El Hipódromo de Longchamp, ubicado en mitad del Bois de Bologne, el gran parque urbano a orillas del Sena, fue el lugar elegido por Maria Grazia Chiuri y el resto de su equipo para presentar su última colección en la Semana de la Moda de París. Un original performance donde el ballet y sus movimientos fueron fuente explícita de inspiración para la firma Dior. «El baile y la moda definen el cuerpo y, a través de la disciplina, nos enseñan a poseerlo», explicaba la directora creativa de la Maison.

Sharon Eyal fue la creadora de la coreografía diseñada expresamente para la pasarela, con la que la marca rindió un tributo especial a Loïe FullerIsadora DuncanRuth Saint DenisMartha Graham y Pina Bausch, afamadas heroínas de la danza contemporánea. Cada prenda simulaba un signo vitalicio para el arte de la danza tanto con texturas tan vaporosas y frescas, como con aquellas tan pesadas como la vaquera —de ahí que la diversidad de esta colección se manifestara—.

Entre siluetas que envolvieron al cuerpo, como si se tratara de un regreso a la antigua Grecia y Roma, y los accesorios clásicos que han marcado la era de la italiana —la Saddle, las berets—, Eyal consiguió una perfecta sintonía lírica. «La historia proviene desde el interior del cuerpo», afirma Eyal, «y la danza está en el corazón de esta colección».

Para quienes no la conozcan tanto, Sharon Eyal se entrenó con la Batsheva Dance Company que fue dirigida, desde su fundación en 1964, por Martha Graham quien a su vez fue, no solo un ícono de la danza moderna y pionera de la danza contemporánea, sino también una de las principales inspiraciones de Maria Grazia Chiuri en esta colección, que celebra el arte del movimiento que representan la danza y la costura.

Christian Dior amaba la danza, a juzgar por los archivos de la firma, los cuales contienen documentos que ilustran su extraordinaria colaboración con Roland Petit, en el ballet Treize Danses, y fotos de Margot Fontey, bailarina y clienta de la Maison. «La experiencia de la danza, su verdad más íntima, el hecho de que supone una expresión universal y lo extremo de los gestos de la danza contemporánea han estimulado mi imaginación», confesaba Maria Grazia Chiuri.

Por último, Ori Lichtik fue el encargado de poner el acento musical a esta coreografía en la que ocho bailarines, tanto hombres como mujeres, vistieron leotardos diseñados especialmente por la directora creativa de Dior, con el propósito de rendir homenaje a los cuatro elementos de la naturaleza; aire, fuego, tierra y agua.

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Fotos: Cortesía