“Estoy feliz” es el saludo de Moisés Nieto cuando nos citamos con él, horas antes de su desfile, en el Jardín Botánico. Es el primero que organiza por su cuenta, fuera del confortable pabellón 14 de Ifema en el que se presentan la mayoría de las colecciones de la semana de la moda madrileña. “Lo teníamos en mente desde hace un par de temporadas en las que ya no estaba a gusto; no con lo que veía, sino conmigo mismo. Sentía que no estaba innovando”, confiesa el creativo que da así un paso más (uno de gigante) en la cimentación del relato de su firma, con el apoyo incondicional una vez más de Etnia Barcelona, patrocinador del desfile. “Quería hacer toda una propuesta que fuera muy mía. Algo que me identifique a mí y algo que capte el espectador, eligiendo a las modelos, la iluminación, la localización, el sonido… Necesitaba un cambio: quería innovar y evolucionar como marca”, añade.

Todo listo en backstage para el desfile en el Jardín Botánico. © D.R.

Una envolvente puesta en escena al aire libre en una de las últimas tardes de verano, que insufla algo oxidado tras varias sesiones de desfiles entre moquetas: emoción. Moda como espectáculo (al fin y al cabo esa debería ser la definición de un desfile, ¿no?) pero con un reflejo muy palpable en la marca, porque aquí nada se hace porque sí. Un giro más hacia delante en el camino de Moisés Nieto; un recorrido que podría ser ejemplo de cómo aunar esas dos caras (a veces tan distantes) de la misma etiqueta: moda y negocio.

Desfile en uno de los rincones más bonitos de Madrid. © Image.net

Debutó hace ‘solo’ seis años en Cádiz, para pocos meses después ganar el premio My Own Show de Vogue Italia que le permitió conocer desde dentro cómo se trabaja en una firma como Valentino. Aquello quizá fue decisivo, o quizá solo otro capítulo al que sacar el máximo partido: “Todo es un aprendizaje continuo y tiempo, que me va dando tranquilidad a la hora de cómo me tomo las cosas ahora”, explica el diseñador que saltó rápidamente de la pasarela Ego (ganando el certamen en 2012) al calendario oficial. Y de ahí a vender en Opening Ceremony (!!!) o a llevarse a casa el galardón Who’s on Next en 2016 y el Premio Nacional de Moda hace solo unos meses. Pasito a pasito, haciendo que parezca sencillo lo que no lo es y dibujando un currículo que podría usarse de manual sobre qué hacer para construir una firma desde cero.

© D.R.

En todo este sendero nunca se ha olvidado a ninguno de los personajes clave de la narración: ni la emoción que conecta con el público ni, por supuesto, la moda más audaz y funcional a la que ha sabido impregnar de un sello propio.

Una imagen que esta temporada ha querido rescatar la cara oculta de siete mujeres a las que, como tantas otras en la historia, solo conocemos por su amante: Jaqueline Roque, Dora Maar, Marie-Thérèse Walter, Francoise Gilot, Olga Khokholova, Eva Gouel y Geneviève Laporte, amadas (y maltratadas) todas por Picasso. Mientras debatimos sobre cómo separar al hombre de su arte, Moisés rescata una temática actual para transformarla en inspiración que recogen sus muy reales protagonistas: “Conocemos a las mujeres de Picasso por la obra del pintor, pero nadie sabe quiénes eran. De dónde venían o a qué hacían, así que he pasado mucho tiempo investigando y leyendo: muchas se dedicaban a la alfarería, otras a la fotografía, otra era modelo… En común tienen que todas sufrieron mucho al lado de Pablo Picasso”, aclara.

Moises Nieto y sus mujeres. © Image.net

Algodones, sedas o linos que se pliegan en prendas actuales e intrépidas, cargadas de un irresistible toque cool. 36 salidas en las que destacan los vestidos que funcionan solos sumando ración y media de molonismo casi sin pensar. “Están creados para mujeres reales, que al final es mi clienta”, reconoce el diseñador que cohesiona con esta propuesta la emoción de la que antes hablábamos con un marcado carácter comercial (pero comercial del apetecible, del de “póngame uno de cada, por favor”).

Estampados creados en casa, inspirados en las obras de las siete mujeres, y fabricación que se mantiene en España: “Sí, producimos todo en España y la idea es seguir siempre así. Hemos ajustado mucho los precios, como para no tener mucha ganancia, ¡pero tampoco quebrar!, lo suficiente para poder seguir adelante”, afirma. Una producción muy cuidada que se aprecia en los detalles y que se exige para poder lanzarse al mercado internacional en el que Moisés Nieto se está abriendo paso en paralelo: “Nuestros compradores miran mucho la confección y son súper estrictos, con eso y con las calidades”, reconoce.

Los complementos que redondean la propuesta de las mujeres de Moisés también son ‘Made in Spain’: bolsos de Gabriel for Sach; zapatos de 5 y medio; pendientes de Lausett; y gafas de la siempre molona Etnia Barcelona. © Getty Images

El último episodio en el camino, el desfile en el Jardín Botánico, es más bien como un capítulo especial de final de temporada a la altura del último de Juego de Tronos: “La producción es muy complicada, mucho más de lo que imaginaba. Llevamos tres meses preparando el desfile y hoy somos 100 personas trabajando aquí”, confiesa el diseñador que ha sabido entender que un desfile es todo un concepto y que ha ido construyendo una historia pasito a pasito, hasta volar solo y poder salir de Ifema con sus propias alas.

¡Felicidades! © Getty Images

Con esto también ha podido y Moisés Nieto está feliz. No es para menos. Ahora solo toca empezar a pensar en cuál será el próximo reto en el horizonte.

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