship store de Balmain, la primera de la firma que se abre fuera de París. Sabemos que Olivier Rousteing, director creativo de la firma, está emocionado con el proyecto. Sabemos que estará ubicada en South Audley Street, en el barrio de Mayfair, una de las zonas más populares de compras de la capital británica. Sabemos que su superficie será de 200 metros cuadrados y que su decoración fundirá el glamour característico del espíritu francés con la seriedad del estilo british. Vamos, que de Balmain podría decirse que lo sabemos todo.
Por saber, sabemos incluso a qué huele. Pero, ¿a qué sabe Balmain? La última campaña de la firma nos da la respuesta. Y está más cerca de lo que te imaginas: en Galicia. No hay mejor publicidad que la que llega por sorpresa, y más si lleva el sello de una marca de lujo de fama internacional. «Me enteré por una amiga de París que trabaja en el mundo de la moda. Hace unos días me mandó por e-mail la imagen de la última campaña primavera-verano de Balmain hombre, y en ella el modelo aparecía sujetando una de nuestras bolsas de patatas fritas», comenta entre risas Fernando Bonilla, bisnieto del fundador de Bonilla a la vista.
«No sabíamos nada, ¡y fue toda una sorpresa!». Sobre todo porque ahora, esta marca de patatas fritas y churros, una de las más conocidas de Galicia, podría convertirse también en el snack favorito de los fashionistas.
Todavía no han adivinado cómo una de sus bolsas ha podido llegar hasta tan importante sesión de fotos. ¿Algún avispado compatriota coló el producto de forma disimulada entre descanso y descanso? ¿O fue el mismísimo Olivier Rousteing, director creativo de Balmain, quien, durante sus pasadas vacaciones, visitó Galicia y fichó tan elegante packaging? Podría ser. Si por algo se caracteriza Bonilla a la vista, además de por su tradicional sabor a aceite de oliva, es por el cuidado envoltorio.
«La tipografía es la misma que utilizó en su día mi bisabuelo. El logo del barco con las olas se diseñó en 1988
y se ha convertido en el emblema de la firma», explica Fernando. De hecho, si uno mira con detalle la foto de la campaña, de estética James Dean, encaja a la perfección con estas patatas. Bien por Bonilla y bien por Arteixo (donde está la fábrica), ya que, una vez más, ha inscrito su nombre en el exclusivo mundo de la moda.
